Al día siguiente del crimen social de Noemí Gómez, las trabajadoras del Hospital Sanguinetti presentaron un petitorio al Municipio con firmas de representantes sindicales locales (menos del oficialista Sindicato de Trabajadores Municipales de Pilar). Allí exigían la renuncia del jefe de Enfermería, Pablo Costa, y el cierre del establecimiento para su completa desinfección. El intendente no atiende ninguna demanda mientras el hospital está colapsado.
La situación es desesperante para las trabajadoras y los trabajadores. Alrededor de cuarenta personas están en aislamiento por haber dado positivo (un 80% del personal) y no más de diez personas, entre médicos y enfermeras, cubren los dos turnos. Además les niegan las licencias cuando son pacientes de riesgo o tienen familiares que lo son, como viene sucediendo en otros centros de la provincia. Así sucedió con Noemí, quien había pedido una licencia por tener un hijo recién nacido con problemas de salud, y que le fue negada.
También, por la falta de personal, Costa, el jefe de Enfermería (que fue derivado a otro hospital y no cesanteado, como reclaman las enfermeras), les daba el alta sin esperar los resultados de los hisopados de la ART, bajo amenaza de que si no se presentaban a trabajar les pasarían el ausente, afectando sus salarios que en algunos casos no superan los 20.000 pesos.
Dentro del centro de salud los trabajadores afirman que hay muchos pacientes internados mezclados, juntando a los que presentan síntomas y esperan sus hisopados con los que padecen otras dolencias.
El personal de limpieza está expuesto a entrar en las áreas de riesgo de contagio prácticamente sin elementos de protección personal (EPP). La falta de licencias es una constante, las horas extras interminables para llegar a fin de mes, la precarización en la que algunos llegan a estar años como personal eventual.
Las trabajadoras contaron a La Izquierda Diario que han solicitado al intendente del Frente de Todos, Federico Achával, que se haga presente para ver las condiciones edilicias e higiénicas lamentables y les brinde una solución. Pero hasta el día de hoy el mandatario no se ha acercado al lugar ni ha brindado respuesta alguna. Solamente decretó tres días de duelo municipal, una medida totalmente impotente, con un nivel de cinismo descarado.
La gestión del intendente durante la pandemia ya ha mostrado anteriormente que prioriza las ganancias de los empresarios de la salud y los grandes dueños de las fábricas del Parque industrial, por sobre la salud y las vidas de las y los trabajadores. Ejemplo de ello fue la demagogia que hizo junto al presidente Fernández con la inauguración de un “hospital solidario” en el predio del Austral para la gente que no puede pagarse una atención en ese enorme centro de salud privada. También la falta de EPP del Sanguinetti a comienzos de la cuarentena, cuando el personal tuvo que apelar a la solidaridad de los obreros de la fábrica recuperada Madygraf.
Ante la desidia y el abandono de Achával, la única respuesta favorable para los trabajadores y los sectores populares puede venir de la mano de su propia autoorganización, peleando por la centralización estatal del sistema de salud pública y privada, bajo control de sus trabajadores y profesionales. Esta organización puede imponerle a la burocracia sindical, mediante la movilización, que rompa su pasividad con el Gobierno y se ponga a la cabeza de las demandas del pueblo trabajador.