Primero que todo, seamos claros, las autoridades del país reciben exorbitantes cifras que corren por parte de nuestros impuestos, y especialmente los ex- presidentes que, a pesar de que hayan terminado su mandato, reciben una renta vitalicia por el solo hecho de haber pisado La Moneda. Es el pueblo trabajador quien se encarga de mantener su estatus y sus privilegios, y no es de sorprender que nos intenten contar la historia al revés.
Pero la polémica tan solo comienza. Dentro de esta renta vitalicia se incorpora el cargo por traslado, algo contradictorio ya que, durante esta pandemia, con la cuarentena existen restricciones de desplazamiento y a pesar de ello, en estado de excepción constitucional, a los ex-mandatarios Frei y Lagos se les sigue pagando este dinero, el cual asciende a casi 2 millones de pesos para cada uno bajo el ítem de traslado tanto por vía terrestre como aérea entre los meses de marzo a junio. La suma total es por casi 14 millones de pesos, y estamos seguros que por la locomoción no se paga este monto ni en el horario peak del transporte público metropolitano.
Y no solo esto, sino que también reciben recursos para el funcionamiento de sus oficinas, los que entre marzo y junio, meses en confinamiento, ascienden en total a $80.402.051 entre estas tres personalidades, hoy cargas tributarias para el país.
Es que este gobierno, más que conservador, entra en una contradicción pues no se hace problemas en despilfarrar las arcas fiscales para mantener privilegios de la casta política, mientras la clase trabajadora tiene que suplicar para calificar en irrisorios bonos o créditos condicionados por la “letra chica”, ya que la derecha estaría en contra que “la gente viva del Estado”.
Por ello, tras recibir la denuncia, la Unidad Regional Anticorrupción abrió una investigación y realiza sus primeras diligencias con las correspondientes autoridades. Los hechos están siendo consultados al Senado para recabar los antecedentes faltantes. Esta desfachatez y constantes abusos de autoridades públicas no sorprenden, porque ya es de saber que en Chile la política de los privilegios y la corrupción son sinónimos. ¡Acabemos con el derecho a la holgazanería! ¡Qué Frei, Lagos y Bachelet dejen de mendigarle al Estado y trabajen cobrando como cualquier trabajador!
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