No se protestaba sólo contra el gobierno de Ayuso, sino contra décadas de políticas neoliberales y contra la lógica criminal del capital en la gestión de la pandemia. El “gobierno progresista” no se libra, por tanto, de la rabia del sur. Recogemos aquí algunas de las voces que este domingo estuvieron presentes durante las protestas.
Tras una primera manifestación de rechazo en la noche del viernes, miles han sido los que en cada distrito han tomado el grito de “Ayuso dimisión”. Bajo este grito se protestaba contra el confinamiento de clase, unas medidas ineficaces y segregadoras que mantienen las causas y factores fundamentales del contagio: el trabajo precario, el transporte público atestado, la destrucción de los servicios públicos, la falta de vivienda, el desempleo. En otras palabras: las décadas de ajustes, recortes y reformas neoliberales, tanto en la Comunidad de Madrid como en el gobierno central.
El confinamiento de clase apunta a la militarización de los distritos del sur y la imposibilidad de salir de ellos para otra cosa que no sea, en líneas generales, trabajar. Los barrios burgueses donde trabajan buena parte de los y las trabajadoras del sur, confinan para el ocio a sus empleados. La rabia va contra las campañas de culpabilización del Ministerio de Sanidad, contra el desprecio racista y clasista de las declaraciones de Ayuso, contra el aumento de la presencia policial que generosamente ofrecerá el Gobierno de PSOE y UP, contra la criminalización de la juventud… es por ello que “por la dignidad del sur, paramos Madrid”.
Recogemos la voz de varias vecinas y representantes de asociaciones, la voz de las asambleas del sur de Madrid, que tiene su eco en otros barrios obreros del Estado español. Peleemos por asambleas populares y la huelga general para parar el ataque.
Las convocatorias simultaneas de este domingo tienen que ser el inicio de un proceso de organización que sirva para planificar la resistencia contra estas medidas. Es urgente organizar asambleas populares y comités en todos los barrios, centros de salud, empresas, institutos, y coordinar a partir de ellos, desde abajo, la lucha de todos los barrios, exigiendo a los sindicatos, especialmente a UGT y CCOO que dejen de ser cómplices y rompan con su pasividad. Hay que poner en marcha un plan de lucha y convocar una huelga general metropolitana que tire abajo al plan de Ayuso. |