El jueves 14 de Mayo, se estrenó en los cines argentinos la megaproducción post apocalíptica Mad Max: Fury Road a cargo del mítico George Miller. Luego de 36 años de aquel fenómeno cinéfilo que despertara el Max Rockatansky interpretado por Mel Gibson en un proyecto de bajo presupuesto. La nueva versión protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron recupera toda la acción de sus antecesoras de ciencia ficción, añadiéndole todas las ventajas de los nuevos efectos especiales y la excelente fotografía que pudo aportarle John Seale para generar una vibrante carrera de la muerte durante sus dos horas de duración.
De los protagonistas de ayer y las de hoy
Antes de cualquier análisis recordemos un poco de que trata la historia de Mad Max. En un futuro distópico y apocalíptico luego de sucesivas guerras nucleares la civilización tal cual la conocemos ha desaparecido, y en su lugar se han formado bandas armadas cuya supervivencia se concibe mediante el saqueo y el asesinato de los desprevenidos. Frente esta situación una Ciudadela se erige bajo el mando del déspota conocido como Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne) y sus familiares que acaparan recursos naturales imprescindibles como el agua (que en las versiones del ayer fuera el petróleo). El método aplicado por este líder es la constante apelación al Valhalla (tierra prometida) a los soldados que mueran en cumplimiento de su deber, y estos a su vez son el aparato represivo que utiliza sobre el resto. En un paisaje dominado por el desierto, un atormentado ex agente de camino deambulará solitariamente antes territorios hostiles que demandarán de él todo su vigor e ingenio pero también su desconfianza y brutal especulación, hasta que se cruce con Furiosa y sus ansias de encontrar el “Lugar Verde”. El comienzo del film con el protagonista huyendo por túneles y talleres mecánicos generan el ambiente típico de la ciencia ficción pesimista inaugurada por George Wells con su célebre The Time Machine, del cual parece tomar también la actitud de los Warboys (soldados) asemejándolos a los Morlocks de aquél.
El protagonista de la película original, Mel Gibson, empalmaba por completo con este perfil de hombre rudo que hace de sí mismo su centro. Tan es así que, por aquellos años, la tribuna machista deseosa de nuevos ídolos no tardó en ponerlo en su pedestal, como harían también con Ronald Reagan o Burt Lancaster. El personaje de Max tan aclamado por esta tribuna retrógrada encontró en este reconocido actor a la encarnación viviente de sus ideales nacionalista, anti-semita /racistas y misógino desde los ochenta hasta nuestros días, donde afronta juicios de todo tipo entre los que se destaca los de “maltratos físicos y psicológicos” llevados adelante por su ex novia Oksana Grigorieva así como también la declaración pública “si te viola un grupo de negros será tu culpa”.
La versión 2015 cuenta además del personaje de Max con la de Imperator Furiosa, interpretada por la actriz sudafricana Charlize Theron, la cual si no gana el protagonismo de la aventura, lo está por muy poco por mérito propio de actuación frente al interminable padecimiento físico de Hardy. Este sólo hecho generó una oleada de críticas por parte de los internautas machistas de Estados Unidos entre los que se comentaba: “El feminismo se ha infiltrado en Hollywood, arruinando todas las películas de acción potencialmente buenas con personajes femeninos forzados y tramas románticas sin sentido” (Aaron Clarey desde la web Return of King). Sin considerar seriamente calificativos como los anteriores cabe señalar que recibió una rápida respuestas por quienes abogan por nuevas representaciones de “lo femenino” en la cultura como concebiría el blog The Mary Sue donde celebraran que el sexismo vuelva a sentarse en el banquillo para ser interrogado. Lo que hay que señalar es que los estereotipos no han cambiado en lo más mínimo en Hollywood y que incluso lo que se diga de Furiosa incluso no puede ser aplicable al conjunto de mujeres, pues olvidarían a las esposas de Inmortan Joe – visualmente todas supermodelos- cuyos atributos son la delicadeza, la sensibilidad… en fin, la dependencia.
