Cuando al iniciar la pandemia por se restringió la movilidad y se suspendieron las clases en instituciones educativas de todos los niveles, el IPN decidió suspender la aplicación del examen de admisión en todas sus modalidades. De igual manera, para el caso del nivel medio superior, se sumó a la decisión del COMIPEMS de aplazar el examen al igual que el resto de universidades y escuelas de la zona metropolitana.
Durante el último mes y con el semáforo epidemiológico en color naranja, vimos que universidades como la UAM o la UNAM reanudaron sus procesos de admisión. La UAM decidió aplicar su examen en línea mientras que la UNAM y el COMIPEMS mantuvieron la aplicación de manera presencial.
Estos últimos casos mostraron largas filas en sus muchas sedes y decenas de imágenes en dónde se observa a los aspirantes con careta y cubrebocas, aplicando el examen en las instalaciones del estadio olímpico universitario, apoyados en una tabla para recargarse, lápiz y goma. Arriesgando su salud por más que las instituciones aseguren que se sanitizaron los espacios.
Ahora toca el turno al IPN de aplicar su examen de admisión. La institución decidió comenzar con el examen de la modalidad mixta y no escolarizada. En un comunicado anunció que serán 4 mil 100 los aspirantes que se darán cita el domingo 23 en dos turnos, de 8:00 a 11:00 horas y de 13:00 a 16:00 horas en las instalaciones de UPIICSA al oriente de la capital.
De manera paralela, más al norte, en el municipio de Ecatepec, mil 102 aspirantes al nivel medio superior de la modalidad escolarizada aplicarán para ingresar al Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) número 19.
El CECyT 19 "Leona Vicario" se ubicará en el municipio de Tecámac y forma parte de cuatro nuevos planteles que el IPN inauguraría en 2020, todos ellos, orientados a las necesidades de la inversión privada. El plantel ubicado en Tecámac, según palabras del director general, tiene el objetivo de vincularse a la construcción del aeropuerto internacional de santa Lucía
Exámenes en tiempo de pandemia
Frente a los exámenes de admisión nos preguntamos si en verdad ese es el único camino a seguir. En el marco de la pandemia, y con las medidas de confinamiento, aplicar el examen presencialmente implica un riesgo para la salud de miles de estudiantes. Por otro lado, el ejemplo de exámenes en línea, como lo hizo la UAM, demostró que las condiciones de pobreza y desigualdad excluían doblemente a aquellos que no contaban con equipo de cómputo e internet en sus casas.
Tampoco podemos olvidar que el mecanismo mismo del examen es resultado de que el presupuesto para las universidades es insuficiente. Con las preexistentes carencias en todas las escuelas del país, la pandemia ocasiona que el presupuesto necesario para brindar educación incremente. Contrario a esto vemos como el sector es atacado, su presupuesto disminuye y se intenta cargar el costo de la crisis sobre los estudiantes, los padres y madres de familia así como los trabajadores mediante el ataque a sus condiciones laborales.
Los exámenes funcionan como mecanismo para acusar a los aspirantes de no haber estudiado lo suficiente cuando en realidad el problema es la falta de espacios, salones, infraestructura y profesores para satisfacer la demanda.
En medio de la más grave crisis sanitaria de esta generación y de una crisis económica sin precedente, un gobierno que se preocupe por los sectores populares, los trabajadores y sus hijos debería garantizar que ninguna persona quede desprotegida ante la crisis. En vez de mantener la farsa de los exámenes de admisión, estos deberían cancelarse y garantizar la inscripción a todos los estudiantes en todos los niveles y todas las escuelas.
Frente al reto de las clases en línea el presupuesto educativo debe incrementarse y dotar de equipo de cómputo y conexión a Internet a todos los estudiantes y profesores. Garantizar los derechos laborales de los trabajadores del sector educativo y destinar presupuesto suficiente para que en cada centro educativo se implementes las medidas sanitarias necesarias y se garantice atención médica en caso de ser necesario. Si se debe ampliar en número de plazas para contratar a más personal este debe gozar de todos los derechos laborales desde el primer día.
Contrario a esta política, el gobierno de la cuarta transformación ha implementado despidos masivos de trabajadores estatales bajo la bandera de la austeridad republicana.
En vez de dotar de computadoras e Internet a profesores y estudiantes, la secretaría de educación gastará millones de pesos el pagar a las televisoras por transmitir contenidos educativos.
En vez ofrecer educación pública y gratuita se reproducen esquemas de exclusión para millones de jóvenes que no serán aceptados tras el examen de admisión. En vez de abrir escuelas que formen a más profesionales de la salud se pone la educación al servicio de las obras que la 4T construye en beneficio de la iniciativa privada como el aeropuerto de Santa Lucía o el Tren Maya.
Las prioridades del gobierno son claras y nosotros, los trabajadores y sus hijos no estamos entre ellas. Solo una salida independiente por y para los sectores populares podrá satisfacer las necesidades de educación, salud y empleo. Organicémonos y luchemos en defensa de la educación pública y contra la precarización. | 
