El dirigente de la CGT se sentará este lunes con grandes empresarios y funcionarios del Gobierno para intentar darle forma, por enésima vez, a un imposible “pacto social” de conciliación entre explotadores y explotados.
Este lunes a las 17 en la Casa Rosada un grupo de funcionarios, encabezado por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y por el ministro de Economía Martín Guzmán, recibirá a delegaciones de las mayores cámaras empresarias del país (UIA, AEA, bancos, patronales agrarias, comercio y construcción), de la CGT y la CTA, junto a un puñado de organizaciones sociales oficialistas.
La reunión, titulada Agenda de la reconstrucción económica y para la que se cursaron invitaciones durante el fin de semana, busca discutir y acordar futuras medidas económicas, tras una semana en la que el Gobierno de Alberto Fernández intentó con poco éxito frenar el aumento del dólar y la consiguiente sangría de reservas del Banco Central.
La idea oficial, según trascendió, es avanzar en esa reunión con la “agenda de la reconstrucción” de la economía nacional. En rigor, el Gobierno busca mejorar en algo las expectativas económicas luego de que la semana pasada el Indec agregara un dato más que preocupante: cuatro de cada diez habitantes del país son pobres.
La reunión volverá a juntar alrededor de una mesa a quienes son, ni más ni menos, los garantes de este estado de cosas, con amplias franjas de la población trabajadora condenadas al hambre, la miseria, la falta de vivienda, de salud, de comida y de posibilidades de trabajar.
Horas antes de la reunión, el burócrata sindical y capo de la CGT Héctor Daer habló con el animador oficialista Pablo Duggan en Radio 10. Consultado por el contenido de la cita, dijo que es necesario “generar un marco de acuerdo para convivir con la pandemia y en la pospandemia con la mirada puesta en el desarrollo. Hoy se retoma la participación en el gabinete económico-social de dirigentes sindicales y empresariales”.
Preguntado si la CGT viene teniendo estrechos acuerdos con corporaciones de la talla de Clarín y Techint (algo que habría generado ciertas “molestias” en las alas kirchneristas del Frente de Todos), Daer afirmó que “con AEA, al igual que con la UIA, que con la Cámara de la Construcción, que con las pymes, uno viene conversando y hay una mesa tripartida donde está el Estado, los sectores sindicales y los empresarios. Acuerdo aún no hay con nadie. Nosotros planteamos un desarrollo económico y social que sea sustentable que achique la brecha de nuestra sociedad. Hablamos con todos de buscar un país con trabajo que genere un marco de igualdad”.
Las ansias acuerdistas de Daer son las típicas de los dirigentes sindicales atornillados hace décadas en sus sillones: solidificar las relaciones estrechas con los apropiadores de las riquezas sociales, buscando recibir por sus servicios (mantener a raya a la clase trabajadora sin que se desborde la bronca) algunas migajas que no cambien la estructura de reparto de la torta en beneficio de las mayorías sociales.
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