El colmo de la opresión es la “opresión progresista” o cómo tratar de acomodar la situación a su interés. Así se podría subtitular la obra con la cual un gobierno, “el más progresista de la historia”, demuestra su opresión de salón dejando que el trabajo sucio lo hagan otros. El poder judicial, gracias a que el Partido Popular, Ciudadanos, Vox y el PSOE/PSC han denunciado todas las acciones de los líderes y activistas independentistas, está a la cabeza de la judicialización.
Llevamos varios años en que las cloacas del estado (oficiales o paraoficiales) actúan contra los líderes y activistas inventando acusaciones a partir de pruebas inventadas e inconsistentes. El caso de Tamara, acusada de terrorista por tener una careta de Puigdemont. O el caso Judas o del 23S, también acusados de terrorismo por tener “precursores de una bomba” que en cualquier hogar se usan para limpiar. Ahora sin presos, ni detenidos. Porque no hubo bombas, ni terrorismos. Sólo hubo un caso inventado por los atestados de la Guardia Civil que los jueces llevan a misa.
Digamos que eso es que el poder judicial se inventa causas judiciales para castigar a los activistas independentistas. Pero, Sánchez debe pensar que si ellos tan solo se quedarán en casa y fuesen a estudiar o trabajar, esto no pasaría. El progresista que oprime a otra nación se encuentra tan cómodo en su papel que no es capaz de entender cómo el oprimido se queja de su opresión. Otro sapo más que los dirigentes “progresistas” de Podemos nos quieren hacer tragar. Seguramente los independentistas obligaron a los jueces a acusarles de sedición, terrorismo y rebelión.
Pero esto no es nuevo en el PSOE. El PSOE de Zapatero recortó el Estatut de 2006 con el apoyo de Artur Mas y se tragó los posteriores recortes del Constitucional. En la era Sánchez, apoyaron al Gobierno de Rajoy en todo lo referente a la aprobación del 155; no movieron un dedo contra la represión del 1O, apoyaron el discurso guerrerista de Felipe VI, dejaron correr todos los vetos de la judicatura a los candidatos a President de la Generalitat, etc. y etc. La diferencia entre Sánchez y la derecha, es que Sánchez trata de apoyarse en el trabajo sucio que hacen los otros poderes del Estado.
Esto es lo que explica que esa famosa “taula de diàleg” que Esquerra Republicana va a acordar con el PSOE, a cambio de la investidura, tan solo se haya reunido una vez en lo que va de legislatura y con efectos “invisibles”. No es culpa del Covid. Es culpa, en primer lugar de Pedro Sánchez, puesto que el Estado español no tiene nada nuevo que decir sobre el derecho de autodeterminación del pueblo catalán. Y, esto no es un descubrimiento, sino que lo saben todos. También tienen culpa Esquerra Republicana y Junts per Catalunya porque se pelean para obtener más votos en las próximas elecciones catalanas.
Ahora Pedro Sánchez vuelve a hablar de reformar el delito de sedición del código civil. Da la casualidad que se cumplen tres años del 20S de la manifestación que Jordi Cuixart y Jordi Sánchez habían liderado para defender la consulta del 1O y por la cual fueron sentenciados por el delito de sedición. Ese delito lleva presente más de 200 años y se está utilizando contra los dirigentes catalanes y las manifestaciones celebradas por el pueblo catalán. No se deja ejercer libremente el derecho de protesta.
A no extrañarse. El gobierno de Sánchez no da puntada sin hilo. El cambio en el código civil podría significar la libertad de los presos políticos (y habría que ver si afecta a los que están en el exilio) y reavivar la “taula de diàleg”. De ésta forma, el gobierno de coalición apuestan por aprobar los presupuestos con el apoyo de al menos las bancadas de ERC, PNV y Bildu.
Sánchez está tratando a la desesperada sostener dos años más ésta legislatura. No pueden prorrogar eternamente los presupuestos de Montoro-Rajoy. Pero no cuentan con el apoyo de la derecha del PP y Vox. Pero tampoco pueden contar con Ciudadanos por la oposición de Unidas Podemos. Y, paradójicamente, deben contar con el apoyo de las fuerzas independentistas.
¿Cómo se puede apoyar políticamente al opresor de Catalunya? ¿Qué diálogo se puede hacer con el gobierno de Sánchez? ¿Alguien pueden pensar que concederán el derecho de autodeterminación a Catalunya? |