El golpe de Estado realizado el 11 de septiembre de 1973 y los posteriores 17 años de torturas, ejecuciones, desapariciones y persecución política, estuvieron justificados durante más de una década por noticias falsas y montajes comunicacionales de los diarios El Mercurio, La Segunda, La Tercera, Las Últimas Noticias y los canales de radio y TV controlados directamente por la Junta Militar (todos los medios opositores fueron censurados, mientras que sus periodistas fueron torturados, ejecutados y exiliados).
A 47 años, aun nos enfrentamos a la impunidad y los privilegios de los genocidas, como también de sus cómplices. En memoria de las y los caídos, como también de las y los comunicadores sociales cuyas vidas fueron arrebatadas por estar al servicio de la verdad y la justicia, publicamos algunos ejemplos emblemáticos de la complicidad comunicacional de la brutal dictadura.
La Tercera, 22 de septiembre, 1973 “Al descubierto el siniestro Plan ´Z´”
Se trata de la primera fake news de la dictadura. El “Plan Z” fue un invento para justificar, frente a los ojos del mundo, el golpe de Estado y las imágenes de arrestos masivos que recorrían la prensa a nivel internacional. El mismo Federico Willoughby (primer vocero de la Junta Militar) reconoció que se trató de una “gran maniobra de guerra psicológica”. Los supuestos objetivos del plan eran el asesinato de varios oficiales y sus familias para la toma del “poder total”.
En los meses posteriores, miles fueron torturados y asesinados para que “confesaran” su supuesto involucramiento en dicho plan.
La Segunda, 9 de febrero, 1977 “No hay tales desaparecidos”
Entre fines de noviembre y mediados de diciembre de 1976, hubo 13 detenciones a militantes el Partido Comunista y del MIR. El general Raúl Benavides Escobar (ministro del Interior en ese momento), indicó a los tribunales que las y los desaparecidos “habían salido a pie a Argentina por el paso Los Libertadores”.
Dicha versión fue difundida por la prensa, y no fue hasta años más tarde que se comprobó que el “grupo de los trece” fue aniquilado por la DINA en el cuartel Simón Bolívar. El abogado querellante de esta causa, Nelson Caucoto, reveló que dicho cuartel se mantuvo en desconocimiento porque ninguno de quienes allí estuvieron prisioneros lograron sobrevivir.
La Tercera, 20 de noviembre, 1975 “Seis miristas muertos en un enfrentamiento”
Esta noticia comenzó con la información televisada sobre la muerte de un “extremista” (Roberto Gallardo Moreno, militante del MIR) y un militar. En las horas siguientes de aquel 18 de noviembre de 1975, agentes de la DINA fueron a aprehender a varios integrantes de la familia Gallardo Moreno. Las detenciones incluyeron a su esposa, embarazada de 3 meses, y a su hermana con un bebé de apenas 6 meses de edad.
Los niños fueron liberados, sin embargo, los demás familiares de Gallardo fueron trasladados a Villa Grimaldi, donde fueron brutalmente torturados con aceite y agua hirviendo, y luego acribillados. Los sobrevivientes de Villa Grimaldi recuerdan la noche del 19 de noviembre como una de las más brutales que vivieron allí.
En el Fundo Rinconada de Maipú se simuló un enfrentamiento entre los asesinados y la policía de Pinochet. TVN y Canal 13 presentaron en pantalla la escena como resultado de un supuesto enfrentamiento, aun sabiendo que era un montaje.
Las Últimas Noticias, 20 de marzo, 1976 “Óptimo trato a presos políticos”
En 1976, el presidente de la Corte Suprema, José Eyzaguirre y el ministro de Justicia, Miguel Schweitzer, recibieron autorización para visitar Tres y Cuatro Álamos (Puchuncaví) y Villa Grimaldi. Dichas visitas sólo sirvieron para demostrar la existencia de los centros de detención (negados por el régimen hasta ese momento), pues se trató de una maniobra publicitaria para negar las torturas y desapariciones.
