Desde La Izquierda Diario, entrevistamos a Ana Lía Trifiró, médica y Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud - San Luis (APTS), acerca del estado de la salud pública puntana en el marco del COVID-19.
Al día de hoy, San Luis registra 585 casos positivos de coronavirus: 299 activos, 277 altas y 9 personas fallecidas.
¿Cuál es el estado actual de la salud pública en San Luis, en cuanto a presupuesto, equipamiento, insumos, entre otros materiales, para hacerle frente a esta pandemia?
El estado de la salud pública en San Luis no es el mejor. Nosotros no sabemos cuál es el presupuesto destinado al COVID-19. No sabemos por qué no ha sido revelado. En equipamiento se han comprado muchos respiradores, pero los respiradores no se manejan solos. Hacen falta recursos humanos, que no hay, para manejar la cantidad de respiradores existentes en la provincia. El recurso humano es escaso y, sobre todo, lo más tremendo, es que si ese recurso humano, ojalá que no, se infecta, no tiene quién lo reemplace.
Nosotros hablamos con la Ministra de Salud de la Provincia en cuanto a los insumos, quien nos enseñó muchas cajas que estaban llenas, según ella. Nosotros le dijimos que los insumos dentro de las cajas no hacían nada. Nosotros queríamos que hubiese una buena logística de distribución de los insumos.
Todo lo que se refiere a máscaras, botas, lo ha comprado el propio personal o han sido donadas por la gente de los pueblos. El Ministerio no nos ha comprado nada. Respecto a camisolines, barbijos quirúrgicos, botas quirúrgicas y guantes, todo ello, de haber sido comprado por el Ministerio, no sabemos en qué cantidad porque tampoco nos informan. Pero sabemos que han comprado y que, por ahora, tenemos.
¿Cómo viven la situación sanitaria y epidemiológica actual las/os trabajadoras/es, profesionales y todo el personal de la salud en la provincia?
Nosotros somos personas que atendemos personas. Nosotros tenemos nuestros miedos, miedo de contagiarnos, miedo de contagiar a nuestros compañeros, miedo de contagiar a nuestras familias. Nosotros volvemos a nuestras casas y nos desnudamos en la puerta, pasamos directamente al baño y, después de que nos higienizamos e higienizamos el baño, recién podemos acariciar a nuestros hijos e hijas, con miedo, porque no sabemos si llevamos el virus en la boca.
Uno sabe que estudió para esto, pero el virus es tan contagioso que uno realmente tiene miedo; el miedo que tiene cualquier persona, pero nosotros más porque estamos en contacto directo, estamos viéndole la cara al virus, en la primera línea. Por eso es que nos molesta mucho cuando nos maltratan, desde el Gobierno, principalmente, cuando hace oídos sordos a nuestras peticiones, que son muchas, y no son de ahora a raíz de la pandemia.
Por otro lado, nos molesta cuando la gente nos discrimina en un supermercado o en el mismo barrio o los amigos. Es que tienen miedo y es lógico que lo tengan.
¿Qué opinión tiene acerca de las medidas del Gobierno provincial y del Comité de Crisis local? ¿Considera que son suficientes para combatir el coronavirus?
Bueno, del Gobierno provincial no voy a hablar. No soy enemiga del Gobierno, no lo he sido nunca, pero tampoco soy su amiga. Este gremio se ha caracterizado por no ser amigo de los Gobiernos, ni de este Gobierno, ni del que se fue, ni del que vendrá, como así tampoco, de ningún patrón.
El Comité de Crisis local me parece que es escaso, muy cerrado, que no acepta sugerencias. Para el Comité del H1-N1, el médico Marcelo Riera convocó a un montón de gente, éramos un montón de personas, gente que sabe del manejo de situaciones en momentos de crisis, gente que aún está en San Luis, que no fue convocada por el Comité de Crisis actual. Ignoro el por qué.
