¿Cómo es la situación de las infancias en la Argentina? Los números son crueles e indican que de cada diez niños, seis serán pobres antes de fin de año. Y de ellos, dos vivirán en hogares en los que no se llega a cubrir la alimentación más básica, según datos que fueron presentados por Unicef.
Actualmente, una de cada cuatro familias tuvo que dejar de comprar ciertos alimentos durante la cuarentena. Además la suba de los niveles de pobreza, de la mano de la desocupación y precarización laboral y el aumento de los precios de la canasta básica también provocaron que el 48 % de los menores de seis años cambiara su forma de comer.
El 10 % de la población infantil asiste a comedores como estrategia de supervivencia alimentaria. Otro dato es que los niveles de pobreza infantil, que en mayo fueron de 58.6 %, pasarán en diciembre a 62.9%.
En el día de la infancia, algunos barrios se engalanan con globos de colores. Las escuelas en medio de la pandemia, se las ingenian para brindar algo de felicidad a los miles de chicas y chicos que desde que empezó la cuarentena, no pueden ir al colegio. A falta de picnic o recreo con sorpresas, las maestras de miles de escuelas se organizaron y trabajaron para que haya algún regalo junto al bolsón de alimentos que se distribuye en forma quincenal, reparto de alfajores, cartas y mariposas de papel.
“ En la escuela secundaria 18 de Ramos Mejía en La Matanza hay mucha preocupación común por las familias sin trabajo. Además dos familias fueron desalojadas, pese a que rije el decreto de prohibición de desalojos (…) Como tenemos muy cerca a las trabajadoras de La Nirva, -que están en lucha- decidimos juntar dinero para comprar alfajores, leche y golosinas para nuestros pibes y los del barrio vecino, que impulsan una olla solidaria. A la vez que seguimos reclamando al Estado alimentos suficientes y nutritivos para todos los pibes” cuenta Natalia, quien es docente y delegada de esa escuela.
A las necesidades alimentarias, se le suma la dificultad de poder continuar estudiando, en medio de la cuarentena y sin conectividad para millones de estudiantes de todos los niveles.
La mitad de los pibes, sin computadora para estudiar
Hace unas semanas, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, expuso los últimos datos de la Evaluación Nacional de Continuidad Pedagógica de donde se desprende que el 53% de los chicos no tiene una computadora que pueda utilizar para estudiar, y mantener la continuidad pedagógica en tiempos de confinamiento.
También se conoció el dato que menos de la mitad de los hogares cuenta con acceso fijo a internet y una señal de buena calidad. Además tres de cada 10 hogares no tienen conexión fija a la web, el 27% accede solo mediante un teléfono celular y el 3% no posee acceso a internet de ningún tipo.
Educación para ricos
La brecha educativa y la desigualdad profundizaran la deserción. Miles de estudiantes ya están quedando por fuera de todo tipo de continuidad pedagógica. Muchos de ellos también trabajan, ayudan en las changas que coniguen sus familias para la subsistencia o salen a cartonear.
¿Desde cuándo lo que debiera ser un derecho, se convirtió en un lujo solo para algunos?
La falta de clases presenciales también repercute en otros aspectos. Muchas veces la escuela actúa como un espacio de contención afectiva y también, muchas veces a través de la implementación de la ESI ( educación sexual integral) advierte y actúa en casos de abusos y maltratos intrafamiliares.
Hace algunas semanas, a través de una publicación que se viralizó por las redes, la Garganta Poderosa denunció la inacción y el abandono del ministerio de Educación de la Nación para con ellos y los proyectos que le presentaron para subsanar la falta de conectividad en los barrios. “¿Cuánto hace, ministro, que usted no pisa un barrio popular?, se preguntan desde la Poderosa.
Mientras miles de pibes no tienen internet y tienen que subir al techo o irse a la parada de micros para “agarrar” señal (eso que los medios hegemónicos les gusta romantizar), las grandes empresas de comunicaciones se la siguen llevando en pala.
Las empresas telefónicas son en su mayoría transnacionales; controlan el 90% del mercado: Cablevisión y Telecom (fusión del grupo Clarín) ganaron el año pasado 130 millones de dólares. Grandes monopolios que estafan a los usuarios hace años con tarifas escandalosas que se comen más del 10% del salario promedio. Mientras todo el pueblo trabajador está perdiendo, ellos están ganando como nunca, aprovechándose de la necesidad de la población.
Volvamos al principio. Para que la niñéz (y no solamente unos pocos) tenga sus días felices, su educación, su salud, y por qué no, también, sus regalos, es tiempo de invertir las prioridades, para que el festejo no se lo confisquen los bonistas. Basta de destinar millones al pago de una deuda ilegítima y fraudulenta. Basta de subvencionar a los empresarios y complacer a los grandes grupos económicos. No queremos ver más pibes a los que un plato de comida se les volvió un lujo. Que la tortilla se vuelva. |