El miércoles, Facundo y Federico, hermanos y trabajadores de la empresa Empiro, quienes realizan tareas de montaje y herrería desde hace ocho y cinco años respectivamente, se presentaron a trabajar como los hacen todos los días. Cuando llegaron a la puerta del parque industrial se encontraron con la noticia de que no tenían permitido el ingreso a su lugar de trabajo sin saber las causas.
Solicitaron al personal de portería del parque industrial el ingreso para poder hablar con el dueño de la empresa, Iván Roinich, y que éste les comunicara el motivo por el que habían sido despedidos. Lejos de recibir alguna respuesta por parte del dueño de la empresa que no dió la cara, ambos fueron retirados del parque industrial por personal policial.
Los trabajadores denuncian que fueron despedidos por medio de un llamado telefónico de una persona que sería el abogado de la empresa, quien les informó que no concurran a su trabajo, sin darles mayores explicaciones. Facundo y Federico se presentaron de todas maneras ya que no fueron notificados legalmente. Otro trabajador, Camilo, con 11 años de antigüedad, también fue despedido sin causa, sin enviarle el telegrama y diciéndole que se quedara en su casa porque le iban a pagar lo que le correspondía. Sin embargo el trabajador, días después, se encontró con la sorpresa de un aviso vía telegrama que decía que era despedido por abandono de trabajo.
Es evidentemente cómo la empresa está realizando una maniobra tramposa para despedir sin ningún motivo y con total impunidad. Además los trabajadores denuncian que se les adeuda la última quincena y que los han dejado en la calle sin importarle que no puedan llevar el pan a sus casas.
Así lo afirma uno de los despedidos: “trabajamos toda la quincena y no nos quiere pagar, yo le tengo que dar de comer a mis hijas, soy sostén de mi casa, de mi vieja que es pensionada. El dueño nunca quiso hablar con nosotros, hoy dejó más que claro que él no tiene intención de tratar a la gente de igual forma en diferente condición social”.
Estos despidos se dan en el marco de una emergencia sanitaria, social y económica atravesada por la pandemia del Covid donde para muchas familias trabajadoras cada vez se hace más difícil llegar a fin de mes. A pesar del decreto presidencial que prohíbe los despidos, los empresarios siguen con vía libre para hacer lo que quieren gracias a la complicidad de los dirigentes sindicales que miran hacia otro lado. |
