En Febrero de 2016 Oscar un niño de 8 años murió a causa de un disparo en el barrio Unión del asentamiento "Nueva Esperanza" en el partido de Merlo, barrio que se conformó a partir de una toma de tierras en septiembre del 2015.
La bala que terminó con su vida vino de una patota desconocida para las familias de la toma, incluso semanas antes del asesinato de Oscar, familias de ese asentamiento habían denunciado la presencia de personas armadas que no conocían y merodeaban las casillas precarias.
El 18 de Febrero, 5 días después de que asesinaron a Oscar, apareció la bonaerense con sus topadoras y más de mil familias se quedaron en la calle, no existió ningún plan de viviendas como prometieron.
El desalojo aquél fue brutal, tanto que las lágrimas de haber perdido a un niño como Oscar no alcanzaron para detener el incendio que destruyó las casillas que con mucho sacrificio las familias construyeron en el predio de más de 60 hectáreas.
Desalojo de la Bonaerense en el barrio Nueva Esperanza
Embarrar la cancha
La historia de cómo terminó la toma en el asentamiento Nueva Esperanza, plantea un modus operandi que las familias refieren ejerce el Estado a través de distintas patotas, punteros, personas ajenas a la organización de la toma con quienes comparten el sueño de tener una vivienda digna para sus hijos, patotas que aparecen y un día empiezan a los tiros, sin importar quienes están del otro lado.
Este lunes en el Barrio Los Ceibos en La Matanza donde viven 400 familias y casi 600 niños y niñas, una mujer denunció en La Izquierda Diario la presencia de una patota que entró a los tiros en la noche, luego que las familias se hayan movilizado al municipio en reclamo por un plan de viviendas dignas:
"Para mí todo esto fue armado, que querés que te diga. Encima no había ni policías. Fueron todos armados a sacarle la casita a una señora que tiene unos nenes discapacitados."
Los medios de comunicación suelen aportar a esta mirada, y así aparecen los titulares como: “conflicto entre bandas”, “ guerra de pobres contra pobres”, “ la banda de los paraguayos contra los peruanos” y así podríamos seguir replicando las ideas, muchas de ellas xenófobas que se esmeran en meter en la conciencia de millones de familias.
Barrio El Ceibo- La Matanza
Hasta el Ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, inició una campaña mediática de desprestigio contra organizaciones sociales y la izquierda. Con el fin de allanar el camino para la represión en el desalojo, que Axel Kicillof dejó en las manos de Sergio Berni que se estima para este jueves 1 de octubre.
Viviendas dignas para las infancias
No podemos naturalizar ese modus operandi con patotas, como las que en 2016 asesinaron a Oscar, ajenas a las familias que están ejerciendo una toma de tierras para acceder a una vivienda digna para sus hijos.
Muchos menos el desalojo violento puede ser la respuesta del Estado ante el flagelo habitacional de los casi 3.000 mil niños y niñas de la toma de Guernica, ni su posterior institucionalización separándolos de sus hermanos y padres.
Familias en la Toma de Guernica
Porque hoy las infancias de Guernica necesitan casas donde jugar, alimentarse, descansar y sentarse a esperar a que lleguen los adultos de trabajar, con la esperanza de que estos traigan alguna golosina en el bolsillo, y a eso el Estado el 1 de octubre: ¿le va a responder con balas?
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