Este año, su desaparición, el encubrimiento estatal a la Bonaerense y la impunidad, se actualizan a la luz de caso de la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro.
Desde el inicio de la pandemia y la cuarentena obligatoria, desde el Estado y el gobierno, se empoderó a las fuerzas de seguridad y se sacó al Ejército a las calles. Esto trajo como consecuencia un trágico récord de más de 100 casos de gatillo fácil y muertes a manos de fuerzas de seguridad, donde el caso de Facundo es el más grave porque se trata de una desaparición forzada seguida de muerte. Como con Julio López, inmediatamente se activaron todos los mecanismos de encubrimiento estatales.
A catorce años de la desaparición de Julio, seguimos luchando por justicia, contra la impunidad y por el castigo a todos los responsables políticos y materiales.
Julio López y Facundo Castro, tienen en común a sus victimarios -la Policía Bonaerense-, el encubrimiento judicial y político. Otro dato los vincula, fueron víctimas de la desaparición forzada. Algo más, sus nombres se convirtieron en lucha contra la impunidad.
Hace 14 años Myriam Bregman esperaba a Jorge Julio López en La Plata para alegar en su nombre y nunca se lo volvió a ver. Conversamos con ella sobre el pasado y el presente de las luchas por verdad, memoria y justicia.
Liliana Mazea fue durante el juicio a Etchecolatz, una de las abogadas que integró la querella de Justicia YA. Presentamos aquí una columna que nos hizo llegar a La Izquierda Diario
El 27 de octubre de 1976 fue detenido-desaparecido por primera vez. Estuvo en los centros clandestinos el Potrerismo, Pozo de Arana, Comisaria Quinta y Octava, que integraban el Circuito Camps. A través de sus declaraciones se conoció quiénes fueron sus compañeros de cautiverio.
Al recordado testimonio de la querida Adriana Calvo se suman las voces de Nora Cortiñas, Marta Ungaro, María Laura Bretal, Carlos "Sueco" Lordkipanidse, Carlos Zaidman y Myriam Bregman.
Pistas falsas, represores de la dictadura en acción, insólitos allanamientos, videntes y “mujeres pájaro”, el entorno intocable de Etchecolatz. Un recorrido por la causa judicial que garantizó la impunidad.
A 14 años de su segunda desaparición, sus verdugos siguen amparados por el régimen político. Ningún avance en saber la verdad, mientras Miguel Etchecolatz, responsable de su desaparición en dictadura, busca un arresto domiciliario.
Cambia el nombre en la pancarta, pero el remate es el mismo. La foto también muta. De viejo a joven, de rastas a gorrita, de morocho a rubio y viceversa. Pero el grito se repite. Se regenera. Se remastica.
Los expertos forenses afirman que los cuerpos hablan, incluso siendo fragmentos óseos. Aunque los desparezcan, revelan verdad. Julio López la demostró en su testimonio. A 14 años de su segunda desaparición forzada seguimos buscándolo, exigiendo Verdad y Justicia. Por él, por Facundo, por todos.
Bajo las ordenes de Etchecolatz se secuestró violentamente a estudiantes secundarios de entre 14 y 17 años en la recordada “Noche de los Lápices” porque militaban en sus colegios y luchaban por el boleto estudiantil gratuito.
Por acción u omisión, desde Kirchner y Solá a Macri y Vidal, todo el funcionariado político nacional y provincial amparó a los verdugos del testigo clave contra Etchecolatz. Y ninguno se hizo cargo. Doble discurso e impunidad consagrada.
Myriam Bregman integró la querella que llevó a juicio al genocida Miguel Etchecolatz. A 14 años de la condena, repasamos parte del alegato de la abogada.
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