Foto: Rosana y Andrea Cascino trabajadoras tercerizadas de limpieza en lucha por su reinstalación
El Hospital Garrahan es uno de los hospitales pediátricos más importantes de Latinoamérica y casi el 70 % de quienes allí trabajan son mujeres. Existen decenas de tipos de contrataciones precarias, incluyendo pasantes, becarios, residentes, concurrentes y voluntarias; pero las que sufren las peores condiciones son las trabajadoras terciarizadas. A pesar de esto, hace 3 años que se vienen organizando resistiendo abusos, suspensiones y despidos por parte de los encargados de la empresa, en acuerdo con la dirección del Sindicato Obrero de Maestranza (SOM), y con la complicidad del Consejo de Administración que es responsable de la tercerización. En la presente, comenzamos una serie de notas para reflejar cómo estas mujeres se resisten a seguir siendo invisibilizadas.
Negocio millonario para las empresas degradando la Salud Pública
Son los funcionarios macristas y kirchneristas quienes como miembros de la dirección del Hospital Garrahan tercerizan el servicio de limpieza entregando a Floor Clean SRL $ 4,5 millones por mes mientras la empresa paga sueldos que rondan apenas los $ 6.000. Poco más de 250 trabajadoras se mantiene como plantel durante el año. Cumplen tareas de limpieza de todos los sectores del hospital en contacto con pacientes con enfermedades infecto - contagiosas y manejando los residuos patológicos de un hospital que tiene 9 manzanas. Sus delegadas vienen denunciando que ninguno de los auditores públicos que constataron la falta de personal, de uniformes, elementos de trabajo y sectores de descanso inadecuados (los mismos están en los depósitos de residuos) han brindado respuesta alguna a los reclamos.
También han denunciado ante el INADI el abuso cotidiano de los supervisores, en especial el caso extremo de Oscar Caraballo que en su doble función de encargado de las empresas tercerizadas y delegado de UPCN entró al vestuario de mujeres a los gritos e insultándolas, mientras las trabajadoras se vestían para volver a sus casas.
Las trabajadoras luchan y se organizan para enfrentarlo
Frente a esta situación, trabajadoras tercerizadas y de planta permanente fundaron la Agrupación Sí, Se Puede!, conformada por afiliadas a distintos gremios e incluso por un sector de delegadas de la Junta Interna ATE del hospital. En sus materiales describen como uno de sus principales objetivos "la unidad por abajo de todo lo que la dirección del hospital, los directivos de las empresas tercerizadas y los gremios traidores dividen por arriba". Esa unidad llevó a que luego de años de tener delegados que no hacían asambleas, que representaban los intereses de la empresa y no de los trabajadores hayan logrado en el 2012 elegir dos delegadas que promovieran la democracia sindical y "no se vendieran": Cristina Sugastti y Rebeca Cantero. Al año finalizaron sus mandatos y desde ahí en más las trabajadoras se encuentran sin representación ya que también despidieron a las delegadas de hecho, quienes fueron fiscales y encabezaron las denuncias durante todo el proceso. Desde Izquierda Diario conversamos con ellas.
Andrea Cascino: "En diciembre del 2013 fue la convocatoria a elecciones del SOM y nuestro objetivo era que nuestras compañeras renueven sus mandatos. Como íbamos ganando la patota entró con armas y gas pimienta golpeando a las compañeras tercerizadas y de planta que estaban ahí cuidando el final de la elección.
Pero no pudieron impedir que los siguiéramos hasta la camioneta donde metieron la urna y sacaron los votos. Nos tiramos arriba de la camioneta del SOM para impedir que la patota armada se robe la urna, junto con compañeros de planta y tercerizados que salieron a cortar la calle. Logramos la impugnación en el ministerio por esta valiente disposición de nuestras compañeras que además se negaron a firmar el desafuero de Cris y Rebe a pesar de las amenazas de los encargados y más del 50 % firmaron nuestros petitorios. El Ministerio ordenó al SOM a que llamara nuevamente a elecciones. La nueva convocatoria fue el 21 de enero del 2014 . Fue escandaloso, pusieron la urna en un micro estacionado en la calle menos transitada del hospital, lleno de tipos de la patota del SOM armados adentro y en los alrededores. Llamamos a las compañeras a no bajar a votar en esas condiciones y a pesar de las amenazas la gran mayoría se negó a ir a votar. En esta segunda oportunidad ya habían empezado las elecciones horas antes de la convocatoria haciendo votar al turno noche sin cuarto oscuro, sin nuestra presencia ni la de los veedores del ministerio y llevandose la urna para traerla en el micro. A pesar de que las compañeras que fueron delegadas tuvieron sólo un año y todo el tiempo defendiéndose de los ataques, ganamos condiciones laborales, pero lo que más logramos es respeto, dignidad y unidad entre compañeras. Levantamos la cabeza y por eso usan tantos recursos para intentar destruir la organización. También nos quisieron comprar y no pudieron. Vamos a seguir luchando a pesar de todas las adversidades y en mejores condiciones aún porque ya no estamos solas y estamos organizadas".
Rosana Cascino: "El maltrato de los supervisores es permanente y los abusos eran moneda corriente, esto lo cortamos cuando ganamos delegadas. Siempre nos acordamos que nuestro primer grito de campaña en la cola de fichaje fue viejo verde!, en respuesta al maltrato del supervisor Jorge Ocampo. Esa violencia contra nosotras tiene el objetivo de que nos conformemos trabajando con bajos sueldos, pésimas condiciones y pocos francos. Buscan que no nos sintamos dignas de una vida mejor.
Ya sabemos de memoria el cantito que repiten los encargados ante cada fin de licitación ’Las viejas, enfermas, desobedientes y embarazadas no sirven. Hagan buena letra o quedan afuera’. Además hostigan permanente con las condiciones laborales. El SOM firmó que los últimos aumentos fueran al presentismo, por eso es muy común que las compañeras vayan a trabajar enfermas o no pidan aumento por enfermedad de sus hijos, y encima las suspenden si las encuentran hablando por teléfono para ver como están. Si no te queda otra que faltar es muy común que presentes el certificado, el encargado no lo lleva a la empresa y te suspenden, descontándote el día de sanción, el día que faltaste y el presentísmo y encima gastas tu franco yendo a la empresa a reclamar. Para colmo no tenemos guardería como el resto del hospital. Las tercerizadas también somos mujeres trabajadoras y madres pero nos discriminan.
También generan conflictos para dividir, metiéndose con nuestra vida personal. A mi siempre me humillaron con mi elección sexual y con mi físico. Antes sólo sentíamos impotencia y bronca entre compañeras, hasta que nos empezamos a organizar. Formar la Agrupación Sí, Se Puede junto a trabajadoras y trabajadores de planta fue fundamental para reconocer y valorar nuestras fuerzas". |