Fue el sábado a la tarde frente al Obelisco, en medio de los picos de contagios y muertes por Covid-19. El hecho se conoció más por el repudio recibido que por el mérito de ese grupo de “patriotas” (como se autodefinen). El fundamentalismo reaccionario encontró su slogan.
La excusa era demostrar el “descontento” con algunas de las medidas oficiales implementadas en pandemia. Pero en verdad muchos de los que se autodefinen como anticuarentenas son grupos ultrareaccionarios, anticientíficos y ligados a grupos del “nacionalismo” y el conservadurismo que operan sobre todo en las redes sociales.
Sin embargo, en las redes sociales recibieron más repudios que adhesiones. Es que el mensaje es temerario. Decenas de personas quemando en una olla tapabocas y barbijos frente al Obelisco para manifestar su oposición a las medidas implementadas en el marco de la pandemia, es una imagen fuerte. Pero al escuchar a sus protagonistas queda un poco más claro el trasfondo de semejante anto.
VIDEO: El testimonio de los anticuarentena que violaron el aislamiento y quemaron barbijos en el Obelisco en pleno crecimiento de contagios y contra los pedidos del personal sanitario, al que agreden y critican. pic.twitter.com/RD4Bzp7644
Además de las explicaciones anticientíficas y rayanas con el desquicio de estos grupos (también sugieren el consumo masivo de dióxido de cloro, rechazan la vacunación de los niños y otras “recetas” alternativas), hay que mencionar que sus militantes suelen confluir con la derecha política argentina. Sin ir más lejos, se los vio el 17A en la concurrida marcha convocada, entre otras personalidades, por Patricia Bullrich (presidente del PRO) y Dionisio Scarpin (intendente de Avellaneda, Santa Fe), ambos infectados de Covid-19 días después de participar de ese tipo de movilizaciones.
Este domingo la consigna “quema de barbijos” fue tendencia en Twitter, pero masivamente los mensajes fueron de repudio y críticas a quienes protagonizaron semejante acto temerario.
Pese a lo minoritario de la convocatoria, no hay que perder de vista que estas expresiones se dan en el marco de la compleja situación sanitaria que vive Argentina, con partes diarios oficiales que dan cuenta del aumento (con récords en los últimos días) tanto de contagios registrados como de muertes. A la vez que desde el sector de la salud se viene denunciando con insistencia en el más que posible colapso del sistema sanitario nacional y de las provincias, que suma a la decadencia y el vaciamiento históricos por parte de todos los gobiernos una situación excepcional a nivel mundial.
Precisamente parte de los destinatarios del mensaje rabioso de los anticuarentena es el personal de salud, que está en la primera línea de la batalla contra el coronavirus y recibe también el destrato cotidiano del Estado.