Pese al acuerdo del Machi Celestino, luego de 107 días en huelga de hambre, el conflicto abierto con los presos políticos mapuche, no está cerrado, de hecho las pretensiones y demandas del pueblo mapuche, se encuentran completamente vigentes.

Las huelgas de hambre y reivindicaciones continúan en las cárceles de Angol y Nueva Imperial, pese al acuerdo que el Machi Celestino Cordova cerró con el gobierno, en donde, dentro de una de las cosas que consiguió, fue visitar su rewe durante 30 horas, no es un sinónimo de que la Araucanía deje de estar en el ojo del huracán, ni mucho menos que el conflicto está solucionado. Es más, el hecho de que este Gobierno haya tenido que “ceder”, luego de declaraciones de Victor Perez hace solo unas semanas como que en “Chile no existen presos políticos” o que “el Gobierno no negociaría con condenados por los tribunales de justicia” muestran en un sentido la debilidad del gobierno de Piñera, es que la posible muerte de Cordova a causa de su lucha, donde la directa responsabilidad sería del gobierno de Piñera va en contra del objetivo que se plantea el régimen político, esto es, llegar a un plebiscito lo menos convulsionado posible.

Tras la huelga de hambre del Machi Celestino, cabe preguntarse, cómo están el resto de los presos políticos y es que tanto comunicacionalmente como políticamente desde ya que los están invisibilizando, claramente, Cordova se transformó en un motor y ejemplo de la resistencia en medio de todo este conflicto, pero no era el único que exigía el cumplimiento de convenios internacionales indígenas y poder realizar y asistir a ceremonias tradicionales del pueblo mapuche.

La solidaridad se ha expresado tanto en redes sociales, como en la región de la Araucanía, sobre todo luego de lo sucedido en Curacautín donde grupos de derecha fueron a desalojar la toma de la municipalidad con la venia de Carabineros.

La criminalización y persecución que vive el pueblo mapuche no es algo nuevo, sino que viene de siglos y estos últimos años se ha visto fortalecida por los diferentes gobiernos de turno, quiénes han permitido la militarización, la represión, allanamientos y montajes.