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15 de marzo de 2025 Twitter Faceboock

Derechos Humanos
Entrevista a realizador del documental "Venda Sexy, memorias de un centro de tortura": "La memoria histórica se hace necesaria para poder combatir las políticas del olvido"

Desde La Izquierda Diario entrevistamos a Elías Quintana, editor del documental "Venda Sexy, memorias de un centro de tortura", producción audiovisual que reflexiona en torno a las memorias y relatos de sobrevivientes del Centro de Detención y Tortura la Venda Sexy durante la dictadura militar en Chile.

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Foto: Núcleo GIME.

El documental "Venda Sexy, memorias de un centro de tortura" (2018) relata las memorias de seis sobrevivientes del centro de detención y tortura de la dictadura cívico militar de 1973, el cual se encuentra disponible en el sitio Ondamedia.

Desde La Izquierda Diario, entrevistamos a Elías Quintana Poblete, antropólogo social y editor del documental realizado por los estudiantes y egresados de la carrera de antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano; Camila Varas, Gittel Villablanca, Elías Quintana, Constanza Sepúlveda, Isidora Ruiz, Paloma Vargas, Luis Lara, Yasna Herrera y los profesores/as Elías Padilla y la profesora Claudia Arellano.

Elias: Como equipo GIME, (actualmente conformado por Isidora Ruíz, Camila Varas, Gittel Villablanca, Yasna Herrera y Elías Quintana) nos encontramos generando contenido a través de redes sociales como Instagram y Facebook. Principalmente nos estamos enfocando en denunciar y difundir contenido sobre Violencia Política Sexual dándole un enfoque más educativo a todo lo que vamos haciendo. Poco a poco queremos ir trabajando diferentes temas por medio de redes sociales, que sean más didácticos y acordes a los tiempos de pandemia que estamos viviendo, aún así no descartamos volver a trabajar en una nueva producción audiovisual.

LID: ¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron este trabajo documental de sobrevivientes de la dictadura?

Elías: El Núcleo de Investigación sobre género, imagen y memoria (GIME) nació a partir del trabajo colectivo que estábamos realizando algunos estudiantes y compañeros de la escuela de Antropología de la UAHC por allá en el 2016. En un principio, como grupo queríamos trabajar sobre temas de memoria y género, pero siempre incorporando lo audiovisual como una alternativa a la producción del conocimiento. En conjunto con nuestras ideas sobre generar material audiovisual desde la antropología, el profesor Elías Padilla nos propone crear un proyecto que tomara en cuenta la casa de tortura Venda Sexy o Discoteque, la cual había sido declarada sitio de memoria hace muy poco tiempo. Cabe destacar que el profesor Padilla fue sobreviviente de la Venda Sexy y también participa como entrevistado en el documental, siendo uno de los principales gestores para la realización de las entrevistas con los otros sobrevivientes.

Esta serie de hechos nos impulsaron a crear un proyecto que fue financiado por la UAHC donde uno de los principales objetivos se centraba en visibilizar los hechos ocurridos en la casa de tortura Venda Sexy a partir de los relatos de seis sobrevivientes; pero también en denunciar los hechos de violencia política sexual del que fueron víctimas las personas que pasaron por ese centro de detención. Este tema es central en el producto audiovisual porque se relatan los hechos a partir de las memorias de las y los sobrevivientes poniendo énfasis a este tipo de tortura en específico, donde se ejerce violencia sexual como una forma de doblegar corporal y emocionalmente a lxs presxs políticos, ya sea a través de electricidad, violaciones y utilización de un perro amaestrado llamado Volodia y que era manipulado por Ingrid Olderock.

Con todo este proceso nuestro rol claramente era político y teníamos como objetivo dar a conocer y denunciar los hechos para que todos estos actos no quedaran impunes, ya que muchos de los torturadores que participaron en Venda Sexy no han pagado por sus delitos, algunos han muerto sin condena y otros simplemente no han sido condenados por ejercer violencia política sexual sobre los cuerpos de lxs detenidxs.

LID: ¿Cuál momento o situación te marcó en la realización del documental?

Elías: En lo personal la fase que más me marcó fue la edición y el montaje del documental. Esta tarea fue realizada a cabalidad por dos personas (Camila Varas y yo), por lo tanto, fueron muchas horas de trabajo y también la primera vez que incursionábamos en la edición de un material de tal magnitud. Como comentaba anteriormente, habíamos tenido la experiencia de editar un corto etnográfico de aproximadamente 10 minutos, pero este material lo teníamos pensado como producto final en 45 minutos. Además, teníamos muchas horas de grabación contando las entrevistas, grabaciones de actos políticos, seguimientos, entrevistas complementarias, etcétera.

