Este lunes, el Congreso de Tabasco aprobó reformas a distintas leyes sobre la distribución y venta de bebidas azucaradas preenvasadas y carbonatadas, golosinas y alimentos procesados con grasa, azúcares y sodio. Estas modificaciones prohíben la venta, distribución o suministro de estos productos a menores de edad, así como su consumo en centros educativos y de salud.
Esta medida convierte a Tabasco en el segundo estado del país en legislar sobre estos temas. Oaxaca fue el primero, con la votación de un agregado al artículo 20 Bis de la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que prohibía ofrecer comida chatarra y refrescos a menores de edad.
Las modificaciones en Tabasco afectaron las leyes de Salud, de Educación y de Hacienda Municipal local y también prohíben la instalación de máquinas expendedoras en centros de salud públicos y privados, así como en centros de educación básica. De acuerdo a esta disposición, serán sólo los padres, madres o tutores legales quienes puedan suministrar estos productos a los menores y su publicidad (que deberá pagar 25% más por derechos de colocación) se ubicará fuera de un radio de 300 metros de centros de educación básica y de salud.
Chihuahua, Colima y Ciudad de México son otras entidades cuyas legislaturas han recibido propuestas en este sentido aunque con agregados, como la imposición de sanciones administrativas contra comerciantes que no acaten o la extensión de la prohibición de la publicidad a nivel medio superior.
De acuerdo a los datos del Registro Nacional de Peso y Talla en Escolares (RNPT, 2018), el 21.44% de menores estudiantes de nivel primaria presenta desnutrición leve, mientras que el 3.42% presenta desnutrición moderada y el 1.5% desnutrición grave. Estas cifras se complementan con las que señalan que la inseguridad alimentaria en Tabasco se registra en el 79% de los hogares. Como siempre, las zonas rurales sufren más que las urbanas, con cifras de hasta un 85.1% de incertidumbre alimenticia.
De 288 mil 980 alumnos distribuidos en las 2 mil 101 escuelas en Tabasco, 61 mil padecen desnutrición.
La prohibición de productos como la llamada "comida chatarra" y las bebidas azucaradas son medidas que buscan cubrir la impotencia de planes y programas de asistencia social (como los que impulsa el DIF) como el de "Desayunos escolares modalidad caliente" el cual, con el confinamiento, perdió efecto. Desde su planeación no sólo no contemplaba todos los planteles educativos de la entidad, sino que tampoco afectaba en lo más mínimo el problema estructural detrás de la desigualdad.
Apelando a la responsabilidad individual (o adjudicándosela a los padres y madres de familia), estas medidas ostentan un discurso según el cual las empresas y sus tratos con el gobierno son "inocentes" y simples "árbitros" del consumo. |