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La Izquierda Diario
22 de septiembre de 2020 Twitter Faceboock

RACISMO SISTÉMICO
Las raíces racistas del sistema electoral estadounidense
Tatiana Cozzarelli
Carmin Maffea

En este artículo buscamos explicar las maniobras la “democracia” estadounidense para evitar que los afroamericanos y otras minorías raciales ejerzan su derecho al voto.

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El presente artículo fue publicado originalmente en Left Voice, sitio en inglés de la Red Internacional La Izquierda Diario, bajo el título Black Disenfranchisement Is Ingrained in the U.S. Election System y es parte de una serie de artículos sobre las trampas de la “democracia” estadounidense.

El presidente de EE. UU. Donald Trump aseguró que hubo fraude electoral masivo en las pasadas elecciones presidenciales de 2016, afirmando que los inmigrantes indocumentados votaron por miles. Esto es una mentira. En 2020, Trump está esencialmente pidiéndole a sus partidarios que cometan fraude electoral. "Así que envíen [la boleta de votación por correo]. Y luego vean y luego voten y vamos a ver qué pasa. Ahora están seguros, sin embargo, de que su precioso e importante voto ha sido contado" dijo Trump en declaraciones públicas. Les decía a sus votantes que primero enviaran una boleta por correo y luego votaran en persona. Votar dos veces es, de hecho, un delito grave.

El llamado de Trump a quebrantar la ley a propósito contrasta con la forma en que el estado castiga a los afroamericanos que sin saberlo rompen las antidemocráticas leyes de votación. En 2017, después de cumplir una sentencia de cinco años por fraude fiscal, Crystal Mason comenzó un perdíodo de libertad supervisada. Le faltaban sólo 10 meses para terminar su período de supervisión cuando fue a votar por Hillary Clinton.

Rellenó una papeleta provisional porque su nombre no estaba en las listas. No se dio cuenta de que a quienes están "cumpliendo cualquier parte de su condena" no se les permite votar. No sólo se les prohíbe votar, sino que es un delito grave para ellos tratar de votar. Mason no lo sabía, pero fue sentenciada a cinco años de prisión por "votar ilegalmente". Ella casi ha agotado su capacidad de apelar y está en su último intento. Si pierde, será llevada a prisión.

Este tipo de supresión no es nueva, pero es característica del clima creado por Trump. Afirmó que entre tres y cinco millones de personas votaron "ilegalmente", centrándose en los inmigrantes indocumentados, que según él votaron por Hillary Clinton. Luego creó una comisión para investigar esto, un claro mensaje a los gobiernos estatales de que deben tomar medidas enérgicas contra los votantes. Mason fue una víctima de estas políticas.

El caso de Mason, junto con el de millones de miembros de la comunidad negra, pone de manifiesto que la democracia siempre fue un mito para los afroamericanos a lo largo de la historia de los Estados Unidos. Esto se intensificó bajo Trump, quien explícitamente dice que quiere suprimir el voto. Este año, los expertos del Partido Demócrata y los progresistas finalmente se razgan las vestiduras por la erosión de los derechos democráticos, algo que ha sido una constante para los votantes negros a lo largo de la historia del país y que sólo se está exacerbando por la pandemia.

Una historia de represión violenta y legal

Jarvious Cotton no puede votar. Al igual que su padre, abuelo, bisabuelo y tatarabuelo, se le ha negado el derecho a participar en nuestra democracia electoral. El árbol genealógico de Cotton cuenta la historia de varias generaciones de hombres negros que nacieron en los Estados Unidos pero a los que se les negó la libertad más básica que promete la democracia: la libertad de votar por aquellos que harán las reglas y leyes que rigen su vida. El tatarabuelo de Cotton no podía votar como esclavo. Su tatarabuelo fue golpeado hasta la muerte por el Ku Klux Klan por intentar votar. A su abuelo se le impidió votar por la intimidación del Klan. A su padre se le prohibió votar por los impuestos al voto y las pruebas de alfabetización. Hoy en día, Jarvious Cotton no puede votar porque, como muchos hombres negros en los Estados Unidos, ha sido etiquetado como un delincuente y está actualmente en libertad condicional.
- Michelle Alexander, El nuevo Jim Crow

