Mil toneladas de combustible se vertieron en la isla Mauricio, paraíso de aguas cristalinas, arrecifes y playas en el océano Índico, desde que el 25 de julio el barco Wakashio, propiedad de una firma japonesa registrada en Panamá, quedó varado cerca de sus costas. Las alarmas se encendieron porque la nave con destino a Brasil, que no transportaba carga, pero sí 200 toneladas de diésel y 3800 de petróleo, mostraba grietas que podrían hacerla partir en dos. El primer ministro Pravind Jugnauth aseguró este miércoles que “todo el fueloil se extrajo de los tanques”.
Jugnauth ya había declarado el “estado de emergencia ambiental” y tuiteado un pedido de ayuda a Emmanuel Macron, presidente de Francia, en el que afirmaba que su país “no tiene ni las competencias ni la experiencia para desencallar navíos varados”. El francés, que comanda una nación donde la contaminación es la tercera causa de muerte, le respondió que “mientras la biodiversidad esté en peligro, habrá urgencia en actuar. Francia está allí, al lado del pueblo mauriciano”. Helicópteros y buques cisternas de Francia, Japón e India trabajaron durante días en Pointe d’Esny, la zona del desastre, para vaciar el tanque del carguero japonés.
Lorsque la biodiversité est en péril, il y a urgence d’agir. La France est là. Aux côtés du peuple mauricien. Vous pouvez compter sur notre soutien cher @PKJugnauth. Nous déployons dès à présent des équipes et du matériel depuis La Réunion. https://t.co/uxoNhAQWfS
El ataque a la biodiversidad ya podría ser irreparable: se trata de una región de arrecifes de coral y reservas naturales, con enorme diversidad marina y terrestre, en la que se halla el parque marino Blue-Bay, al sur del desastre, que comenzó a recibir trazas de los hidrocarburos derramados. A unos cientos de metros al norte está la isla de los Aigrettes, que alberga especies endémicas de camaleón y otros reptiles mauricianos. Especialistas afirman que podría demorar hasta una década reparar el daño.
⚠️PLEASE SHARE AS WE MUST GET MORE HELP FOR MAURITIUS!⚠️ This oil spill is happening now in Mauritius as their coastline is covered in thick black oil, killing all wildlife & marine life in its path, but they're ill-equipped for the cleanup SO please retweet/let's get them help! pic.twitter.com/KB7L22qoYz
“No estamos preparados para combatir una crisis ecológica como esta en una isla pequeña”, sostuvo Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental en Mauricio y ex Greenpeace África. Sectores del ambientalismo acusan al Gobierno local de haber puesto más énfasis en reflotar el Wakashio que en impedir que vertiera toneladas de combustible en el mar. Le tomó seis días a las autoridades enviar un remolcador para intentar sacar el barco a flote, en el que aún quedan 200 toneladas.
En la isla Mauricio viven 1.3 millones personas. Ante la emergencia, vecinos y voluntarios organizaron la construcción de barreras para intentar contener la expansión del crudo y limpiar las consecuencias de las mil toneladas ya derramadas. Allí la principal actividad económica es la pesca, que se verá notablemente perjudicada por la contaminación de las aguas.
El profesor en Ambiente y Sustentabilidad Adam Moolna, mauriciano que vive en el Reino Unido, señaló en un artículo de The Conversation que “derrames como este dañan la vida marina porque las sustancias químicas que componen el petróleo son tóxicas para las plantas y los animales, incluidos los bosques de manglares y los corales que forman los arrecifes”. Moolna afirma que, aunque los combustibles que alimentan barcos son menos tóxicos que el diésel, “persisten más tiempo y sofocan la vida en el mar y en las costas”.