Sobre el abandono del infierno o la toma del poder
Más interesante aún es considerar otras declaraciones del mismo Aaron Clarey sobre los motivos para su boicot “Si acudís a ver Fury Road y se convierte en un taquillazo, entonces, tú, yo y todos los hombres (y las mujeres de verdad) nunca tendremos la oportunidad de ver una verdadera película de acción que no contenga una lectura política o moral sobre el feminismo y el socialismo". Es que esta película, como la mayoría de las últimas super-producciones rezan por la caída de los tiranos, la reafirmación de los justos y le redención de los desposeídos. Resalto redención no sin motivos, pues se menciona numerosas veces y es la clave para analizar este apartado. Pues la sociedad que se nos muestra, ha experimentado la máxima concentración de los medios de producción posible (lo que queda de ellas) y ha llevado a la máxima despersonificación imaginable al convertir a cada ser viviente en mercancía, no ya su fuerza de trabajo sino la materia misma de su cuerpo. Ejemplo de esto son: las esposas de Joe son incubadoras de su descendencia, las escasas mujeres son productoras a gran escala de “leche de madre” y hasta el propio protagonista Max es llamado “bolsa de sangre” por su beneficiario Nux (Nicholás Hoult). El mayor mérito de esta obra es presentar explícitamente la dicotomía de huir eternamente ante la crueldad del mundo que nos rodea (alternativa casi religiosa) u organizarse para tomar por asalto las condiciones de vida que les pertenecen y que están siendo disfrutado por una clase social minoritaria (perspectiva revolucionaria), sin desmerecer el hecho de que las mujeres errantes (las Vulvalini) creen en lo comunal por encima de lo individual. Otro acierto es la metáfora en que los soldados como Nux sobreviven de la sangre de quienes se encargan de controlar, situación análoga a la del aparato represivo de cualquier estado mantenido por lo producido por el resto de la sociedad. Ahora bien ¿qué función le otorgamos a los desposeídos del mundo? La película lo resuelve fácilmente, los ubica como el objeto pasivo de la venganza de Max y el fin del camino de redención para Furiosa. Mientras la atención se centra en la acción que se sucede entre los poderosos vehículos, los harapientos sólo aparecerán como paisaje de lo desolado, como recordatorio añejo del motivo de esta película. Mención a este punto refiere que la decisión de volver y tomar el “toro por las astas” parte de Max y no de Furiosa, la joven que se ha sobrepuesto a su mutilación y había encarado de forma tenaz todos los planes hasta ese preciso momento y que por lo tanto no es una cuestión menor.
La Argentina de la violencia de género y la opresión de las mayorías
Los temas que han sido fetichizados por este film son una cruda realidad en el mundo entero, y Argentina no escapa a ese panorama. No es necesario la extinción de la humanidad para que la mujer sea considerada “incubadora” sino que la negación de tratar el Derecho al Aborto seguro, legal y gratuito plantea la no decisión de las mujeres sobre sus propios cuerpos. Y si se coincide en esto, ¿propiedad de quién sería? La respuesta parecería concluir que la sociedad machista y patriarcal configuraría un Inmortan Joe, donde las mujeres que mueren por cientos son las más pobres e invisibilizadas. La violencia que muestra la película con sus homicidios por minutos no tiene mucho que afanarse frente a los promedios de femicidios que registran una mujer muerta cada 30 horas y que motivan la Marcha #NiUnaMenos para este 03/06 en diversos puntos del país. Opresión que en las mujeres tiene su más cabal representante pero que es patrimonio de millones, de quienes dejan sus vidas en las fábricas por acceder a lo mínimo, por los que son suspendidos o despedidos por presentar una oposición.
Todo lo anterior sólo puede encontrar un cambio estructural si las relaciones sociales que las fundamentan también cambian y hacen que la clase trabajadora, la mayoría aplastante de la sociedad tome conciencia de sus propia fuerzas para tomar las riendas de sus vidas y alcanzar los “parajes verdes” que menciona la película.
Ficha Técnica:
Mad Max: Fury Road
Duración: 120 minutos
Procedencia: Australia – Estados Unidos
Dirección: George Miller
Reparto:
Tom Hardy
Charlize Theron
Hugh Keays-Byrne
Nicholás Hoult
Distribuidora: Warner Bros.
Presupuesto: U$S 150 Millones |