Hay una larga y violenta historia de exclusión de los negros de las urnas. Durante la era de la Reconstrucción a la salida de la Guerra Civil, el voto negro se disparó, y muchos miembros de la comunidad fueron electos en distintos cargos, incluyendo 20 congresistas negros. Pero al final de la Reconstrucción, los mismos oligarcas blancos tomaron las riendas del poder en el Sur, usando las leyes, la violencia de estado y el terrorismo del KKK para hacer retroceder los derechos que el pueblo negro había ganado.

En la ley, esto significó la introducción de políticas como las cláusulas de los abuelos - leyes aprobadas por las legislaturas estatales para subvertir la Enmienda 15 de la constitución, que busca evitar la supresión de los votantes basados en la raza. Estas normas permitían a las personas que habían votado antes de 1867 la posibilidad de votar sin tener que poseer propiedades, pagar un impuesto electoral o tener que pasar "pruebas de alfabetización" que hacían preguntas imposibles más allá de la alfabetización básica. El efecto fue asegurar el continuo derecho al voto para la clase dominante blanca y la clase trabajadora blanca, al mismo tiempo que se creaban barreras insuperables para el pueblo negro, inscribiendo en la ley la supresión de los votantes afroamericanos. También había formas extralegales de mantener a los negros fuera de las urnas: el KKK desempeñaba un papel clave en la prohibición de que los negros votaran, aterrorizando a los que se atrevían a intentarlo. Este es el legado de la democracia americana.

La Ley de Derechos de Voto de 1965, una concesión hecha para contener un movimiento de los Derechos Civiles cada vez más radicalizado, tenía por objeto abordar algunas de esas leyes racistas y garantizar el derecho de los negros a votar, especialmente en lugares con un historial de políticas electorales racistas. Esta legislación prohibía las pruebas de alfabetización y exigía a los gobiernos locales que obtuvieran la autorización federal antes de introducir cambios en el derecho de voto. Pero un fallo de la Corte Suprema de 2013, conocido como Shelby County v. Holder eliminó el componente de supervisión federal de la ley. Aunque este aspecto de la Ley de Derechos de Voto era una protección mínima, este veredicto dio luz verde para aprobar aún más leyes que privarían del derecho al voto a los negros. A esto le siguieron las previsibles leyes de votación racistas.

En el contexto de la pandemia y de la privación más amplia del derecho de voto, los negros son los más afectados.

Privación de derechos en la prisión

En 2016, los tribunales de EE.UU. encarcelaron hasta 2,3 millones de personas. El país tiene el 5 % de la población mundial y el 25 % de la población carcelaria. La comunidad negra es el blanco principal del estado carcelario, ya que constituye sólo el 13 % de la población, pero casi la mitad de la población carcelaria. En el libro de Michelle Alexander, The New Jim Crow, que hace referencia a las leyes de segregación racial del país conocidas como las leyes de Jim Crow, señala que hay más personas negras encarceladas hoy que las que fueron esclavizadas en 1850. Esto se debe a que la Enmienda 13, que abolió la esclavitud, incluye una excepción a esa prohibición - permitiendo el trabajo no remunerado en el sistema penitenciario. Hasta el día de hoy se siguen obteniendo enormes beneficios con el trabajo en prisión.

Los presos no sólo son removidos de sus comunidades sino también de los procesos políticos electorales del estado, durante la duración de sus sentencias y a menudo por mucho tiempo después. En todos los estados, excepto Maine y Vermont, se pierde el derecho a votar durante el tiempo en prisión, y en 21 estados, no se puede votar hasta que la libertad condicional o la libertad vigilada haya terminado. Además de que a quienes fueron condenados por un delito se les revoca el derecho de voto incluso cuando son puestos en libertad, se espera que los convictos de estados como Arizona paguen tasas exorbitantes antes de recuperar su derecho al voto. En 11 estados, el derecho al voto de una persona se suspende indefinidamente cuando recibe la sentencia. A menudo se necesita el perdón del gobernador para poder votar, algo demasiado exclusivo para todos, excepto para un número muy reducido de condenados.

