En el segundo informe de gobierno según AMLO se logró 560 millones de pesos de ahorro por la austeridad en la administración pública. Pero ese ahorro fue en gran medida gracias a despidos masivos de trabajadoras y trabajadores estatales precarizados, dejando a cientos de miles de familias en la calle, antes de la pandemia.
Presumió que en el peor momento a México le tocó el mejor gobierno. El presidente afirmó que vamos saliendo delante de las crisis sanitaria y económica, aunque apenas ayer el secretario de Hacienda sostuvo que esta crisis es peor que la de la década de 1930 y se prevé que recién en unos 5 años se recupere el nivel del PIB (raquítico) de 2019.
Reivindicó a la Secretaría de Defensa y Marina por la reconversión de 969 hospitales para covid-19, una medida que sirvió sobre todo para fortalecer esas instituciones y militarizar la salud en medio de la pandemia.
Citó a Adam Smith como fundamento de su economía moral: “por más egoísta que quiera suponerse el hombre, hay algunos elementos de la naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de otros, de tal modo que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ella nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla”.
Programas sociales y megaproyectos: su carta fuerte
Reivindicó los apoyos a los adultos mayores y a niños con discapacidad, así como las becas para estudiantes, que se entregaron por anticipado durante la pandemia. AMLO señaló que en total se entregan 115 mil millones de pesos en beneficio de 9 millones de personas, lo que implica unos 12,700 por persona, una cifra que no alcanza para vivir dignamente ni un mes.
Reivindicó el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, en el cual numerosos jóvenes están becados con salarios mínimos y sin prestaciones, cuyo “entrenamiento” está financiado por el gobierno en beneficio de empresas privadas y de dependencias estatales.
“Ya pasó lo peor, vamos para arriba, recuperamos empleos perdidos, estamos empezando a crecer” afirmó. Subió 9.5% el consumo de productos básicos, un indicador que AMLO destaca como positivo, pero que en realidad da cuenta del avance de la pobreza. Destacó que la economía cayó 10.4% en el semestre, con menores daños que otros países como Italia, España, Francia y Reino Unido.
Subrayó que en casi todos los países recurrieron a créditos y se endeudaron más, algo que México no hizo. Sin embargo, aunque el gobierno no tomó nuevos créditos, la deuda externa sólo por los intereses y la devaluación del peso, aumentó a 16 billones de pesos y el pago de los intereses registró un alza a nivel de 60 % del PIB.
Amigo de Trump y de los empresarios
El presidente señaló que la relación con los empresarios es buena y respetuosa, que la mayoría no despidió a sus empleados. Dijo que de 20 millones 500 mil trabajadores inscriptos en el IMSS sólo se perdieron un millón de empleos, obviamente sin contar los 15.7 millones de despidos que hubo en el sector informal y sin contar que cada año se incorporan a la población económicamente activa 1.2 millones de personas.
AMLO agradeció a los empresarios de las televisoras que ayudan con la transmisión de clases ─cuando esto no resuelve en lo más mínimo la crisis educativa abierta con la pandemia, pero sí engorda los bolsillos de los dueños de la televisión─ y también a los hospitales privados “que ayudaron” durante la pandemia, embolsándose el costo de los procedimientos como cesáreas, a costa de las finanzas públicas.
Mientras reconoció a los migrantes que mandan remesas a México y aportan para mantener el consumo, respecto a EE.UU. AMLO remarcó que, en su visita a Washington, Trump nos trató con respeto y elogió a los paisanos que viven y trabajan en EE.UU., al tiempo que reivindicó la firma del T-MEC.
A los ecologistas que lo "atacan" (cuando 20 defensores ambientales asesinados durante su gobierno), les dijo que se plantaron 5 millones de árboles frutales y maderables, aunque por supuesto no dijo que se hizo sobre terrenos ganados a la selva en el sur de México.
Respecto a sus megaproyectos, AMLO se ufanó de los avances en la refinería Dos Bocas, el tren Maya y el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles.
Además, señaló que ya no hay torturas, desapariciones ni masacres, porque cuenta con el apoyo responsable de las FF.AA. Esto a pocos días de la ejecución sumaria que realizaron integrantes d el Ejército en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Respecto a la consulta para decidir si se juzgará a expresidentes, reiteró su postura conciliadora de no someter a proceso a exmandatarios, justo cuando se han difundido públicamente evidencias de sus trapacerías, pero que si en la consulta se aprueba eso, respetará la resolución, aunque aprovechó para maniobrar tendenciando a sus seguidores diciendo que el votaría que no. Esto mientras el caso Lozoya prendió el ventilador y expone tanto a altos funcionarios de los gobiernos de Peña Nieto y de Calderón.
Este puede ser un punto ríspido con su base electoral, ya que buena parte de su popularidad y las ilusiones que aún despierta el gobierno de AMLO se basan en el repudio al gobierno de Peña Nieto y de las anteriores administraciones priistas y panistas. |