El martes 2 de junio la Federación Petrolera dirigida por el diputado nacional y actual jefe de la bancada massista Alberto Roberti acordó con la Cámara de la Industria del Petróleo (CIP) un incremento salarial de tan solo 17%, más una suma fija repartida en tres cómodas cuotas. Este acuerdo deja abiertas las negociaciones para reanudarlas recién el 1º de octubre, cuando se definirá el monto total de aumento salarial, dejando en claro que cualquier acuerdo tendrá vigencia a partir del 1º de noviembre; o sea que pueden pasar varios meses sin que se defina el monto total del aumento paritario.
Por si faltara poco, también se pactó una cláusula de “paz social” dejando atados de pies y manos a los trabajadores petroleros para cualquier medida de fuerza. Además, la Federación y sus sindicatos se aseguraron por este increíble acuerdo salarial la suma de $14.690 por cada trabajador del gremio; este el premio de las empresas petroleras como Shell y Axion le otorgan a Roberti y sus socios por lograr un acuerdo salarial a la baja.
La negociación salarial petrolera quedó muy por detrás, incluso, de las pactadas por las centrales sindicales alineadas con el gobierno nacional, que acordaron aumentos en el orden del 27%, por debajo de la inflación. A Roberti se lo ve más preocupado porque no se le sigan fugando dirigentes del Frente Renovador que por alcanzar una buena negociación paritaria. Año tras año los petroleros venimos recibiendo acuerdos salariales muy por debajo de la inflación, y sumado a esto el impuesto al salario nos carcome el sueldo. ¿Hasta cuando Roberti va seguir decidiendo a espaldas de los trabajadores?. ¿En qué asamblea los trabajadores decidimos aceptar este aumento salarial?.
Un día antes que Roberti firme este escandaloso acuerdo salarial culminaba la huelga general aceitera que duró 25 días, paralizando 40 plantas y 150 buques cargueros. De esta forma lograron un 36% de aumento salarial y romper el techo salarial del gobierno, llevando el salario básico inicial de $10.500 a $14.300, muy por lejos del básico inicial de las refinerías, donde con el aumento llega a $11.000 y todo lo demás se gana en adicionales. Además, Roberti ya anunció que se suma al paro del 9 de junio. Esperamos que no sea como la última vez, que anunció por Twitter que se iba al paro, mientras que en las refinerías y demás establecimientos no se hizo una sola asamblea y mucho menos se paró. Y si faltaba algo, no hubo ni siquiera un día de luto en Shell por el Negro Pérez, trabajador que lo perdimos trabajando.
Los que venimos luchando contra los despidos, el trabajo precario y las burocracia sindical estaremos el día del paro junto al sindicalismo combativo y a los referentes del Frente de Izquierda como los diputados Nicolás del Caño y Christian Castillo del PTS, que dieron sobradas muestras de apoyo a todas las luchas obreras. El paro del 9 debe ser parte de un plan de lucha continuo hasta que conquistemos nuestros reclamos. Por eso vamos a intervenir en forma independiente de las centrales convocantes. Queremos que este paro se transforme en un paro activo, para que se exprese toda la fuerza de los trabajadores. |