A pesar de la actitud autoritaria y provocadora de Telmex, que aún cumplida la fecha y hora del emplazamiento decidió no quitar de la mesa de negociación sus demandas por eliminar la cláusula jubilatoria del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y la contratación de personal directo y sindicalizado, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) decidió no estallar la huelga y convocar en su lugar a una “falta colectiva” en busca de una prórroga de dos semanas.
A pesar de la maniobra para tildar de "falta colectiva" la acción del día de ayer, la movilización de la base convirtió la acción en un paro efectivo que señala el camino para enfrentar los ataques de la empresa. Acciones como la de ayer muestran una ruta para llegar fortalecidos y mejor organizados rumbo al estallamiento de la huelga.
La Revisión Contractual tenía que realizarse en el mes de abril y el emplazamiento a huelga venció el 25 de ese mes, debido a la pandemia, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) decidió “la suspensión temporal y postergación de las negociaciones colectivas y del proceso electoral del sindicato”, hasta que “el Gobierno Federal determine que hay las condiciones sanitarias que permitan realizar las negociaciones de manera ordinaria, legal y estatutaria”.
Sin embargo, a finales del mes de junio y en plena fase III de la pandemia, la dirigencia sindical informó a su base que decidió mantener la “negociación colectiva” mediante videoconferencias y vía remota (“asambleas virtuales”), métodos de negociación no “ordinarios”, “legales” o “estatutarios”. Razón por la cual decidieron emplazar a huelga a Telmex para el día 19 de agosto a las 12 pm, habiendo o no una determinación federal que lo avalara tomando en cuenta las condiciones sanitarias del país.
Pronto la “negociación colectiva” resultó en la urgencia de Slim por eliminar la clausula 149 el CCT y la contratación de personal nuevo, argumentando que, de seguir en “números rojos” hasta diciembre de este año, tendría que declararse incapaz de seguir solventando el CCT (“quiebra económica”). Demostrando que la urgencia por continuar la negociación venía de parte del patrón para sacar sus “pendientes” este año a como diera lugar, a lo cual el CEN accedió sin consultar a su base.
Si bien la base telefonista demostró ímpetu por defender combativamente su CCT mediante la “falta colectiva” del día 19 de agosto (al igual que se ha demostrado otras veces), esta acción se dio en el marco de un retroceso por parte de su dirección al ignorar el emplazamiento a huelga original, que de estallarse bajo esta situación hubiera contado con amplios destacamentos de trabajadores y trabajadoras decididos a impedirle a Slim avanzar sobre sus conquistas históricas. Decisión que no fue tomada de manera democrática sino burocrática, contando solo con el aval de la cúpula dirigente del STRM.
Telmex venía planteado, en consonancia con la burocracia dirigente del STRM, que la “única” salida a su “segura quiebra económica” era la aceptación “voluntaria” del “paquete accionario”. El cual consiste en cambiar un porcentaje, o la totalidad, de las jubilaciones futuras de los trabajadores y las trabajadoras (pasivo laboral) por acciones bursátiles de la empresa. Lo cual supuestamente permitiría al patrón sacar a Telmex de sus “números rojos” e invertir en ella sin modificar la clausula jubilatoria o afectar la entrada de personal nuevo.
Son ya muchos años en que el CEN telefonista y la patronal de Telmex crean un escenario de “conflicto” para amedrentar a la base y presionarla a aceptar las demandas de la empresa como “mal menor”. Pero si en serio la burocracia sindical quiere luchar por defender el CCT, no podrían más que jugarse a obligar a Slim a seguir haciéndose cargo de las jubilaciones y de la contratación de nueve personal, en lugar de darle la razón respecto al supuesto peso del pasivo laboral sobre sus finanzas.
Los trabajadores y las trabajadoras de Telmex pueden y deben enfrentar al hombre más rico del país, haciendo uso de la democracia de base y de los métodos de lucha históricos que generaciones anteriores legaron como los paros y las huelgas, para torcerle el brazo a la familia Slim y a la burocracia sindical que solo ven por sus intereses parasitarios y buscan acorralar a la base para que venda su jubilación. |