Jonathan Alberto Santos tenía 24 años, era activista por los derechos de la comunidad LGBT+ y estudiante en la Escuela Politécnica Ingeniero Jorge Matute Remus, perteneciente a la Universidad Autónoma de Guadalajara. Su cuerpo fue encontrado ayer en Zapopan con un impacto de bala en la cabeza.
Su cobarde asesinato es repudiado a través de redes sociales con los hashtags #JusticiaParaJonathan y #NoMásHomofobía. Además de los mensajes de repudio y solidaridad con la familia y amigues de Jonathan, también se leen expresiones retrogradas sobre su asesinato y discursos de odio para la comunidad sexodiversa.
El Colectivo Diverso de la Universidad de Guadalajara declaró:
"Exigimos que prima facie, el delito sea investigado como crimen de odio, que no sea ignorada la situación que vivía nuestro hoy compañero muerto. No es posible que sigamos siendo objeto de abuso, violencia y crímenes, sólo por ser una persona disidente del sistema heterosexual y cisnormado".
Familiares, amigues y organizaciones de la comunidad disidente convocan a una acción de solidaridad y por justicia para Jonathan, este 13 de agosto a las 10:00 hrs. en la Escuela Politécnica Ingeniero Jorge Matute Remus en Zapopan, Jalisco.
Crímenes de odio durante la pandemia
Según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT, en lo que va del año y pese al confinamiento por la pandemia de Covid-19, han sido asesinadas por lo menos 25 personas disidentes. Sin embargo, esta cifra podría ser aún mayor debido a que muchos casos no se registran y/o documentan como crímenes de odio.
En el primer informe de dicho organismo, señalan que las mujeres trans y los "hombres afeminados", son mayoría entre las víctimas de crímenes de odio con el 44.5% y el 40.7% de los 209 casos registrados desde 2014. El informe también señala que al menos 21 de las víctimas eran defensoras de los derechos LGBT+ y/o integrantes de organizaciones dedicadas a ello, como fue el caso de Jonathan Santos.
Los datos recopilados por dicho Observatorio son aberrantes. Señalan que el tipo de muerte más frecuente en estos crímenes de odio son: por arma de fuego (26.7%), por arma blanca (24.3%), por golpizas (15.7%), por asfixia (12.9%) y en menor medida, la tortura y el atropellamiento.
Mientras que en Jalisco y en el resto del país continúan los crímenes de odio, los feminicidios, la violencia contra la comunidad disidente y las mujeres, la Iglesia, el Frente Nacional por la Familia y sectores de la derecha encabezados por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Encuentro Social (PES), están aprovechando el confinamiento de la pandemia para avanzar en ofensivas ultraconservadoras como las del Pin parental y las leyes antiaborto. Esto bajo el silencio cómplice y las simulaciones del gobierno de la 4T, que prometió una transformación profunda para millones de personas en 2018, incluidos muchos sectores de la comunidad disidente.
Para lograr la verdadera justicia ante aberrantes crímenes de odio que continúan pese a la pandemia, la comunidad disidente no puede confiar ni en la buena voluntad y simulaciones del gobierno y mucho menos en las palabras huecas de partidos y sectores de la derecha conservadora que históricamente se han posicionado en contra de nuestras vidas y nuestros derechos.
Es necesario que le apostemos a la organización en las calles y por fuera de las instituciones patriarcales y podridas del Estado. Conformemos Comisiones de Investigación Independientes, integradas por organizaciones de la comunidad LBGTI+, de derechos humanos, estudiantiles, obreras y populares, porque la justicia no vendrá nunca de quienes nos oprimen y nos explotan.
¡JUSTICIA PARA JONATHAN! ¡NO MÁS CRÍMENES DE ODIO! | 