Incluso después de salir de la abusiva institución carcelaria, y mientras afrontan las luchas cotidianas contra empleos inseguros y viviendas inaccesibles, quienes fueron condenados por un delito siguen excluidos del derecho más básico: la capacidad de votar. Hay 6,1 millones de personas en EE. UU. que están privadas del derecho de voto debido a condenas por delitos graves, y alrededor del 40 % de ellas son negras. Esto significa que uno de cada 13 negros no puede votar, en comparación con uno de cada 56 votantes no negros. Así se desarrolla y mantiene un sistema de castas en el que los negros son alienados de sus derechos políticos.

El Senado y el Colegio Electoral

Dos pilares del sistema de votación racista son el Colegio Electoral y el Senado, que diluyen el voto negro y aumentan el poder del voto blanco. Ambos se remontan a la fundación del país, a los cimientos de la Constitución, que buscaba eludir "una persona, un voto". James Madison, el cuarto presidente del país y uno de los más influyentes entre los Padres Fundadores lo dijo él mismo: "El derecho de sufragio era mucho más difuso en los estados del norte que en los del sur; y estos últimos no podían influir en la elección en beneficio de los negros. La sustitución de los electores obvió esta dificultad y parecía en general que había pocas objeciones."

Hoy en día, tanto el Colegio Electoral como el Senado tienen un efecto similar: sobrerrepresentar a los blancos y subrepresentar a los negros y otras minorías raciales. En el caso del Colegio Electoral, cinco de los seis estados que tienen más del 25 % de su población negra son estados republicanos. La mayoría no ha votado a los demócratas en más de cuatro décadas. Esto significa que la comunidad afroamericana de esos estados, que en su mayoría vota a los demócratas, esencialmente no tienen voz en las elecciones. El sistema que otorga todos los delegados para el Colegio Electoral al ganador significa que sus votos irán a los republicanos.

En el caso del Senado, los estados pequeños están desproporcionadamente representados... y los estados pequeños tienen menos gente negra. Según un artículo del sitio Intelligencer, 2,7 millones de personas de los estados de Wyoming, Vermont, Alaska y Dakota del Norte, que son abrumadoramente blancos, tienen el mismo número de senadores que los 110 millones de personas de California, Texas, Florida y Nueva York, que tienen un número significativo de personas de color, y más ampliamente de personas negras. Como resultado, David Leonhardt calculó que los blancos tienen 0,35 senadores por millón de personas, mientras que los negros tienen 0,26 y los latinos sólo 0,19.

Estas dos instituciones son mecanismos institucionales y sistemáticos de privación del derecho de voto de los negros - dos de los sistemas más antidemocráticos de la democracia estadounidense.

Sacar a los votantes de las listas

El método clave utilizado para hacer cumplir esta privación del derecho de voto de los negros es su eliminación de las listas de votación. Al menos 17 millones de votantes fueron purgados en todo el país entre 2016 y 2018, afectando desproporcionadamente a las comunidades negras. En el estado de Wisconsin, la población negra votante es sólo el 5,7% del electorado del estado, pero el 35% de los avisos de purga de votantes se dirigieron a los dos condados que representan el 74,6% de los votantes negros de Wisconsin. En otro ejemplo, el Secretario de Estado de Georgia, Biran Kemp, puso en suspenso 50.000 inscripciones de votantes. El 70% de los votantes seleccionados eran negros.

Esto es probablemente el resultado del fallo Shelby County v. Holder. Un informe del Centro Brennan explica que "aproximadamente 363.000 votantes más fueron borrados de las listas en el primer ciclo electoral después del fallo que en ciclo electoral inmediatamente anterior".

Cierre de centros de votación

En una dramática escena que tuvo lugar en el estado de Kentucky en junio de este año, docenas de personas, predominantemente negras, golpearon las puertas y ventanas del Centro de Exposiciones de Kentucky, exigiendo el derecho al voto. Durante las primarias de junio, Kentucky cerró el 95 % de los centros de votación, dejando a Louisville, la ciudad más grande de Kentucky, con sólo uno.

