Cuarentena del desierto. 98 trabajadores golondrinas, miembros de las comunidades Wichi y qom están siendo obligados a realizar una cuarentena de dos semanas dentro de carpas ubicadas en el monte formoseño, azotados por el sol y a 40º de temperatura, en una región donde el calor se ha intensificado por los focos de incendios forestales.
Volvían de trabajar en una finca en Salta, deseos de regresar a su hogar, pero fueron interceptados por las fuerzas públicas y los mantienen en un campo que la policía utiliza para realizar entrenamientos de supervivencia.
Para los "golondrinas", la supervivencia no es un entrenamiento, sino una forma impuesta de vida. Desarraigados de sus hogares y comunidades, migran según el calendario agrícola a diferentes regiones del país. Trabajan de sol a sol, sin descanso, sin derechos laborales, en territorios foráneos. Muchos son miembros de pueblos originarios, permanentemente expulsados de sus tierras y violentados para favorecer al agronegocio.
La noticia se conoció por el video del padre de uno de los confinados: “Nuestros hijos están sufriendo, haciendo la cuarentena en pleno calor, bajo carpas y en el monte”. El hombre cuestiona que no cree que éste sea el procedimiento que deba seguirse: “para hacer la cuarentena uno tiene que tener bastante sombra y bastante agua, aire acondicionado, tiene que tener cama, tiene que tener un colchón”.
Estas formas de aislamientos inhumanas para con los “golondrinas” se vienen repitiendo en las distintas provincias donde se explota la mano de obra en actividades productivas del agro. Un desprecio y abuso estatal que contrasta brutalmente con los beneficios que anunció el ministro Guzmán para las grandes patronales del campo.
Discriminación y racismo
Emilia Maciel, quien tomó el caso, declaró: “Estamos elaborando junto con otros colegas una denuncia por discriminación y racismo porque es consternaste que un grupo de originarios viva así". A su vez señaló al gobierno provincial de Gildo Insfrán por hacer anuncios y publicidades de centros de aislamiento para 500 personas, mientras envía a los miembros de éstas comunidades al monte.
El Estado argentino desde su origen, ha perpetrado genocidios y todo tipo de atrocidades hacia los pueblos originarios, cargado de una fuerte ideología racista y siempre en favor del desarrollo de latifundios. Incluso en la actualidad, a pesar de la existencia del INADI y de una retórica que busca reivindicar la tradición cultural de quienes habitaban estas tierras antes de la Conquista, estas comunidades siguen soportando la violencia y discriminación gobierno tras gobierno.
Es pertinente recordar que en el año 2011, las comunidades Qom de Formosa que mantenían un acampe pacífico en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, para visibilizar su penosa situación y reclamar una audiencia con la entonces presidenta, fueron violentamente desalojadas por la Gendarmería Nacional. En aquella ocasión, el operativo fue acompañado por militantes de La Cámpora y por el actual ministro de desarrollo de la provincia de Buenos Aires, Andrés "Cuervo" Larroque.
No es una sorpresa que este mismo personaje sea quien hoy está detrás de la preparación del desalojo de las 2500 familias que han tomado el predio de Guernica con el proyecto de construir viviendas, escuelas y hospitales. Esta vez para beneficiar el fraudulento negocio inmobiliario y con un discurso estigmatizante para miles que se han perdido todo en medio de la crisis y la pandemia. |