El escritor y director de la revista President, Serguéi Komkov, anunció que Donald Trump también es candidato, ya que un parlamentario noruego lo propuso por su apoyo al acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos.
Este mismo escritor, nominó al presidente ruso, porque “es apoyado por las principales personalidades de la cultura rusa y la ciencia rusa”. Y que, además de apoyar la Paz en el mundo, “tiene un gran mérito por haber incluido la palabra "Dios" en la constitución de su país y enfatizó que su nominación había llegado antes que la de Trump.
En la carta que escribió, menciona que no sólo se esfuerza al máximo por mantener la paz y la tranquilidad en su territorio, sino que “contribuye activamente al arreglo pacífico de los conflictos que surgen alrededor del planeta”.
También destacó que durante la pandemia ha ayudado a casi treinta países como Estados Unidos, China, Venezuela, Italia e Irán.
No es la primera vez que es propuesto al premio Nobel de la Paz, en 2014 lo nominaron por presentar un plan para desmantelar el arsenal químico sirio y evitar así una intervención militar occidental, pero activistas de derechos humanos rusos lo rechazaron categóricamente, ya que Putin había comenzado la presidencia con la intervencion en Chechenia en el 2000.
Para entender un poco…
Poco después de la disolución de la ex Unión Soviética, Chechenia proclamó su independencia y Rusia reaccionó con una invasión militar que dejó más de 100,000 muertos. Esta guerra terminó en 1996.
En agosto de 1999, la infiltración de radicales chechenos a Daguestán, fue el pretexto perfecto para que Putin ordenara una nueva intervención militar contra Chechenia. Dicha guerra fue uno de los puntos claves para que Putin se consolidara en el poder, y ganara la simpatía por tener "mano dura" contra el "terrorismo". Lo que tenia detrás esta política era la dominación Rusa redoblando la opresión nacional hacia las repúblicas independentistas; con la imposición de gobiernos prorrusos y una brutal campaña antiterrorista.
Se estima que entre 80.000 y 100.000 chechenos murieron tras la ofensiva rusa. Se utilizaron métodos de tortura sistemática, violaciones, y represión generalizada contra la población chechena, que fueron condenados internacionalmente.
Pese a esta historia de dominación y multiples agravios encabezados por Putin, ahora el mandatario está siendo nominado a un premio reconocido mundialmente con grandes “cumplidos”, pintándolo como si fuera un presidente ejemplar.
El gobeirno de Putin en medio de la pandemia
A pesar de que Serguéi Komkov escriba en la carta que Vladimir no está haciendo más que ayudar a otros países para enfrentar la pandemia, esto no tiene sentido, ya que en junio Rusia ocupaba el tercer país a nivel internacional con más personas infectadas.
Según el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, las estadísticas de mortalidad por coronavirus son “difíciles de entender”, ya que aseguran que las cifras pueden estar manipuladas.
En mayo, el diario estadounidense The New York Times y el británico Financial Times cuestionaron las cifras rusas y señalaron que el 70 por ciento de las muertes por Covid-19 en Moscú y San Petersburgo ni siquiera estaban incluidas en las estadísticas oficiales. Las autoridades rusas, sin embargo, afirman que las cifras oficiales son “correctas”.
No sólo eso, “Inicialmente, cuando el coronavirus comenzó a aparecer en Rusia, la respuesta fue, por decirlo suavemente, confusa. El gobierno trató de evitar un brote masivo sin pánico público y, por lo tanto, no cumplió ambos criterios. Rusia fue uno de los últimos países en prohibir las reuniones públicas o posponer la liga local de fútbol (soccer), lo que redujo el posible pánico pero aumentó la probabilidad de propagación del virus. El Metro de Moscú, que es el sistema de metro más activo y más grande de Europa, continuó operando con enormes colas.”
Pero… ¿Cuál es la finalidad de un Premio Nobel de la Paz?
Para mucha gente, estos premios son lo más importante que te puede pasar, para otras, sólo representa una medalla y una escandalosa cantidad de dinero.
En su “última voluntad” Alfred Nobel indicaba que su fortuna debía ser dedicada a compensar anualmente a aquellas personas que habían prestado mayor servicio a la humanidad el año anterior. Estableció cinco categorías (Física, Química, Medicina, Literatura y Paz), la última estaba destinada a reconocer “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz”.
En pocas palabras, un reconocimiento a todos aquellos que hubieran dedicado su vida a “hacer del mundo un lugar mejor”. Pero desde que se otorgó el primer premio en 1901, los perfiles de los ganadores han ido cambiando, ahora con mucho más peso político que los primeros.
Lo cierto es que, el discurso de múltiples políticos de países imperialistas en torno al “desarme y el fin de las guerras” se ha convertido en un eufemismo para justificar intervenciones militares para imponer la dominación nacional, según convenga en la geopolítica.
En realidad, el Premio nobel de la paz, esta lejos de ser un reconocimiento para aquellos que hacen del mundo un lugar mejor. Si así fuera es absurdo pensar en la nominación a Putin para la condecoración o al propio Donald Trump y sus políticas xenófabas, racistas, clasistas y de derecha.
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