La pandemia de Covid-19 acrecentó la implementación de nuevos modelos laborales por parte de los empresarios y el gobierno. El llamado home office es uno de ellos, el cual lleva el trabajo a las paredes del hogar, que lejos de representar un beneficio para los trabajadores, implica mayores cargas laborales y con ello padecimientos como el tecnoestrés.
Según Erika Villavicencio-Ayub, especialista en salud ocupacional de Facultad de Psicología de la UNAM, al menos 75% de los trabajadores padece estrés. Esto posiciona a México entre los primeros países que tiene mayor tensión física y emocional durante las actividades laborales.
A esto se le suma que antes de la pandemia un 25% de los trabajadores tenía un transtorno mental, como depresión, lo que hace probable que esta cifra aumentara en el último periodo pues uno de cada dos trabajadores tiene algún padecimiento psíquico.
Sabemos que con la implementación del home office las jornadas laborales se pueden extender incluso las 24 horas del día los siete días de la semana, pues el patrón aprovecha esta modalidad para aumentar la productividad del trabajo por el mismo salario.
Esa carga laboral es la que propicia el tecnoestrés el cual se deriva de un desajuste entre las demandas laborales y los recursos personales, es decir, este padecimiento es provocado por la falta de habilidades para manejar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y por el uso excesivo de estas.
La cuestión es que el tecnoestrés en los momentos actuales está más relacionado con la carga excesiva de trabajo, que por la falta de habilidades para usar las TIC.
Y es que en realidad el home office se viene configurando como una de las formas en que los empresarios están acrecentando sus ganancias sobre la base de implementar jornadas laborales extenuantes y administrar mayor carga de trabajo, propiciando el desajuste que causa el Tecnoestrés.
Este desajuste puede producir ansiedad, cansancio, dolores de cabeza, fatiga mental y física, dolores musculares, entre otros padecimientos.
Durante la pandemia de Covid-19 hemos visto como las condiciones de vida del conjunto de la población se han degrado. A esto hay que agregar que las condiciones laborales de los trabajadores en México y en el mundo de hace décadas son cada vez más precarias, al punto que en la mayoría de los casos no contamos con un contrato, prestaciones esenciales, como seguridad social, vacaciones o aguinaldo, eso sin mencionar que en la mayoría de los casos no tenemos derecho a la sindicalización.
Estas condiciones combinadas con la implementación del home office hacen que los empresarios obtengan mayores ganancias y en el caso de los trabajadores al servicio del Estado se expresa que el trabajo recaiga sobre menos personas.
Algunos especialistas apelan a la buena voluntad de las patronales para crear estrategias laborales que disminuyan el estrés generado por el home office, pero la carga laboral no es producto del desconocimiento administrativo de empresarios y gobierno, sino de la implementación de un régimen laboral que viola todo derecho laboral y humano.
En última instancia lo que busca el gobierno y los empresarios, con el home office, así como los recortes salariales y los despidos que se cuentan por millones, es que los trabajadores paguemos los costos de la crisis económica que ellos provocaron.
Hay que frenarles la mano, para eso se vuelve importante exigir la prohibición del home office, el outsourcing, los despidos y los recortes salariales. No es cierto que los empresarios estén teniendo perdidas, son los más beneficiados por las condiciones de precariedad laboral a la que nos vemos sometidos millones de jóvenes, mujeres y trabajadores.
Al contrario, bien podríamos cobrar impuestos progresivos a las grandes fortunas para financiar, el sistema de salud, la educación, seguros de desempleo para todos y licencias para los trabajadores con 100% de salario.
Solo la unidad y la organización de los trabajadores con independencia del gobierno puede conquistar este tipo de medidas que acaben con la precarización laboral a que nos someten este tipo de formas de empleo. Por eso hacemos un llamado a que las centrales sindicales que se reclaman opositoras rompan su tregua con el gobierno y llamen a la más amplia movilización de la base trabajadora con plan de lucha que defienda nuestras conquistas laborales.
Te invitamos a formar impulsar la campaña contra la precarización y los despidos.
Comunicado de prensa Movimiento Nacional Contra la Precarización y los Despidos |