Durante todo el proceso de postproducción tratamos de trabajar el material con mucho respeto y desde nuestra propia sensibilidad, por este motivo siempre conversamos como equipo la forma en que retrataríamos ciertos temas como la tortura, ya que no queríamos caer en la morbosidad del tema, por estos motivos siempre destacamos que el relato de los sobrevivientes son el principal motor del material audiovisual. Recuerdo que el tema nos afecto emocionalmente, sobre todo cuando trabajamos en la edición debido a que estábamos expuestos a los testimonios durante muchas horas, reproduciendo, seleccionando y cortando clips, esos momentos fueron los que más me marcaron personalmente. En el documental hay un momento donde Nora Guillén comenta sobre su reencuentro con Ida Vera Almarza en el baño de la Venda Sexy y es la última vez que la ve. Cada vez que veo esa escena en particular no puedo evitar ponerme sensible.

LID: A 50 años del triunfo de la UP y a casi un año de la revuelta popular ¿Por qué es necesaria la memoria histórica en estos tiempos?

Elías: Como sociedad la memoria nos permite conocer nuestro pasado para comprender nuestro presente y así ser agentes de cambio para el futuro. En estos tiempos la memoria histórica se hace necesaria para poder combatir las políticas del olvido que se han ido gestando por parte del Estado en el periodo de post dictadura y que ha penetrado en una sociedad que tuvo miedo durante mucho tiempo. En este sentido, la memoria se convierte en una herramienta política que busca verdad y justicia; y que como sociedad debemos contribuir a esta deuda histórica que tenemos con todas las víctimas y sobrevivientes de la dictadura cívico militar, pero también nos permite conocer los hechos pasados y repensarlos en el presente. Con esto me refiero a los acontecimientos ocurridos desde la revuelta popular de octubre del año pasado, donde se observaron muchísimos casos de violaciones a los derechos humanos, donde el Estado aplicó las leyes de seguridad de Estado contra su propio pueblo privándolos del derecho a exigir (en pocas palabras) una vida digna y con derechos para todxs.

Desde hace un par de años se ha venido hablado sobre la violencia política sexual y los casos que se vivieron en dictadura, pero también ha habido casos en democracia, sin embargo, desde la revuelta popular estos casos han ido incrementando y han dado cuenta de que la violencia sexual es utilizada como un arma que tiene por objetivo quebrar a las personas y el espíritu revolucionario. En estos casos la memoria histórica nos ayuda a comprender que al igual que en la dictadura de Pinochet, el Estado sigue aplicando la violencia a través de las fuerzas policiales y militares para reprimir el movimiento y las demandas sociales.

Desde “la vuelta a la democracia” se ha perseguido a personas que han luchado por los derechos de una sociedad más digna. Con esto no solo me refiero a la lucha por la justicia de víctimas de la dictadura militar, sino que también me refiero a las demandas sociales de trabajadores sindicales, demandas del pueblo mapuche, demandas por los derechos LGBTTIQ+, activistas ambientales, entre otros. Todas estas injusticias hacen que las personas se movilicen y logren establecer vínculos que permiten compartir las memorias que tanto han querido apagar con los años. Por este motivo, es importante no olvidar, mantener vivas las memorias de todas aquellas personas que han levantado su voz y han ido en contra de lo establecido por este sistema. Es labor de las nuevas generaciones apropiarse de estas memorias y no olvidarlas, seguir con este trabajo porque la memoria es colectiva y es deber de todos construir una sociedad más justa.

Finalmente quiero agregar un breve comentario sobre la recepción del documental. A modo personal aún me cuesta un poco creer el impacto que ha tenido este material para las personas. En un comienzo como equipo nos preocupaban nuestros limitados conocimientos sobre cine y sobre cómo producir un documental tomando en cuenta un tema tan sensible como este. No queríamos realizar un producto tipo reportaje de noticiero, ni tampoco caer en el morbo de relatar gráficamente los tipos de torturas que vivieron las personas que pasaron por Venda Sexy. Fue un trabajo arduo donde cada uno de los integrantes aportó desde sus conocimientos y logramos armar el producto final.

Siempre que mostramos el documental en diferentes lugares, tratamos de conversar luego de exhibirlo y siempre ha tenido una buena llegada; los espectadores cuentan sus experiencias y sus sentimientos en torno al film, se produce un ambiente muy de confianza y para todos nosotros eso ha sido muy especial.

 
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