Bajo el discurso de Eyzaguirre de “combatir el terrorismo” pero con “respeto a las garantías del imputado”, fueron desacreditadas las versiones que apuntaban a las vejaciones de los militares y su complicidad en las desapariciones. Mostrando a la prensa que los presos políticos estaban, supuestamente, en buenas condiciones.
La Tercera, 23 de julio, 1975 “El MIR ha asesinado a 60 de sus hombres”
(Misma noticia publicada en La Segunda con el titular “Exterminados como ratones”) Tras la desaparición de 119 personas entre el 27 de mayo de 1974 y el 20 de febrero de 1975, la presión de delegaciones internacionales de Derechos Humanos y de obispos chilenos llevó al régimen de Pinochet a realizar un sofisticado montaje que cruzó la cordillera, la denominada “Operación Colombo”.
El mayor del Ejército Raúl Iturriaga Neumann se reunió en la ciudad de Buenos Aires con el agente Enrique Arancibia Clavel en abril de 1975. Entre ambos prepararon un montaje para hacer creer que el ex gerente de Chiquicamata, David Silbermann, habría sido asesinado en la capital argentina, aunque en realidad fue secuestrado por la DINA.
El montaje fue realizado con un cadáver anónimo dejado en un sótano, con un cartel con las palabras “Dado de baja por el MIR”, de esa forma también lo hicieron con otros tres cuerpos. Así, la dictadura con la prensa inventó una supuestas “purgas” miristas, instalando la versión de que los 119 desaparecidos fueron asesinados por su propia organización, cuando se trató en todos los casos de secuestros de la policía secreta de Pinochet.
Las Últimas Noticias, 14 de septiembre, 1976 “Estrangulan a hermosa joven”
El cuerpo de la profesora y militante del Partido Comunista, Marta Ugarte, apareció el 12 de septiembre de 1976 en la orilla de la playa La Ballena (Los Molles). La docente había desaparecido a mediados de agosto del mismo año.
La prensa instaló la versión de un “crimen pasional”, pero en realidad, Marta Ugarte fue detenida y llevada a Villa Grimaldi y Peldehue. La profesora fue torturada con quemaduras y mordeduras de perros, luego fue lanzada al mar por agentes de la dictadura, lo mismo con los cuerpos de al menos una decena de víctimas del régimen.
La aparición del cuerpo fue esclarecedora respecto al destino de varios detenidos y detenidas desaparecidas en dictadura.
La Segunda, 9 de diciembre, 1977 “Mirista caído era un alto dirigente”
El 7 de diciembre de 1977, el periodista de la revista opositora Punto Final y dirigente del MIR, Augusto Carmona, fue acribillado por agentes de la CNI al llegar a su casa ubicada en San Miguel. El hecho fue presentado por la prensa como un supuesto “enfrentamiento”, sin embargo, se trató de una emboscada de los agentes de Pinochet. Miguel Krassnoff y Manuel Provis Carrasco fueron los principales autores del crimen, entre otros 4 oficiales del ejército.
Estos son sólo algunos ejemplos de montajes comunicacionales a favor del régimen de Pinochet. Pues, era “pan de cada día” leer artículos que justificaban a la dictadura y sus crímenes.
Actualmente, el régimen político y económico sigue utilizando los medios de comunicación tradicionales a su favor, y la derecha sigue recurriendo a montajes comunicacionales como “trampas vietnamitas”, “tazas molotov”, supuestos “grupos financiados y armados”, entre otras mentiras para justificar la brutal represión del gobierno de Piñera.
En un contexto donde reprimen y criminalizan a las y los comunicadores por mostrar la cara más podrida de este régimen heredado de la dictadura y su violencia sistemática, es tarea de las nuevas generaciones de periodistas ponernos al servicio de la verdad y la justicia, como también ser críticos de la realidad y del sistema en el que vivimos.
El mejor legado y el honor que podemos darle a las y los caídos a manos de la dictadura, como también a quienes se les arrebató la vida en estos 30 años de democracia para ricos, es poner nuestras profesiones al servicio de la lucha por derribar toda la herencia del pinochetismo y su sistema neoliberal impuesto a punta de balas, torturas y desapariciones. |