Se destacó también la grata participación de los Grandes Maestros cubanos Yuniesky Quezada y Yuri González. Como ya nos tienen acostumbrados, hubo una gran delegación de jugadores provenientes de Brasil y Chile. Además, hubo jugadores de muchas provincias argentinas, como Salta, San Luis, Santa Fe y Chubut. Pero fue el Gran Maestro de Venezuela, Eduardo Iturrizaga, quién se adjudicó el torneo y los 25.000 pesos que había en premios para el campeón. Nuestras felicitaciones para él y para todos los participantes del torneo que le pusieron mucha garra y emoción hasta la última jugada. Así quedó la tabla final de posiciones.
Vale destacar también el gran esfuerzo que realizaron los organizadores de FAOGBA (Federación de Ajedrez del Oeste del Gran Buenos Aires), que en muchos casos son ajedrecistas, padres y profesores que se hicieron cargo de una federación en quiebra y con mucho trabajo lograron sacar a flote semejante torneo de nivel internacional. Se los podía ver en el torneo yendo de un lugar a otro, ocupándose de que cada detalle sea debidamente resuelto para el bienestar de los ajedrecistas. A veces, era muy complicado lograr el silencio necesario para semejante competición, ya que algunos estudiantes imprudentes solían interrumpirlo con gritos y carcajadas. Pero en general, ha sido un lugar muy bueno para concentrarse y planificar buenas partidas.
El papel del Estado en la organización del ajedrez
Lamentablemente, el ajedrez recibe un apoyo bien mínimo desde el Estado. Este pequeño apoyo suele ser alguna beca para algún ajedrecista particular y ocasionalmente premios para algún torneo. Pero nunca es una planificación y un presupuesto acorde al desarrollo integral del ajedrez en todos los niveles. Desde el ajedrez escolar hasta la alta competencia. El gobierno nunca ha demostrado interés en ello, siendo ya doce años los que lleva al frente del país, no tienen excusas. Como hemos comprobado muchas veces, los políticos solamente “apoyan” los torneos cuando están en campaña. En este año tenemos dos o tres torneos por mes. Mientras que en años anteriores había varios meses de sequía absoluta en torneos internacionales. ¿Cuántos políticos apoyaron a los ajedrecistas en ese momento? Ninguno.
Más allá de un plan en algún municipio aislado de este país, todos los eventos de ajedrez se desarrollan de una forma anárquica y capitalista: cuando algún empresario que por ahí le gusta el juego, (quizás tenga un gusto sincero por el juego, no lo negamos. El ajedrez durante mucho tiempo ha sido el juego de la aristocracia) decide tomar la iniciativa con su inversión privada. Pero todos sabemos que este apoyo no es firme y duradero: si el empresario no tiene una ganancia rápida se “cansa” de poner y poner dinero que no vuelve como un empresario espera. Entonces todos los ajedrecistas estamos nuevamente a la deriva. Ya ha pasado con más de un proyecto “salvador”. Cientos de miles de pesos en uno o dos torneos y luego adiós. En mi opinión y la de muchos otros colegas, esta no puede ser la solución para los miles de amantes que tiene el ajedrez.
Todos los ajedrecistas queremos que sea el Estado quien apoye seriamente al ajedrez. En este torneo se ha dicho muchas veces, por distintos dirigentes, que el ajedrez es una política de Estado o que debe convertirse en ello. Pero esta promesa ya la he escuchado en cientos de torneos y siempre seguimos en la misma situación. Dependiendo de la “buena voluntad” del político de turno, que sea un año electoral o que aparezca un inversor privado. Por mi parte, ya estoy cansado de tantas promesas en vano. Y creo que somos nosotros, los ajedrecistas, algunos dirigentes honestos (trabajadores y en su mayoría ex ajedrecistas) y padres de los futuros maestros, quienes debemos ponernos esta tarea al hombro.
Las dificultades para el obrero
Otra de las graves injusticias que discrimina a los ajedrecistas que son trabajadores fue puesta de manifiesto en este torneo y en muchas ocasiones. En primer lugar, una inscripción cercana a los 600 pesos. Esto ya dificulta la participación de nuestro pueblo que apenas llega con muchas dificultades a fin de mes. En segundo lugar, el calendario y las extenuantes jornadas laborales. Este torneo se jugaba todos los días de la semana desde las 19.30 hasta las 00.00 horas. El domingo 31 había doble ronda. Imaginen la situación de un obrero que comienza su jornada a las 06.00 de la mañana con un largo viaje a su puesto de trabajo. Luego ese mismo obrero saliendo muy cansado a las 17.00, viajando hacia el lugar de juego, llegando con lo justo al torneo de ajedrez. A la tercera hora de partido ese obrero se está durmiendo sobre el tablero y ya no puede calcular ninguna otra posibilidad. Al día siguiente, habiendo descansado realmente poco, se inicia nuevamente la jornada y así durante más de una semana. Les puedo asegurar que a partir del quinto día esto puede convertirse en una tortura, aún para quien ama el ajedrez.
Ahora, imaginen al buen señor burgués o algún joven estudiante mantenido por sus padres. El no tiene ninguna preocupación especial durante el día. Puede dormir hasta tarde. Ver las partidas de su rival, preparar una buena variante para la ocasión. Comer bien, quizás dormir una siesta para llegar con frescura a la partida. Realmente es mucha la desventaja para el pobre trabajador que es explotado y llega cansado a una partida. Sin embargo, dicen que todos tenemos 16 piezas y que somos iguales ante la ley. He aquí otro fetiche en las competencias de ajedrez y que nos muestra la injusticia que enfrenta el obrero.
Como si esto fuera poco, he hablado con muchos compañeros a que los obligaron a realizar horas extras en sus trabajos y entonces no pudieron llegar a tiempo a jugar su partida. Así perdieron por ausencia. ¡Como si no hubiera suficientes injusticias ya!
Ingresando a este enlace se puede observar la partida que definió el torneo en favor del GM Eduardo Iturrizaga. |