Son diez los ministros que integran la SCJN. Todos se negaron a revisar la queja que interpuso la afamada periodista contra MVS, que aceptó el juez Fernando Silva hace un tiempo.
Se derivó la decisión al Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.
Esto constituye una nueva muestra de la hipocresía de la democracia de los ricos y las trasnacionales. Si bien formalmente se afirma que debe existir independencia entre la SCJN y los demás poderes, en los hechos no es así.
Los ministros de la Corte han demostrado son adictos a Peña Nieto y no quieren importunarlo. Y Aristegui y su equipo, que dieron a conocer algunos de los escándalos que más golpearon al gobierno, como las mansiones de Angélica Rivera, la primera dama, y Luis Videgaray, el actual secretario de hacienda, deben ser “castigados” por destapar la corrupción gubernamental.
Luis María Aguilar Morales, presidente de la Corte Suprema de la Nación, percibe $ 258,679 mensuales, en concepto de salario más prestaciones varias, como se da conocer en el Manual que regula las remuneraciones de los servidores públicos del poder judicial de la federación para el ejercicio dos mil quince.
El monto de semejante salario explica por sí mismo, sin necesidad de bucear más profundo, la base material de la subordinación de los ministros de la corte al gobierno de turno. Y, en el marco de la pobreza extrema que sufre el pueblo trabajador en México es especialmente insultante.
En otro orden, cabe destacar que la última adquisición de la SCJN fue el polémico Eduardo Medina Mora, uno de los responsables de la brutal represión de Atenco en 2006, como señalamos aquí. De esa estirpe de serpientes son los ministros de la Corte.
Lo cierto es que tras esta jornada, se evidencia de nueva cuenta que la democracia degradada de los cientos de miles de muertos y desaparecidos de la “guerra contra el narco”, entre ellos los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, no puede garantizar ni siquiera un derecho tan elemental como la libertad de prensa.
El asesino régimen del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática, requieren medios de comunicación que se le brinden por entero y trabajadores de prensa domesticados que informen sólo lo que autoricen los altos funcionarios del estado.
Lenin afirmó: “Los capitalistas llaman libertad de imprenta a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública.”
Justo, frente a este manejo de los medios de comunicación por parte de la clase dominante, que sigue igual que en tiempos de Lenin, es que se alza La Izquierda Diario, el primer diario de la izquierda latinoamericana.
Aristegui sigue censurada. Volvemos a preguntarnos: ¿la salida es la vía legal, en un país donde cada día hay al menos un periodista amenazado, acosado o atacado?
Es difícil creerlo. Se torna necesario recuperar la libertad de prensa poniendo en pie un amplio movimiento por la reinstalación de Aristegui y su equipo y por la libertad de prensa, que tome las calles y enfrente a los grandes emporios mediáticos y al poder de las trasnacionales y los magnates como Slim. Como complemento de esto, se debe dar también la pelea en el terreno legal, pero siendo conscientes de que cada round que se gane a la justicia de los ricos y los poderosos será ganada si cuenta con el respaldo del movimiento social. |