Sietes días de reuniones tuvo Latam, las cuales comenzaron el jueves pasado, instancias que tenían como objetivo armar rápidamente un esquema que lograra una rápida inyección de recursos ante la crítica situación actual por la pandemia de coronavirus, con la idea de terminar en septiembre con una caja de US$ 700 millones.
La semana pasada, un juez de quiebras de Estados Unidos rechazó un plan de financiamiento por 2.400 millones de dólares para LATAM Airlines con el argumento de que un préstamo convertible incluido como parte del paquete equivaldría a un tratamiento "inadecuado" a otros accionistas. Tras siete días Latam generó una nueva propuesta de financiamiento que en primera instancia fue rechazada por el Juez James L. Garraty, quien había rechazado su paquete original por mantener un mecanismo que permitía la conversión de deudas en acciones de propietarios de la compañía.
La aerolínea tuvo que formular una alternativa que tuviera el mayor consenso posible, tanto de los accionistas de la familia Cueto, Eblen, más la aerolínea socias Qatar Airways y Delta Air Lines, como con el comité de Acreedores Sin Garantía, los miembros del Comité Ad Hoc, y las firmas inversionista rivales de Jefferies Finance LLC y Knighhead Capital Management.
Ahora la empresa presentó un nuevo plan, que contempla una línea de crédito a plazo diferido por 2.450 millones de dólares, de acuerdo a un hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
El documento establece que esta línea de crédito a plazo diferido estará compuesta por dos tramos: "Un Tramo A por un monto de capital de hasta US$ 1.300 millones, de los cuales US$ 1.125 millones serán proporcionados por Oaktree Capital Management, L.P. o ciertas entidades relacionadas a la misma; US$ 175 millones serán proporcionados por Knighthead , Jefferies y/u otras entidades que formen parte del sindicato de acreedores organizado por Jefferies".
También está contemplado un tramo C "por un monto de capital de hasta US$ 1.150 millones, de los cuales US$ 750 millones serán proporcionados por el grupo de accionistas de Latam compuesto por el Grupo Cueto, Grupo Eblen y Qatar Airways, o ciertas entidades relacionadas a ésta; US$ 250 millones serán proporcionados por Knighthead, Jefferies y/u otras entidades que formen parte del sindicato de acreedores organizado por Jefferies; y US$ 150 millones a ser proporcionado por accionistas o acreedores de Latam, o nuevos inversionistas de la misma (en cada caso a satisfacción de la Sociedad) en caso de cumplirse ciertas condiciones".
Esta propuesta fue revisada por el comité de directores de Latam en sesiones del 12, 13 y 16 de septiembre y fue aprobada esta última fecha, por unanimidad de los directores no involucrados. También se plantea la posibilidad de que se conforme un tramo B por 750 millones de dólares adicionales, "sujeto a la autorización del tribunal y otras condiciones habituales para este tipo de operaciones".
Podemos evidenciar que el show mediático de esta aerolínea millonaria no fue más que la desesperación de proteger los bolsillos y ganancias de los grandes acreedores y controladores de la empresa, mientras esta crisis que cargaron las y los trabajadores, deja hasta ahora más de 10.000 despedidos en Latinoamérica.
El inicio de los despidos masivos ocurrió el 15 de mayo, con más de 6 mil despidos en países como Chile, Perú, Colombia, Ecuador junto a Argentina y Brasil. Los despidos fueron parte de una escalda que inició con los recortes salariales y que ahora sigue con la entrega de los convenios colectivos, los derechos laborales conquistados durante décadas por los trabajadores de LATAM en sus distintas filiales.
Es necesario organizar a quienes vean esto como necesidad común, recuperar los sindicatos en defensa de nuestro trabajo y familias, sobre todo cuando LATAM deja las puertas abiertas para mayores ataques en momentos de una pandemia y crisis económica que se va agudizar aún más en post pandemia arrojando a miles al hambre. No podemos permitir que nos dejen en la calle, y por esto también solidarizamos por la reincorporación de todos nuestros compañeros.
Hace falta discutir de forma abierta y democrática, con asambleas comunes de técnicos, operarios, asistentes, tripulantes, entre trabajadores de planta y subcontratados, un plan de emergencia y lucha común para garantizar que la decisión de la base se respete: un plan que parta por la más elemental defensa de los puestos de trabajo y los convenios colectivo, pero que también se pronuncie la reincorporación de los trabajadores despedidos de LATAM, que en países como Chile, la coordinación de los despidos mantuvo una lucha durante meses, a pesar de la pasividad de la direcciones sindicales en aquel momento.
En Argentina, se marca este camino, con movilizaciones de trabajadores que lograron unir en un frente común a los trabajadores de planta y subcontratados, así como a trabajadores de LATAM y de Austral en la defensa de sus derechos, los cuales se movilizaron por segunda vez al Obelisco el jueves 30 de agosto, mientras los mecánicos de LATAM ocupan los Hangares para evitar que fuguen los aviones fuera del país. |