Con un equipo apático, sin contagiar sino que todo lo contrario, Newell’s juega cada partido peor. Tiene a favor una cierta cantidad de puntos que lo mantienen posicionado pero muy lejos de las pretensiones iniciales.
Y toda la responsabilidad recae en Américo Gallego, capitán de un barco sin timón sobre aguas turbulentas. Por eso dejó de ser el conductor, en este caso, de la segunda etapa del campeonato. No hay había más tiempo ni paciencia. Eso le trasmitió la mesa chica de la conducción del club al Tolo.
Volviendo al partido, la lepra no lo jugó. Lo transcurrió. Perdieron valor las piezas que en un comienzo ilusionaban. También es cierto que no es de ahora, ya que viene pasando con todos los técnicos que pasaron por el parque después del Tata. Con el Tolo se intentó jerarquizar la presentación en el actual torneo. Nada de esto pasó. En el torneo Copa Argentina pierde con Chacarita y luego con Argentinos para terminar en un insípido empate que impacientó a su parcialidad y el sábado comenzó a expresarse.
Banfield lo superó amplia e inexplicablemente en el terreno y en la tenencia del balón.
Gallego puso un grandote como Nehuén Paz a marcar a un hábil y ligero Cuero. Podríamos mofarnos que en lugar de paz lo mandó a la guerra. Con un Bernardello y un Castro imposibilitados de armar juego. Sin proyecciones, Scocco que ya no es nueve y un Tévez sin rebeldía.
Video: canal de Youtube Promiedos
El partido se fue con un montón de nada y mucha desazón .Los mediocres fueron más mediocres y los malos más malos. Con algo de actitud pero sin calidad ni plan de juego.
En el Parque, las decisiones estaban tomadas. Faltaba saber quién le ponía el cascabel al gato. Este partido se jugó fuera de la cancha y para peor no olvidemos lo económico: hubo que romper un contrato y en las arcas del Parque entraron puntos de arriba pero no monedas. No pudieron ni contra Chacarita para embolsar algo y poder enfrentar al menos esta situación, que parece no dio para más: ayer por la tarde, Gallego dejó de ser el técnico rojinegro.