Trabajadores de Sanovo Green Pack se vieron obligados a tomar medidas de fuerza frente a la marcada precarización. Por la mañana del jueves, los operarios de la empresa decidieron manifestarse en las entradas de la fábrica, ubicada sobre la ruta 151 a la altura de la localidad de Cipolletti, en reclamo al recargo laboral, sanciones y persecución que están sufriendo en medio de esta crisis.
La medida surge después de que un grupo de trabajadores fuera sancionado por no seguir las órdenes que consistían en cubrir puestos y tareas que no correspondían a su categoría. Esto se debe a que la empresa está realizando ajustes en todos los puestos de trabajo intentando reducir su cantidad y aumentar las tareas laborales que se traduce en más trabajo por el mismo salario el cual, a su vez fue negociado a la baja por la burocracia antes de la pandemia.
Consultados por la Izquierda Diario, los trabajadores aseguran que “están yendo puesto por puesto, por eso la mayoría quiere paro, si no tomamos medidas van hacer lo que quieren”, que es, sin más, depositar la carga de los constantes ajustes y de inflación sobre la espalda del pueblo trabajador. Comentaron, además, que no descarta el aumento de las medidas de fuerza, “si la empresa no toma cartas en el asunto el paro podría extenderse o ampliarse la próxima semana”.
En conjunto con el aumento de la explotación también se acrecientan las medidas de vigilancia en los espacios de trabajo. Esta medida persecutoria hostiga constantemente a los obreros dentro de la fábrica quienes serán vigilados por 40 cámaras de “seguridad” que serán instaladas en los próximos días. Estos dispositivos lejos de ser usados para garantizar las medidas de integridad, serán usados para aumentar las sanciones y mantener bajo amenaza a todos los que no cumplan con las “nuevas medidas de seguridad”.
Con la excusa de la pandemia todos los trabajadores formales e informales sufren además la exposición a los contagios de Covid-19, que todos los días crecen en la ciudad, sin que haya medidas concretas como testeos y elementos de bioseguridad. Los obligan a realizar trabajos que no corresponden con la excusa de que pueden quedarse sin el puesto de trabajo. Siendo que la empresa no cerró sus puertas durante la cuarentena y agoto su stock de ventas y por lo tanto está muy lejos de haber tenido pérdidas, mientras han sido durísimos meses para la clase trabajadora que cada día se le hace más difícil llegar a fin de mes.
Estas circunstancias se dan en todo el país, como lo venimos denunciando y difundiendo desde La Izquierda Diario, pero también llegan noticias alentadoras de como los trabajadores se empiezan a organizar por rama para enfrentar las políticas de las patronales y los Gobiernos que buscan descargar en las espaldas de los y las trabajadoras los costos de una crisis que golpea al mundo entero. Necesitamos organizarnos para recuperar los sindicatos de las manos de las burocracias que actúan como cómplices de los avasallamientos de los derechos laborales.
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