César Castillo García
| Estudiante de la Maestría de Economía, New School for Social Research (Nueva York). Miembro del Grupo de Investigación en Filosofía Social (PUCP)
La Reactivación económica promovida por el ejecutivo a través del plan REACTIVA PERÚ no ha servido para mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías, ya que los índices de desempleo crecen todos los días. Esto también se refleja en que, en lo que va de la pandemia, se entregaron 22 mil millones de soles de este fondo para apoyar a las empresas privadas, mientras que solo se destinó 4.7 mil millones de soles para los bonos de asistencia familiar.
La suspensión de actividades económicas y el deterioro del empleo han generado tanto daño como el número de muertes experimentadas por el descontrol del brote de coronavirus. Las proyecciones más “optimistas” del FMI prevén una caída del PBI anual de 14% en el país. En su último informe de producción nacional, el INEI ha registrado una caída de -17.37% en el PBI del primer semestre de 2020 en comparación al del año pasado. En consecuencia, la evolución del desempleo mostraria un comportamiento similar. Según INEI, en Lima Metropolitana la población ocupada habría caído en -40.2% en el trimestre mayo-julio respecto del mismo período en 2019. Ya a 155 días de iniciada la cuarentena en el Perú, y tras la breve apertura parcial de actividades desde el 1 de julio, no es sorprendente de que estos sean los resultado de la presente crisis económica nacional.
Ante este panorama, un plan como REACTIVA PERÚ parece atractivo. Claramente, su objetivo es garantizar la devolución del dinero a los acreedores que, en última instancia, harán lo mismo con sus respectivos prestamistas y así hasta evitar el colapso del circuito financiero nacional. Sin embargo, esto no implica la restitución de los empleos que de por sí ya se han visto reducidos por la contracción de las operaciones productivas en ciertos sectores económicos. La lógica de la cadena de pagos no es de reactivación, sino una de soporte parcial o de paliativo en favor de los acreedores del sistema financiero nacional. Estos son quiénes en última instancia se benefician doblemente, pues con el dinero de REACTIVA PERÚ: (i) se restituyen limitadamente los pagos para la recuperación de los créditos que inicialmente proveyeron a las empresas y (ii) ganan intereses adicionales y otros montos por los costos de operación que el reglamento operativo del Plan REACTIVA PERU ya estipulan.
El fondo total destinado al plan es de 60 mil millones de soles en dos etapas. Según el diario Gestion, hasta el 3 de agosto se habían colocado cerca de 22 mil millones de soles correspondientes a la segunda etapa a una tasa de interés promedio de 1.62%. En contraste, el monto para los bonos de ayuda a las familias durante la pandemia es sólo un poco más de 4.7 mil millones de soles según los datos del MEF. Según la legislación del ejecutivo, las empresas del sistema financiero que intermedian en la distribución de la liquidez de REACTIVA Perú pueden cobrar una tasa de interés por dichos préstamos. A la tasa de referencia de política monetaria (TRPM) fijada por el BCRP desde mayo (0.25%), los montos de la segunda etapa de reactiva Perú estarían haciendo márgenes de mercado promedio de 1.37% y que fluctuarían entre un mínimo de 0.25% y un máximo de 3.75%. Estos son porcentajes muy pequeños si los comparamos contra el margen de ganancia promedio del sistema bancario de 11% (tasa activa menos tasa pasiva promedio). Pero si observamos la diferencia entre la tasa interbancaria promedio (interés que cobra el dinero por pasar de banco a banco) y la TRPM en julio (-0.05%), nos percatamos que este arreglo sigue siendo ventajoso para los intermediarios.
Para saber si el costo del servicio vale la pena, deberíamos contrastar los resultados generados sobre el empleo. No se tienen datos exactos sobre la planilla de las empresas beneficiadas provistos por el MEF, pero se puede acceder a la consulta RUC para obtener un aproximado de los trabajadores registrados como personal directo y terciarizado en la planilla electrónica de SUNAT desde mayo hasta julio de 2020. Según los datos provistos por el MEF, hasta el 29 de mayo habían 71,552 personas jurídicas beneficias por el plan REACTIVA PERÚ por un monto total de 24.75 mil millones de soles. De estos, 37.6% corresponden a créditos provistos al sector Comercio y, en segundo lugar, pero de lejos, al sector Manufactura (17.16%). De ese mismo monto, el sector económico que había recibido menos créditos es el de Pesca. En el gráfico 1, mostramos la variación promedio mensual del personal registrado por sector económico de las empresas beneficiadas en la lista provista por el MEF desde marzo (mes en que inició la cuarentena nacional). Del total de las empresas beneficiadas por REACTIVA PERÚ, las que pertenecen al sector de “Electricidad, gas y agua” han sido drásticamente golpeadas con una caída promedio mensual del empleo de -39% en mayo y con una ligera recuperación en junio de -30%. Por su parte, las empresas de los sectores enseñanza y pesca siguen siendo las menos golpeadas según los resultados para mayo (-6%, -6%) y junio (-7%, -6%). A pesar de que las caídas promedio son menores, la dinámica de empleo promedio sigue siendo negativa en el conjunto de personas jurídicas beneficiadas.
Gráfico 1. Variación promedio mensual del empleo directo y terciarizado, empresas beneficiadas REACTIVA PERU (%), por sector
Para el trimestre abril-junio, el empleo de las empresas beneficiarias ha estado concentrado en la región Lima (casi 70%). Las dos regiones siguientes son La Libertad (5.22%) y El Callao (4.27%). Al revisar la distribución de las beneficiarias de REACTIVA Perú por departamentos, vemos que la situación es muy desigual. Con la misma información, podemos obtener los resultados para las variaciones de la ocupación que aparecen en el gráfico 2. El empleo ha venido empeorando en las empresas beneficiarias de las regiones Amazonas, Apurímac, Cajamarca, Callao, Huancavelica, Pasco y Tumbes. Las otras regiones solo muestran mejoras marginales; casos como los de Lima, Loreto, Madre de Dios y Moquegua solo muestran mejoras de como máximo 3%. Al igual que en la evaluación sectorial, todos los departamentos siguen mostrando un empeoramiento en su nivel de contrataciones para junio. El caso de las empresas beneficiarias de Ica es peculiar, debido a que muestran los menores niveles en la caída de la ocupación con variaciones respecto a marzo de -4% en mayo y -0.7% en junio.
Gráfico 2. Variación promedio mensual del empleo directo y terciarizado, empresas beneficiadas REACTIVA PERU (%), por región
A pesar de que estos efectos no correspondan más que a un poco más del 40% de las beneficiarias de REACTIVA PERÚ, vemos que la evolución del empleo sigue siendo negativa. ¿Es esto un error propio de la reactivación económica “intervencionista”? Claramente no. En situaciones normales, un programa de inyecciones de liquidez al sector empresarial permitiría la reactivación el empleo siempre que este se establezca como incrementos en la demanda de productos por parte de alguna tercera parte como el Estado. Lamentablemente, en las circunstancias actuales esta no es una posibilidad ya que físicamente las actividades de producción y consumo están detenidas. La situación sería peor si consideramos que parte de la estructura productiva nacional depende de la demanda externa y, por lo tanto, la liquidez inyectada internamente no incrementaría las compras extranjeras de minerales ni la de productos de la agroexportación. En este contexto, el paquete de inyecciones no hace mucha diferencia en términos de empleo, pero sí en cuanto a la sostenibilidad de márgenes hechos por el intermediario financiero. Reactivación no es sostener el circuito Dinero-Dinero, sino encontrar una salida para la supervivencia de las trabajadoras y los trabajadores que aún bregan con la pandemia.