En medio de esta crisis histórica, son millones los trabajadores y trabajadoras que se ven obligados a salir de sus casas y exponerse al contagio para poder conseguir un ingreso básico que les permita subsistir. Es el caso de las mujeres feriantes de la plaza ubicada frente a la Universidad de Morón.
Una de estas trabajadoras fue detenida junto con su hijo de apenas 10 años el día viernes y trasladada a la comisaría primera de Morón. Sus compañeras se organizaron y movilizaron hacia allí y finalmente lograron que fueran liberados después de haber permanecido detenidos ilegalmente durante más de 3 horas.
Nancy, una de estas trabajadoras, nos cuenta: "en el acta el motivo que le imputan es resistencia a la autoridad, como que ella había agredido a la policía y le dijeron que firmara, si no, se tenía que quedar cuatro horas más con el nene detenido. En el momento que la hicieron firmar, su abogada estaba afuera con nosotros y nunca nos dijeron nada" y agrega: "Hace un rato hablé con ella y me dijo: me presionaron, el nene estaba sin comer, sin tomar nada, con el barbijo y cansado. Firmé, me dice, me presionaron"
"Tengo bronca indignación y dolor, de que seamos tratadas como basuras, solo por el hecho de llevar el mango a nuestras casas. Detuvieron a una compañera con su hijo menor de edad, le imputaron un falso cargo y la extorsionaron. Está siendo asesorada por una abogada e iniciará una contra denuncia por abuso de autoridad."
La detención fue con motivo de "averiguación de antecedentes", pero las trabajadoras denuncian que la persecución y la criminalización hacia las mujeres feriantes viene de hace tiempo y que recrudeció con la pandemia. Es que los distintos gobiernos han “empoderado” a las fuerzas de seguridad que actúan cada vez más impunemente, como se muestra en la desaparición de Facundo Castro.
"Lo que sufrió esta compañera es en el marco de la violencia sistemática del municipio y la policía bonaerense, tuvimos varias detenciones por hacer entregas, por laburar básicamente. A mi me amenazaron, me sacaron mis cosas, y otras fueron agredidas. Es tremendo lo que está pasando y no tenemos ninguna respuesta”
Mientras grandes empresarios despiden impunemente y se benefician de los subsidios del estado, con los que incluso le pagan el sueldo a sus gerentes, los trabajadores y trabajadoras informales no solo se ven obligados a exponerse al virus, sino también a las agresiones y violencia por parte de la municipalidad y la policía.
"Nosotras somos parte de la economía informal, muchas cobramos el IFE y otras no, además vino dos meses y medio después, son 10 mil pisos. No estamos pidiendo exponer en ferias, más allá que muchas ferias volvieron ,solo queremos entregar o retirar e irnos a casa sin que nos agredan. No entendemos porque tanto hostigamiento y ensañamiento contra nosotras que somos mujeres que venimos de zonas como Merlo, Moreno o la matanza"
El intendente de Morón, Lucas Ghi, sigue sin dar ninguna respuesta ni hacerse cargo de la situación. Como dicen las mismas trabajadoras: "Enviamos una carta al intendente pero no nos dieron ninguna respuesta”.
Ha de ser un política para los distritos del conurbano, pues Fernando Espinoza, su par de La Matanza, tiene una linea represiva similar con los feriantes del Galpón 3, a quienes les pasó las topadoras. |