El Súper Martes, el día que coincide la mayor cantidad de elecciones primarias, se reportaron largas filas en las comunidades de clase trabajadora negra en todo el país. El corresponsal de la cadena CNN Ed Lavandera tweeteó una foto de Hervis Rogers, un votante negro que esperó casi siete horas para emitir su voto en Houston. Rogers finalmente pudo votar a la 1:30 a.m. - dejando el centro de votación tarde para llegar a su trabajo en el turno noche.

Es bien sabido que en las comunidades blancas ricas, votar es generalmente rápido y fácil, mientras que en los barrios negros y de clase trabajadora, la gente espera durante horas para emitir su voto. Antes de la pandemia, Texas cerró más de 400 centros de votación, Arizona cerró más de 200 y los estados de Louisiana, Alabama, Mississippi, Carolina del Norte y Carolina del Sur cerraron más de 250 centros de votación en conjunto. En todo el Sur, 1.688 centros de votación se cerraron entre 2013 y 2019.

Ari Berman, escritor principal de la revista Mother Jones, dijo acertadamente que "Las largas filas son una forma de impuesto electoral, porque impiden que la gente pueda trabajar. Impiden que la gente vuelva con sus hijos o sus familias. ... Afecta desproporcionadamente a los latinos, afroamericanos, otras personas, que ya están luchando por votar en estados como Texas que tienen otras formas de supresión de votantes."

Leyes de identificación de votantes

Las leyes de identificación de votantes son otro medio de descalificar a la gente del proceso electoral. Como 35 estados actualmente hacen cumplir estos requisitos, los votantes están sujetos a una burocracia que descalifica desproporcionadamente a las personas de color para votar en la mayor parte del país. Hay que tener en cuenta que EE. UU. no emite un documento de identidad universal válida como en la mayoría de los países, entonces tener una identificación significa tener permiso de conducir, una membresía a una biblioteca y un largo etcétera, que no todo el mundo tiene

Un estudio encontró que casi el 10 % de la gente negra carece de la identificación adecuada para votar en muchos estados. El estudio también encontró que los negros tienen el doble de probabilidades que los blancos de carecer de la identificación adecuada, lo que hace que estas leyes sean mucho más represivas para los negros.

Los requisitos de identificación privan de manera desproporcionada a las personas de bajos ingresos, un grupo en el que los negros están desproporcionadamente representados. A menudo no pueden permitirse pagar los costes necesarios para obtener una identificación, un proceso que a menudo requiere el pago de un certificado de nacimiento u otros documentos y requiere viajes y tiempo libre en el trabajo para obtener la documentación, que muchos negros de bajos ingresos simplemente no pueden permitirse. Debido a su situación económica y a la proliferación de leyes de identificación de votantes en EE. UU., muchas personas de raza negra son excluidas del proceso electoral.

Gerrymandering

Gerrymandering es la práctica de manipular los resultados en los distritos electorales cambiando los límites de los distritos. A menudo se utiliza para diluir el poder político del partido contrario, el grupo que controla las fronteras entre distritos puede diluir el poder de los votantes negros. Esto quedó sumamente claro cuando se dieron a conocer los archivos de Thomas Hofeller, un estratega republicano, que revelaron que intentó trazar un mapa racial de Carolina del Norte para asegurar las victorias republicanas en las elecciones. Según el diario The New Yorker, "el disco duro de Hofeller también conservó un mapa de la maniobra judicial del estado de Carolina del Norte en 2017, con una superposición de la población negra en edad de votar por distrito, lo que sugiere que estos mapas - que actualmente están en el centro de una prolongada batalla legal - también podrían ser una maniobra racial". Hofeller también participó en el trazado de distritos en Texas, Missouri, Virginia, Alabama, Florida y Virginia Occidental.

Estos casos han sido llevados a los tribunales de todo el país, y finalmente llegaron a la Corte Suprema en el caso Rucho v. Common Cause. En una decisión de 5 a 4, los jueces de la Corte Suprema, que nadie votó, decidieron que, aunque la manipulación racial es "incompatible con los principios democráticos", estaba fuera del alcance del poder de la corte para detenerla. En otras palabras: la manipulación es libre de continuar.

