Desde hace más de 4 años las y los trabajadores del Instituto Nicolás Avellaneda sufrimos precarización laboral. Al incumplimiento de pagos de sueldos o en el “mejor” de los casos atrasos en el percibimiento del mismo, se suman la falta de pagos de los aportes patronales. Nos adeudan hasta un año de Obra Social y jubilación, que se complejiza teniendo en cuenta el panorama sanitario actual.
«Docentes de Escobar: “Queremos trabajar, cobrar y que se respeten nuestros derechos laborales”»
El señor Tito Achával, quien también es dueño de nivel inicial, primario, secundario y terciario, llama a la docencia a no hacer paro en nombre de los derechos de los estudiantes, siempre se manejó como un empresario, que ve la educación como un negocio.
Haciendo un breve repaso por los dos últimos años, en febrero del 2019 nos encontrábamos con la falta de pago del bono, cuyos fondos habían sido transferidos por el estado provincial a fines del 2018. Como todos ya anticipábamos, el pago del medio aguinaldo también iba a sufrir demoras. Y, lamentablemente, no nos equivocamos. Después de redactar una carta, manifestando nuestra preocupación por lo sistemático del caso, y luego de algunas reuniones con la representante legal, a duras penas, pudimos cobrar antes del receso escolar de invierno. A pesar de haber suscripto varios “acuerdos” a través de la mediación con el Ministerio de trabajo, lo cierto es que la patronal nunca cumplió los acuerdos. La segunda parte del 2019 no iba a ser menos conflictiva. El personal no docente cobró sistemáticamente con atrasos de más de 20 días. En un colegio subvencionado en un 80 %, el personal docente empezó a sufrir retrasos en sus salarios. Situaciones como éstas, también la sufren compañeras de la academia de inglés, perteneciente a la misma empresa. Como desenlace, en pleno receso escolar del 2020, nos encontramos con la noticia de los despidos en el nivel primario. A las problemáticas que mencionamos anteriormente, se suman algunos malestares más.
«Precarización laboral en escuela privada»
No podemos dejar de nombrar nuestra preocupación al momento de volver a las aulas. Acostumbrados a las pésimas condiciones laborales y a la falta de recursos, incluso los más indispensables para esta actividad (falta de tizas y borradores, pizarrones en los que no se puede escribir) lo que más nos preocupa, en este momento, es la sobrepoblación de estudiantes por aula. Llegando a haber aulas con 47 estudiantes, en donde se crea un hacinamiento, que claramente beneficia al contagio de enfermedades. Por otro lado, el instituto nunca proporcionó ni a las y los docentes ni estudiantes elementos de higiene básicos, como jabón o alcohol en gel.
Además, frente al gran caudal del estudiantado la infraestructura quedó no solo chica sino empobrecida. Teniendo que compartir baños que no dan abasto, se suman los problemas cloacales que se viven constantemente, falta de patio de material, que no es poca cosa teniendo en cuenta que los días de lluvia, con el patio embarrado, los estudiantes deben permanecer en los recreos en pasillos que hace que el hacinamiento sea preocupante. La falta de ventilación en muchas de las aulas, equipos de aire que no funcionan, también la falta de ventiladores contribuye a que enseñar y estudiar sea una tarea difícil e ingrata.
En este contexto, frente a las mentiras y la falta de respuestas por parte de los dueños del colegio, las y los docentes manifestamos nuestros reclamos exigiendo lo adeudado a través de telegramas, y reuniones en el ministerio de trabajo y escraches antes del ASPO. Organizando un posible cese de actividades, exigimos: -Pago de salarios en tiempo y forma -Pago de todos los salarios adeudados -Pago de los aportes patronales correspondientes -Condiciones dignas de trabajo a la vuelta al aula.
Docentes Nivel Secundario Dr. Nicolás Avellaneda |
