Por parte de la campaña del “rechazo”, participaron abiertamente organizaciones de derecha y ultra derecha como la UDI y el Partido Republicano, que dentro de sus franjas dieron espacios a la iglesia evangélica, la multigremial nacional de las FFAA, carabineros y PDI en retiro, entre otros. Por la opción “apruebo”, no solo participaron sectores de la centro-izquierda y centro, como la DC, el Frente Amplio fundaciones ciudadanas, y distintos comandos, como Chile digno (PC, Izquierda libertaria, Partido Igualdad, Progresistas, entre otros) y Convergencia progresista e independientes (PS, PPD y PR), Partido Humanista y el Colegio de Profesores, a través de Mario Aguilar, si no que también sectores de derecha como Evópoli y RN.
Y aun que a primera vista, lo que resalta del la franja es la heterogeneidad dentro de la derecha con respecto al plebiscito y la nula propuesta política del sector del “rechazo”, que apela a la subjetividad del votante sin argumentos políticos, una segunda lectura nos permite ahondar en otros detalles. La derecha aparentemente dividida, impulsa a través de la UDI el rechazo a secas, mientras que la iglesia evangélica llama a votar rechazo + convención mixta mientras que Evópoli, intenta pegarse a los sectores de las masas que aprueban pero que se definen como “ni de izquierda ni de derecha” y que como RN llaman a aprobar + convención mixta. Sin embargo, en el fondo aunque unos aprueben y otros no, todos buscan conservar lo que más se pueda la constitución de dictadura y hacer simples reformas a ésta.
Por su parte, el centro y la centro izquierda no tienen grandes propuestas políticas, ni programa de cara a una eventual victoria del apruebo. Llaman a aprobar + convención constitucional, a excepción de la DC que llama a convención mixta, sin hacer ninguna reflexión o balance de la revuelta popular de octubre originó este proceso plebiscitario como respuesta de los partidos del régimen para poner paños fríos y desviar hacia el parlamento las movilizaciones y descontento de las masas, que sea lo más alejado posible de la lucha de clases.
Revuelta popular de octubre y la trampa constituyente: AC libre y soberana, la gran ausente de la franja.
Si bien Pamela Jiles fue la única que incluyó en su franja la Asamblea Constituyente (por una fracción de segundo), lo cierto es que la lucha por una AC no existe en la propuesta de ningún sector del régimen. Todos los partidos de siempre, especialmente FA y PC, “agachan el moño” frente a la cocina parlamentaria y aceptan un proceso constituyente a medias, tramposo y no democrático, que se subyuga a tratados internacionales que no permitirán tocar un pelo de la constitución de Pinochet. Tal cómo lo hicieron el 12 de Noviembre cuando firmaron el acuerdo por la paz que zanjó este proceso constitucional. Se rindieron antes de librar batalla.
Es por esto que es necesario ser parte de la lucha por conquistar una Asamblea Constituyente libre y soberana a través de la movilización y la huelga, donde el pueblo pobre y explotado pueda participar con delegados elegidos democráticamente y revocables, que garanticen representatividad de pueblos originarios, movimientos sociales, trabajadores, juventud, mujeres, diversidad y disidencia, donde no hayan poderes del estado ni internacionales que estén por encima de la voluntad y decisión de las masas. |