El importante número de casos en la ciudad ya dejó las primeras bajas entre los integrantes del COE Rio Cuarto donde fue corrido de su puesto el doctor Pepe, volviendo a la dirección del Hospital Regional San Antonio de Padua, quedando en su lugar al Dr. Diego Almada como nuevo director del COE regional.
La situación sanitaria en la Ciudad se encuentra al borde del colapso de los sanatorios, quedando pocas camas disponibles y con el personal sumamente afectado por contagios entre los trabajadores. Esto llevo al pedido de volver a fase 1 a los dueños de las clínicas privadas que ven colapsados los nosocomios, y claramente contrastando con los dichos del Ministro de Salud de Córdoba que estuvo de visita en la ciudad en los últimas semanas tratando de traer tranquilidad con un discurso negacionista de la realidad. El ministerio de Salud de la provincia de Córdoba confirmó hoy 165 nuevos caso positivo de Covid-19 llevando la cifra a 1633 desde que comenzó la pandemia y elevando el promedio diario a 100 casos en la ciudad.
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Por su parte el Policlínico San Lucas anuncio por medio de un comunicado el lunes que “Como es de público conocimiento, y ante la transmisión comunitaria en nuestra ciudad y región del virus Covid-19, mucho de nuestro personal ha contraído la enfermedad, por lo tanto estas medidas tienen la finalidad de reorganizar cada uno de los sectores, sobre todo los críticos, con el personal que aún dispone la institución”, remarcó el comunicado destacando el avance del virus a nivel local y señalando que hay “transmisión comunitaria”, algo que las autoridades de salud negaron la semana pasada. “Es nuestra responsabilidad tomar todos los recaudos necesarios para salvaguardar la salud de nuestros pacientes y de nuestro personal”, y agregan “En estos próximos catorce días la atención se limitará a la guardia de urgencias y la atención de pacientes febriles respiratorios con cuadros compatibles de Covid-19 en la medida de nuestra capacidad operativa, que hoy se encuentra limitada por las bajas del personal de distintos sectores. También continuará trabajando el laboratorio de análisis clínicos y los hisopados de pacientes sospechosos”, concluyen.
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Al mismo tiempo desde La Izquierda Diario hemos recibido esta misma semana denuncias de trabajadores de ese mismo nosocomio que aseguran que las autoridades de la institución están multando a los y las trabajadores que dan positivo de Covid aduciendo que en el interior del hospital los protocolos se siguen de modo estricto por tanto quienes se contagien lo hacen fuera de su trabajo: efectivamente, los multan por enfermarse. Esto es algo que lejos de llamarnos la atención tiene mucho sentido teniendo en cuenta las ya precarias condiciones en las que trabaja el personal de salud, administrativo, de limpieza y seguridad, tanto al interior de los centros de salud como fuera de ellos. El discurso que responsabiliza a los ciudadanos por la propagación del virus es algo que estamos cansados de oír en cada cadena nacional, en cada discurso del gobernador, en cada nota que da Llamosas, mientras tanto en el momento de mayor contagio a nivel nacional siguen sin hacer lo necesario para controlar el brote como test masivos o insumos de calidad, ni siquiera se acepta que los profesionales de la salud son los primeros precarizados de esta situación al ser la primera línea de defensa con la que cuneta el pueblo trabajador que cae en el contagio por tener que salir a laburar todos los días porque claro, tampoco se garantizó nunca un IFE que ayude a las familias a mantenerse al resguardo de sus casas.
Que la ciudad vuelva a fase uno es otro intento desesperado por parar una pandemia que podría haber sido mucho menos dañina si desde el comienzo se hubiesen tomado medidas de fondo como un IFE de 30 mil pesos o el impuesto a las grandes fortunas de quienes las vuelvan más grandes día a día, pero no. Hoy nos desayunamos con una patética demostración de miseria de parte de un policía que amenazaba con tirarse de una antena si no mejoraban sus condiciones salariales, algo que parece haber activado las alarmas en el despacho de Schiaretti quien enseguida se adelantó a un escenario similar en Córdoba y aumento las adicionales de las fuerzas represivas locales en un 35 % una burla más dirigida a la clase trabajadora y productiva que deja en evidencia una clara política de estado a favor de quienes deben “garantizar el orden”.
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Para los trabajadores en situación de informalidad unos pocos pesos o directamente nada, en los hospitales barbijos vencidos para los y las profesionales de la salud, para los docentes menos que para los médicos. Para el grueso de la sociedad las culpas y las responsabilidades de tener que vivir, de tener que darle de comer a nuestros hijos, la culpa de tener que tomar tierras porque desde el comienzo de esta mal lograda cuarentena miles han perdido sus familias y sus hogares. |