El Dipy, tal como se lo conoce en la movida tropical y que para muchos se ha dado a conocer en las últimas semanas por sus polémicas declaraciones, está en la cresta de la ola. Su canción Par Tusa (plagiada a las cantantes centroamericanas Karol G y Nicki Minaj) se hizo conocida mundialmente pues los futbolistas argentinos que integran el equipo francés Paris Saint Germain, la llevaron a los vestuarios antes de la final de la Champions League. Luego de los festejos desaforados, y antes de la derrota frente al Bayern Munich, cantaron el estribillo de Par Tusa: “Anda a la puta que te parió/No sufro más por vos, no más/Tomate el palo no te pienso llamar/No me vengas a rogar/Ándate a cagar, no, no/Te la mandaste y ya no hay vuelta atrás”.
Parece que el himno del Dipy no les sirvió mucho y hay memes que lo tildan de mufa. Hasta el cantante de Mala Fama le dedicó una parodia con la camiseta del equipo alemán a su contrincante cumbiero.
David Adrián Martinez tiene 42 años, nació y se crió en La Tablada, provincia de Buenos Aires. Comenzó su carrera en la movida tropical de la cumbia villera con la banda El Empuje y hace unos años se lanzó como solista. Sus letras se caracterizan (él mismo lo dice) por no ser muy elaboradas ni profundas. Más bien todo lo contrario: son básicas y repetitivas.
La mayoría de las canciones lo ubica como novio despechado, donde el machismo se disemina por todos lados y a las puteadas, reforzando esas cadenas donde el patriarcado se siente cómodo y naturalizado. No es casual que le choque tanto el idioma inclusivo, tal como lo hizo saber en sus redes sociales y le valió una pelea con Pablo Echarri.
Al contar fanfarronamente que su canción Par Tusa se hizo conocida mundialmente, que ese día había hecho 27 notas para los medios, que lo llamaron del extranjero, que su instagram en un dia cosechó 80 mil seguidores y que se emocionó cuando lo vio a Neymar cantar esa puteada, miró cómplice a la cámara y espetó “la tenés adentro” en alusión a su pegada musical y su gran momento.
Antes de hacer públicas sus opiniones políticas con un tinte abiertamente de derecha liberal, se peleó con unos cuantos de la movida cumbianchera, siempre por contar cosas que sus interlocutores no hubiesen querido hacer público. Hasta llegó a subir en las redes un video donde su pareja, Mariana Diarco, buscaba un porro en un tacho de basura, acusandola de drogadicta.
Tempranamente, al inicio de la cuarentena exigió trabajar y hace una semana atrás repitió el deseo de volver a cantar en los escenarios. Subió un video con un recital suyo en su cuenta de twitter un día después de la movilización de los sectores “anticuarentena” que piden “libertad”.
El último fin de semana, en el programa de Mirtha Legrand conducido por su nieta Juana Viale, no paró de hablar de la situación actual y dejó en claro sus posiciones políticas.
Con un discurso anticorrupción, anti políticos y a favor de la policía, mostró sus opiniones cercanas a la derecha liberal de los Espert y Milei: "Nadie está pensando en la gente. Esto lo dije una vez y tuve muchos problemas, pero el que te da plata te hace pobre, porque vivís dependiendo de él (NdR de los planes sociales). Entonces, ¿qué hacés? Llega un momento en el que tenés esa platita y te relajás para poder sobrevivir... Juntos Por el Cambio se pelea porque Cristina es una delincuente, que Lázaro esto o lo otro... Los de acá dicen que Macri se fue, que se robó todo, que los Panamá Papers, que esto, que lo otro... Y en el medio nosotros estamos esperando a que se terminen de tirar piedras entre ellos y nos solucionen un poco las cosas", dijo haciendo gala de su pensamiento de “tipo de barrio”.
Cuando habló de la “inseguridad” (tema obligado de todos los programas en esas Mesazas) contó que le tiraron un tiro en la puerta de su casa y después le pidieron los objetos de valor. Previamente había sentenciado que ya “los robos pasaron de su límite y ahora te pegan un tiro porque sí” y completó su reflexión: “la policía hace lo que puede porque le pagan dos mangos. Sabes que feo ganar dos mangos y tener que ir a tirotearte”.
Él mismo cuenta que cuando se decidió por la cumbia tenía un sueño: hacerse famoso llevándole alegría a la gente. Sin embargo, “su alegria” es reproducir el pensamiento del que gustan los liberales y la derecha menospreciando a las mujeres, denigrando a los desocupados y reivindicar a las fuerzas represivas, entre sus postulados más salientes. |