Este Comité es muy cerrado. No se les permite hablar ni siquiera con nosotros. Las infectólogas no nos pueden decir a nosotros las cosas que les preguntamos. Tienen prohibido hablar. Esta es la verdad de este Comité. Han llegado casi al punto de la soberbia. Es una lástima, porque en esta tormenta está toda una población. Tal vez, si hicieran un poco de autocrítica, se darían cuenta.
¿Por qué cree que los distintos Gobiernos ceden tan rápido a las demandas de las Policías y no así a los reclamos de las/os trabajadoras/es de la salud, por ejemplo?
Será porque tienen las armas, no sé explicarme, no lo sé. Pero si sé por qué no ceden a las demandas de los médicos: porque los médicos jamás vamos a dejar de atender a los pacientes. Para nosotros esta cuestión de la atención del paciente por parte de los trabajadores de la salud, lo tenemos tan grabado, tan metido dentro nuestro, que ellos, todos los gobernantes, están seguros que nosotros no vamos a dejar de atender. Jamás lo haríamos.
Acá puede parar la Policía, de hecho, en San Luis, paró la Policía y no pasó nada. Acá nosotros hemos hecho paro, pero siempre ha habido guardia porque no se puede dejar sin salud a la población. Eso lo saben. Entonces se aprovechan de eso. Ellos les pueden hacer caso a los maestros, que son capaces de parar la educación por 5 meses como lo han hecho, que me parece muy bien, la Policía puede parar, pero la salud no. Este es el Talón de Aquiles que tenemos los trabajadores de la salud.
¿Cuáles son actualmente las demandas y reivindicaciones de APTS para con el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá?
Nosotros hace más de 10 años que venimos pidiendo al Gobierno de la Provincia el pase a planta. Nosotros tenemos contratos precarios. Yo, por ejemplo, tengo 34 años de antigüedad y todavía soy contratada, y así como yo, todos mis compañeros. Somos los más precarizados del país, no tenemos planta permanente. Nuestros sueldos son sueldos bajos, si consideramos que tenemos la cantidad de horas más alta de trabajo: 48 horas semanales. El horario es excesivo. Desde la OMS, y en cualquier lugar, te dicen que es terrible esa carga horaria para un profesional o técnico de la salud, debido a que nosotros trabajamos con personas y tenemos que estar descansados.
Por otra parte, hemos pedido que se modifique la Ley de Carrera Sanitaria, porque tiene cosas que son anti-constitucionales, como que todos los días y horas son hábiles. Esto no es cierto: no es lo mismo trabajar en las horas nocturnas que en las horas diurnas, no es lo mismo trabajar en una Navidad que un martes cualquiera, no es lo mismo trabajar un feriado que un día no feriado.
Asimismo, no tenemos re-categorizaciones desde que empezó la Carrera Sanitaria. Nosotros, si bien tenemos que rendir cada 5 años, lo cierto es que el Gobierno de la Provincia, que hizo la ley, no la respeta. Nosotros rendimos hace 2 años y todavía no tenemos los resultados de ese concurso. En mi caso, por ejemplo, siempre rendí, pero para demostrarle al Gobierno que soy médica porque a mí, rendir concurso, no me aumentó el sueldo ni me subió de categoría. Nosotros rendimos para demostrar que somos profesionales o técnicos, cuando en realidad los concursos, según lo que dice la Ley de Carrera Sanitaria, son para ascender, ya sea horizontalmente o verticalmente. Pero todo es a dedo.
Rodríguez Saá nos debe muchas cosas. Este Gobierno tiene una gran deuda con los trabajadores de la salud pública porque, además, somos los que le salvamos las papas, siempre. Él se hace el que nos agradece, pero en realidad nos odia, porque a la clase trabajadora en nuestra estirpe de profesionales y técnicos nunca la pudo dominar.
Nosotros no somos aduladores, no lo vamos a ser nunca, debido a que agradecerle a él porque haga una obra con el dinero de la provincia es como agradecerle al cajero automático porque me está dando mi dinero. Es ilógico. |