Ni una menos. La indignación por el femicidio fue tan intensa que nos llego a doler y decidimos hacer algo. Está carta por ejemplo:
“Ni una menos En está sociedad en la que vivimos de vertiginosa impunidad de descaro, morbo y deseo excesivo de perder la inocencia, el respeto, la moralidad. En está sociedad que te enseña a intentar no ser violada en vez de enseñarle a él que no te viole. Que matar no se mata sólo físicamente, que antes de llegar a un caso de violencia física hubieron otros tipos de violencia que no fueron detectados o prevenidos. Que la violencia encuentra su origen en muchas causas. Económicas, patrimoniales, institucionales, y hasta simbólicas. Que no decidiste nacer mujer en este mundo que tiene más desigualdades que hojas caídas en otoño.
¡Ni una menos!
Y que venga a llenarnos la autocrítica, que nos llene de pena y vergüenza, al punto de sentirnos incómodos por no hacer nada y seguir eligiendo vivir así. Viviendo todo desde afuera. Que nos llene la autocrítica más rigurosa, la de no perdonarnos a nosotros mismos. Ni una menos. Que no queden en el pasado esos dolores, que no sean sólo un mal recuerdo, que no se tapen con rosas, abrazos. Y mucho menos, que no te prometa que va a cambiar, un castillo de naipes (Que siempre termina cayendo) y palabras baratas. Porque no es casual.Ni una menos. No, no es casual que te trataran de puta por hacer lo mismo que un hombre, pero claro, naciste mujer.
No fue un error el que te rozó en el colectivo y te gritó que eras una loca de mierda por ponerlo en evidencia, no fue casual que nadie te defendiera. Ni una menos. El mundo no se tiene que seguir manteniendo de esta forma, el sexo y los celos no tienen que seguir matando, ni los tabúes ahorcando. Que la sociedad sea consciente, que se de cuenta que son poderosos y corruptos los que manejan esos títeres. Que mientras los femicidios aumentan el Estado mira para otro lado, que los que tienen la resolución se lavan las manos con tus lágrimas y hasta con tu sangre. Cuando una mujer va a denunciar violencia la policía se le caga de risa, la humilla y la manda de vuelta a su casa, a portarse bien. Al fin de cuentas los jueces se la pasan soltando a violadores. Y los que están al mando de la salud pública, no es casualidad que no puedas decidir sobre tu cuerpo. Ni una menos. No es sin libre de culpa como titulan la noticia de tu muerte coros machistas en la televisión, en los diarios. Como justifican en la radio una muerte por engaño (aunque sea cierto), hacen una profunda investigación de como vestía, de preferencias sexuales, si te gustaba salir a bailar y divertirte o si te iba mal en el colegio. En lugar de indignarse con la violencia y el femicidio. Porque ellos también manejan esos títeres. Ni una menos. Otra mujer muere, otra violada, otra golpeada, atacada salvajemente. Otra que muere prendida fuego, apuñalada o baleada. Otros cuerpos aparecen en bolsas de residuos, en arroyos, basurales o descampados. O bajo baldosas de su propia casa. Que aunque la mujer no muera muere su ideal y su significado. Nace su miedo, su culpa. Ni una menos. Mujer, no tenes la culpa de nada. Fue decisión del otro, que no quiso valorarte y respetarte como igual. Porque este sistema nefasto le hizo creer que tiene derecho y poder sobre vos, sobre tu cuerpo, sobre tu vida. Pero jamás lo tendrá. Ni una menos. Destruyamos la idea de que los hombres deben respetar a las mujeres porque pueden ser sus hijas, hermanas o madres. Reforcemos la idea del respeto hacía las mujeres por ser personas y deben ser pares en el reparto de los derechos.
Empecemos por ahí. Ni una menos. Que la caballerosidad exista y que el respeto no sea chamuyo. Ni una menos. No se te agranda por violentarnos, ni se te achica por respetarnos. Ni una menos, Hay que sacarse el candado de la mente y no sólo preocuparse de tener cuidado, hay que enseñar a no lastimar ni con una flor a una mujer. Ni una menos. Porque cada vez que hay un nuevo nombre en esa lista de pibas que ya no están yo también muero un poco, y como no quiero seguir muriendo, hoy tengo que levantar la voz. Ni una menos. Cortemos los hilos de todos esos títeres, cambiemos las cosas. Es hora de elegir, es hora de parir la revolución. Ni una menos. Cuando todos los días muere una mujer en tu país ese cansancio se convierte en enojo, en rabia. En el motor para salir a pelear, por eso los invitamos a marchar con nosotros este miércoles 3 de junio por una sociedad igualitaria contra toda forma de violencia. Mientras tanto seguimos perdiendo mujeres, pero gritando cada vez más fuerte: Ni una menos. Ni una menos sin libertad.” |