Una reedición aniversario y la liberación de un documental festejan el disco en el que el mítico cantante se reinventa tras su salida traumática de Black Sabbath.
El final de la década del 70 encontró a Ozzy Osbourne batallando contra sus demonios internos. Tras una década al frente de Black Sabbath, Ozzy fue echado de la banda por su consumo problemático de alcohol y drogas. Su salida, decidida por el guitarrista Tony Iommi, se produjo tras la gira presentación de Never say die! (1978), el octavo álbum de Black Sabbath. La despedida traumática de una banda pilar del heavy metal dejó a Ozzy en una profunda depresión.
Ya es mítica la historia en la cual el manager Don Arden envía a su hija Sharon para rescatar a Ozzy de la oscuridad que reinaba en su habitación en un hotel de Hollywood. Fue su futura segunda esposa quien lo convenció de continuar y armar una nueva banda. Cuenta Ozzy en el documental 30 years after the blizzard que en ese momento creía en que nadie se iba a interesar por él.
Finalmente, Ozzy estabiliza una formación integrada por Randy Rhoads, un joven y talentoso guitarrista (por ese entonces miembro de Quiet Riot), el bajista Bob Daisley y el baterista Lee Kerslake. Esa será la formación que a principios de 1980 compone y graba las canciones de un nuevo disco.
La primera canción compuesta fue Goodbye to romance, una balada que bien puede pasar como la historia de una ruptura de una pareja pero en realidad se trata del duelo del propio Ozzy respecto a sus antiguos compañeros de Black Sabbath. Todo el mundo se divierte excepto yo, que soy el que se encuentra solo / Vivo en la vergüenza, canta Ozzy sobre una melodía con cadencia penosa. La guitarra de Rhoads se destaca con un solo y la línea “Mañana encontraré el sol o lloverá” resume el estado de Ozzy.
Ozzy era consciente que este disco era una forma de compararse con sus antiguos compañeros, que ahora tenían a Ronnie James Dio como cantante y habían editado un buen álbum. "Estaría hablando mierda si dijera que no me sentía como si estuviera compitiendo con Black Sabbath cuando hicimos Blizzard of Ozz. Les deseé lo mejor, supongo, pero una parte de mí se estaba muriendo de ganas de que no tuvieran más éxito sin mí”, admite Ozzy en su autobiografía I Am Ozzy publicada en 2011.
Finalmente, el 20 de septiembre se edita Blizzard of Ozz, con una importante repercusión positiva en la crítica y en los charts. El álbum alcanzó el puesto 7 en el Reino Unido y el puesto 21 en los Billboard 2000 de Estados Unidos. Para 2019 ya llevaba vendidas más de cinco millones de copias.
Su primer corte fue ‘Crazy train’, que inicia con un Ozzy llamando a “todos a bordo” tras lo cual Rhoads despliega un riff que convirtió al tema en un clásico en los recitales de Ozzy. El otro sencillo fue ‘Mr. Crowley’, una canción basada en la vida del ocultista británico Aleister Crowley. La composición es considerada una de las mejores en la carrera del vocalista de Birmingham, donde resaltan los teclados a cargo de Don Airey que crean la atmósfera mística.
El disco, considerado a esta altura un clásico, no estuvo exento de polémicas. En este caso vino por el lado de la canción ‘Suicide solution’, que fue señalada como culpable de algunos suicidios. Los padres de un joven de 19 años llegaron a demandar a Ozzy y la compañía, aunque la acusación fue desestimada. Este señaló en el tribunal que la letra no habla del suicidio sino que trataba sobre la muerte de Bon Scott de AC-DC relacionada al acohol, aunque lo cierto es que se trataba de su propia batalla contra el alcoholismo.
Una reedición por los 40 años
Con motivo de este nuevo aniversario, se publicó una edición de Blizzard of Ozz donde se agrega la canción ‘You looking at me, looking at you’ (lado B del single ‘Crazy train’), una versión ‘Goodbye to romance’ a dúo entre la voz de Ozzy y la guitarra de Randy Rhoads, de quien también se publica una improvisación en la sesión de grabación. Además se agregan seis canciones en vivo tomadas de la gira presentación del disco y la canción ‘You said it all’, publicada como lado B del Mr. Crowley Live Ep.
Las reediciones previas de este disco también fueron alcanzadas por los conflictos que el "Príncipe de las tinieblas" tuvo a lo largo de su carrera. En 1986 Daisley y Kerslake presentaron una demanda por regalías contra el sello y obtuvieron créditos de composición en los álbumes Blizzard of Ozz y su sucesor Diary of a Madman. A comienzos de la década del 2000 los músicos interpusieron una nueva demanda, esta vez contra Ozzy por el no pago de las regalías por los discos mencionados. En 2002 se editó una versión de ambos discos donde se reemplaza a Daisley y Kerslake por nuevas pistas grabadas por Mike Bordin (quien venía de Faith No More) y Robert Trujillo (posteriormente en Metallica). Por el rechazo generalizado se reeditó la versión original en el trigésimo aniversario.
Por esa disputa legal, en el documental 30 years after the blizzard no hay ninguna mención al bajista y baterista del disco fundacional en la etapa solista de Ozzy. Ahora, por el 40 aniversario, este documental fue liberado en Youtube. Esto no pasó desapercibido, mucho menos cuando Kerslake falleció el 19 de septiembre, un día antes del aniversario.
Y este festejo por las cuatro décadas también incluye un video animación para ‘Crazy Train’
40 años después de su primer disco solista, Ozzy sigue desarrollando una carrera construida entre las luces de su genio y las oscuridades de su personaje. A pesar de cancelar reiteradamente recitales por sus problemas de salud -el año pasado le diagnosticaron Parkinson- en 2020 editó un nuevo disco. En Ordinary Man el "Príncipe de las tinieblas" muestra a sus 71 años que aún conserva la vitalidad rockera.