Aunque esto puede parecer un problema sólo para los Republicanos, un reciente artículo de la agvencia de noticias ProPublica sostiene que los demócratas también usan la manipulación para dividir los votos de las comunidades de color. En un artículo titulado "Gerrymandering sigue siendo sobre la raza", el autor informa que los demócratas utilizan una "técnica, conocida como ’cracking’ en la jerga de los trazadores de mapas", que "a menudo perjudica a las minorías, votantes que podrían tener mayor influencia si se mantuvieran en un solo distrito".

Votar es un derecho

Mientras Donald Trump busca una mayor supresión de los votantes, los socialistas deben luchar por el derecho al voto y contra la supresión de los derechos civiles básicos del pueblo negro. Aunque no se usa exclusivamente contra las comunidades negras, la supresión de los votantes las afecta desproporcionadamente. Innumerables personas negras son descalificadas del proceso de votación debido a las sanciones impuestas por el estado, ya sea por su papel carcelario punitivo, por las prácticas milenarias que privan del derecho al voto a personas de menos medios económicos, o por el mapeo de los barrios para manipular la dirección de los votos. Por lo tanto, deben hacerse ciertas demandas básicas para contrarrestar estas formas de supresión del Estado.

Estas demandas aumentarían el nivel de democracia para todos los votantes, no sólo para el pueblo negro que se ve desproporcionadamente afectado por la supresión de los votantes.

1. El registro automático de votantes para todos los residentes de los Estados Unidos y los estadounidenses que viven en el extranjero. Esto incluye a las personas encarceladas e indocumentadas.
2. Voto por correo y amplia disponibilidad de lugares de votación.
3. Declarar el día de las elecciones como feriado federal, con todo el mundo excusado del trabajo.
4. El fin de la manipulación racista.
5. Abolir el Senado y el Colegio Electoral.

Luchar por una democracia de la clase obrera y los oprimidos

El derecho al voto es un derecho básico de la democracia capitalista. La promesa de la capacidad de votar por nuestros líderes fue parte del discurso de la Revolución Americana, aunque nunca ha sido una realidad para los oprimidos en América. Hasta el día de hoy, los negros son sistemáticamente privados del derecho al voto y debemos luchar para que todos tengan este derecho civil más básico.

Sin embargo, la verdadera democracia significa más que el derecho a votar por Demócratas o Republicanos el día de las elecciones, ya que está en la naturaleza de ambos partidos oprimir sistemáticamente a la gente, y nadie ha experimentado esta opresión más agudamente que el pueblo negro. Como dijo Lenin, "Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias sino en las repúblicas más democráticas.". Esto es particularmente cierto para los negros americanos, que han sido perseguidos y encarcelados tanto por Demócratas como por Republicanos; es particularmente cierto para las comunidades negras contra las que la Guardia Nacional fue enviada por el primer presidente negro para aplastar las protestas que decían Black Lives Matter (las vidas de los negros importan). Aunque tenemos que defender el derecho básico a votar de la comunidad negra, las limitaciones del voto en EE. UU. hacen que esto sea enormemente insuficiente para hacer los cambios fundamentales que necesitamos.

La verdadera democracia significa que la clase obrera y los oprimidos pueden decidir todos los aspectos de nuestras vidas, desde la producción hasta la reproducción. La democracia real no puede existir en una sociedad basada en las ganancias, y el racismo es fundamental para producir esas ganancias. El capitalismo estadounidense depende del trabajo semi-esclavo de los negros en las prisiones y los salarios más bajos pagados a los negros. La verdadera democracia no puede existir cuando el pueblo negro, y la clase obrera en su conjunto, no tienen voz en el funcionamiento de la economía, pero se les permite votar por un opresor ejecutivo cada cuatro años. En este sentido, sólo el socialismo - un sistema en el que la clase obrera y los oprimidos deciden democráticamente sobre cada aspecto de la sociedad - puede ser una verdadera democracia.

 
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