Mauricio Claver-Carone, el candidato de Donald Trump, es el nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se votó este sábado y ocupará el cargo por los próximos cinco años. Se trata del primer estadounidense en 60 años de historia del organismo en ocupar ese puesto.
Estados Unidos, principal accionista del BID con 30 %, rompió una tradición no escrita que regía en los 60 años de vida de la institución con sede en Washington por la cual un latinoamericano lideraba el Banco y un estadounidense ocupaba la vicepresidencia.
Mauricio Claver Carone, de 44 años, de origen cubano y actual asesor especial de Trump para América Latina, era el único candidato que estaba en carrera, después que se bajara de la postulación el secretario de Asuntos Estratégicos de Argentina, Gustavo Béliz, y la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Los 48 gobernadores llevaron a cabo la reunión virtual para elegir al sucesor del actual presidente de la institución, el colombiano Luis Alberto Moreno, en el cargo desde 2005.
El asesor de Trump obtuvo el 66,8 % de los votos y hubo 31,23 % de abstenciones. En total, 30 gobernadores votaron por el estadounidense, incluidos 23 de la región. Se abstuvieron Chile, Argentina, México, Perú y Trinidad y Tobago, más los países de la Unión Europea, según indicó la Cancillería.
Argentina decidió bajar la postulación de Gustavo Béliz este jueves y la Casa Rosada adelantó que se abstendría en la votación. A través de un comunicado oficial, el Gobierno declaró “dejamos asentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las más varias procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas que han expresado la inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional”.
Mauricio Claver es el funcionario norteamericano que afirmó que el préstamo del FMI fue impulsado por Donald Trump para financiar la candidatura de Mauricio Macri a su reelección.
La decisión del Gobierno nacional de bajar la candidatura de Béliz puede leerse como una forma de evitar la confrontación con el Gobierno norteamericano, en el marco de que necesita su respaldo en la renegociación de la deuda con el FMI. Renegociación que incluirá un mayor ajuste fiscal y reformas como la laboral y previsional.
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