Durante años, ser migrante a significado cargar con la constante estigmatización de aquellos que se encuentran convencidos de los prejuicios injustificados que expresan sectores de ultraderecha como la constante relación entre migración y delincuencia, pero nada más alejado de la realidad, ya que a partir de datos facilitados por la Defensoría Penal Pública (DPP) para causas cerradas entre los años 2006 y 2018, los investigadores del Centro de Estudios Públicos llegan a la conclusión de que “los datos para Chile son contrarios a la creencia, extensamente compartida, de que los inmigrantes elevarían los índices de criminalidad: los extranjeros participan poco en delitos y, más aún, su participación relativa ha venido cayendo en los últimos años”.
Este dato, viene a representar una pizca de claridad al injustificado pensamiento de que la migración es precisamente delincuencia o en otros casos, la pérdida del empleo. La migración se da precisamente bajo una lógica de sobrevivencia a la cual nos arrastra el sistema capitalista a todos las y los trabajadores, independiente de su nacionalidad, ya que debido a las precarización a la cual nos vemos expuestos y en algunos casos llegando a niveles en los cuales difícilmente las personas pueden sobrevivir, nos vemos forzados a trasladarnos en búsqueda de mejores oportunidades hacia otros lugares del mundo, sin embargo teniendo en cuenta que las fronteras son en esencia el legado dejado por las lógicas imperialistas, y sin ir más lejos y de forma más concreta, se ven representadas en la relación migración y delincuencia como forma de estigmatización a los extranjeros para justificar la violencia, represión, precarización y violación a los derechos humanos.
En gran medida estos prejuicios vienen relacionados al narcotráfico o el tema de “drogas”, a lo cual Loreto Cox, señala que podría tratarse de un tema no necesariamente asociado a la migración. “Perfectamente pueden ser extranjeros que están de paso y que en realidad no son propiamente inmigrantes y eso, la verdad, es que no tenemos cómo identificarlo en la base de datos y la DPP no pudo entregarnos más información al respecto”.
Por lo que esta investigación viene a echar abajo aquel mito de migración y delincuencia del cual tanto se jactan para justificar la xenofobia en contra de los millones de trabajadores extranjeros que vienen a buscar una oportunidad para paliar la serie de problemas a los cuales los enfrenta el sistema.
En este marco, queda en evidencia que frente a las crisis humanitarias, provocadas como el hambre, la guerra, una pandemia o distintas miserias a las que son expuestos los pueblos en distintas partes del mundo, es el capitalismo y sus leyes quien regula la política migratoria. Donde debería primar la libre circulación, disolviéndose las fronteras nacionales, y promover la solidaridad entre la clase obrera internacional. Ningún humano es ilegal, las fronteras las imponen los patrones. |