Luego de 3 días febriles por el reclamo policial, el presidente Fernández finalmente salió del laberinto sacándole fondos de coparticipación a CABA para pagarles a los “pitufos”. Acto seguido, Horacio Rodríguez Larreta, casi sin mediar avisos, declaró que iba a la Corte Suprema contra una medida que definió como “anticonstitucional”.
La respuesta de Larreta es, en primer lugar,una reacción ante la quita de fondos por parte del Gobierno de Alberto Fernández. “No sabíamos nada”, dijo el jefe del Ejecutivo porteño.
El giro en relación a los últimos meses es evidente. Larreta hasta hace un tiempo atrás, mantenía una compostura más relajada y pertenecía al ala “dialoguista” de Juntos por el Cambio para tratar con Alberto Fernández. Pero desde hace un tiempo, venía despegándose de su par nacional.
Más específicamente desde que cambió el ambiente político y tanto el FDT como JXC comenzaron en “mood” campaña, apostando a la polarización. La foto de la última conferencia de prensa respecto a cómo seguir la pandemia en la que Larreta y Fernández dieron sus discursos separados, fue muestra de esto.
La quita de fondos por parte de Nación,lo llevó a un discurso más confrontativo, aunque manteniendo la compostura política, llamando a mantener el “diálogo”, como remarcó una y otra vez en su discurso.
En la tropa juntocambista, hace unos meses venían de fricciones internas entre las “palomas” y los “halcones”. Pero la discusión por la coparticipación parece haberlos cohesionado (abroquelados diríamos en la jerga política), por lo menos coyunturalmente, ya que esto tampoco lima totalmente las asperezas puertas adentro. De todas formas sí deja planteada la posibilidad de una mayor confluencia entre las dos alas.
Después de la pelea con el oficialismo nacional Mario Negri, Elisa Carrió y Alfredo Cornejo mantuvieron charlas con Larreta donde mostraron su apoyo al porteño. Incluso Martín Lousteau mostró su adhesión. Según informó Alejandro Bercovich desde Bae Negocios, desde las oficinas larretistas de Parque Patricios, declararon que están “en el mejor momento de la relación”.
Así y todo, Larreta no está solo en la carrera electoral. Patricia Bullrich viene siendo un actor de peso dentro del frente. Desde que perdió Macri el año pasado, nunca dejó la escena pública y en los últimos meses desplegó su perfil derechista de mano dura, acompañó las marchas opositoras y de conjunto se mantiene como figura fuerte. Tampoco hay que perder de vista a María Eugenia Vidal, que aunque alejada de la vida pública, mantiene su lugar en la mesa de Juntos Por El Cambio.
En el marco de la discusión nacional, después del discurso de Larreta del jueves por la noche, donde criticó al Gobierno y tomó un discurso “federalista”, algunos medios afines a Juntos Por El Cambio quisieron mostrar a Larreta como el paladín del federalismo y una “líder nacional”, como resaltó Clarín.
Tampoco deja de ser cierto que la movida de Alberto Fernández le dejó servida en bandeja la bandera del “federalismo”, que Larreta, si sabe aprovecharla, puede permitirle lograr un armado a futuro propio, logrando arrastrar tras de sí algunos gobernadores peronistas más lejanos al oficialismo.
El caso de Schiaretti - el único gobernador peronista que no firmó el comunicado de apoyo a Fernández- que es parte de la influencia que persiste del macrismo, podría ser un actor clave en el futuro de Larreta.
De todas formas, el “federalismo” de Larreta, viniendo de un porteño, plantea algunos límites. La relación conflictiva entre CABA y el interior es una realidad: desde los años de Rivadavia, el puerto de la Ciudad siempre mantuvo la mayor parte de la torta, lo que siempre generó suspicacias, cuando no conflictos abiertos.
Los contornos entre la polarización política y la disputa por la “caja” nacional, se confunden, tanto como el rol de Larreta como figura de la oposición y jefe de uno de los distritos más importantes del país. Pero, por lo menos en este momento, parece que le conviene la confrontación más que el diálogo aunque sin “quemar puentes”, como dijo Elisa Carrió.
La discusión por el fondo de coparticipación (recordamos: para pagar el aumento a la bonaerense, después de extorsión) trajo a la vida aquella vieja discusión entre “federales” y “unitarios”, que desde 1820 utilizan distintas facciones gobernantes para solucionar rencillas de poder.
Como bien denunció Myriam Bregman desde la legislatura porteña: “No nos parece entrar en un debate entre unitarios y federales en estos momentos. No vamos a entrar en esa, para nosotros hay clases sociales de ambos lados de la General Paz” y preguntó “¿quién vive peor, uno que vive en un country del gran Buenos Aires o un porteño que vive en la zona sur de la Ciudad donde la desocupación llega al 21 %?”.
Esta nueva vieja discusión tendría que analizarse desde esta óptica. No parece que hubiera una preocupación por las necesidades de las mayorías populares, que son las que realmente vienen sufriendo el ajuste que recrudeció desde la pandemia, sino solo atender sus propios problemas. |