Créditos: La Nación
Las trabajadoras y trabajadores del subte recibieron con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de Estela. No solo porque las víctimas se siguen contando entre la población trabajadora: además, Estela era muy reconocida por sus compañeras y compañeros de todo el subterráneo. “Una gran persona y gran compañera que se va a extrañar”, dejaron escrito en publicaciones en las distintas redes.
Nacida en la provincia de Salta, había ingresado a trabajar en el año 1998 a Metrovías como boletera. Tiempo después pasó a desempeñar funciones en el puesto de guarda, para después pasar a ser una de las tres primeras mujeres conductoras de toda la red. Este era un gran mérito: fue a través de la lucha de las pocas mujeres que en ese momento trabajaban bajo tierra, que llegaron a ocupar puestos en el sector de tráfico. Estos estaban destinados exclusivamente a hombres.
Quienes la conocieron, reivindican además de sus cualidades personales, su dedicación al trabajo en los túneles. Una vez más, estas noticias golpean de lleno y dejan en evidencia la más cruda realidad: quienes día a día salen a ganar su sustento, son quienes están más expuestos a las falencias que presenta el sistema de salud, lo que genera muchas veces muertes que podrían ser evitables.
Desde que inició la pandemia, trabajadoras y trabajadores del transporte, de la salud, de los supermercados y del resto de las actividades denominadas “esenciales”, vienen denunciando la falta de condiciones a las que son expuestos a trabajar.
Pero quienes se encuentran con licencia tampoco están exentos de peligro. La apertura de actividades sin una planificación previa, sumado a la falta de condiciones que hay por ejemplo en hospitales donde los contagios son cada vez mayores (y adonde desde ya se ven obligados a seguir yendo), provocan que día a día los números de muertes y de contagios entre la clase trabajadora y los sectores más vulnerables sigan creciendo.
Desde la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro además, denunciaron que la tasa de contagios en este ámbito es de 2,76%, mayor a la media del resto de la Ciudad que es de 2,6%. Esto no es casual, sino producto de la falta de condiciones a las que la empresa Metrovías expone a trabajadoras y trabajadores a diario, con la complicidad de Sbase y el Gobierno de la Ciudad, que le siguen garantizando multimillonarias ganancias. |