Tras convertirse en una de sus principales promesas de campaña, Alfredo Del Mazo, gobernador del Estado de México por el PRI, ha vuelto a promocionar las supuestas ventajas que este apoyo social ha significado para las mujeres mexiquenses.
Según sus redes, el salario rosa brinda “estabilidad, capacitación y sustento para las familias” y ha sido repartido a más de 278 mil mujeres (menos del 2% de la población en situación de pobreza extrema en la entidad).
Pero el “salario rosa” representa, en realidad, un apoyo bimestral de $2400 pesos que puede otorgarse de una a doce ocasiones. Una cifra muy por debajo del ya de por sí insuficiente salario mínimo mensual, sin garantía de duración del apoyo. Y que ubica al trabajo doméstico no remunerado en un valor pagado de $40 pesos la jornada, una verdadera burla para quienes cargan con la esclavitud del hogar.
Es tan grande la carestía de la vida y los efectos de la pandemia -despidos masivos que dejaron en la calle a millones de trabajadorxs y sus familias -, que un aporte así de pequeño representa una diferencia sustancial para encarar el hambre y el costo de servicios como la renta, la luz, y el agua, ya no digamos el internet.
Pero es absolutamente insuficiente para sacar adelante a las mujeres trabajadoras y sus familias, muchas de las cuales son encabezadas por madres solteras que tienen que hacerse cargo de la manutención propia, de sus hijes e incluso de sus padres u otros familiares.
En un municipio azotado por la precarización laboral, el desempleo, el feminicidio y la desaparición de mujeres y jóvenes, que se han extendido con la militarización y el avance del crimen organizado y las redes de trata, hace falta más que un apoyo social paupérrimo para enfrentar las condiciones materiales y estructurales que mantienen a millones en la pobreza y la violencia.
En los últimos doce años en el Edomex, más de 5mil mujeres fueron asesinadas, colocando como primera entidad en feminicidio y delincuencia. El 49.6% de la población se encuentra en condición de pobreza, el 7% en pobreza extrema, más del 60% carece de acceso a seguridad social, en contraste de los grandes beneficios que han conseguido la oligarquía empresarial, entre ellos Grupo Carso y OHL.
Ya en el 2012 vimos cómo el “salario rosa” fue usado como moneda de cambio para la compra de votos. Una nueva versión de la “tarjeta Soriana” que constituyó un escándalo para Monex por prestarse a actividades proselitistas a favor del PRI.
Y al igual que en 2018, no es casual que se reviva la publicidad en torno a las “grandes mejoras que ha significado el salario rosa” en un período pre electoral, en el que básicamente todos los partidos del Congreso al servicio de los empresarios han empezado ya a hacer campaña.
Para dar pasos en el combate efectivo contra la pobreza y la violencia, hace falta atacar las ganancias de los beneficiados de la misma: los grandes empresarios capitalistas y los políticos corruptos a su servicio.
Solo implementando impuestos progresivos a las grandes fortunas y dejando de pagar la ilegítima deuda externa podrían financiarse programas sociales efectivos, acompañados de una gran inversión en obra pública que apuntara a garantizar el acceso pleno y gratuito a la salud, educación y vivienda dignos.
También podrían obtenerse recursos a partir de dejar de financiar a las fuerzas represivas, como la Guardia Nacional, y destinar eso a infraestructura, programas contra la violencia hacia las mujeres que contemplen refugios transitorios gratuitos, y la construcción de comedores, lavanderías y guarderías públicas y gratuitas que descarguen a las mujeres de la carga del trabajo reproductivo, etc.
Contra todo intento de cooptación, el movimiento de mujeres debe organizarse de manera independiente al gobierno, la derecha y los partidos del congreso, y buscar forjar alianzas y abrazar a aquellos sectores en lucha -también nutridos por mujeres – que hoy enfrentan los planes antiobreros de la 4T, como el SutNotimex en huelga hace seis meses, p trabajadores de la educación en la UACM y otras universidades públicas del país.
Este 28 de Septiembre, Día internacional por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe, súmate con Pan y Rosas México a recuperar las calles y alzar la voz por aborto legal, libre, seguro y gratuito en todo el país; contra los despidos, la precarización y la violencia, que afectan doblemente a las mujeres pobres y trabajadoras. |