En un nuevo capítulo del largo conflicto en la aceitera Dánica del Grupo Beltrán, la patronal cerró sus puertas con su ya típico modus operandi: el lockout patronal. Como ya se hizo público, en la puerta de la planta colocó un cartel que entre otras cosas aduce “gravísima crisis” e “incertidumbre económica” y que no tiene para pagar sueldos. Sin embargo, en todo este tiempo, además de producir en cantidades récord como parte de una industria aceitera esencial en plena pandemia, también se dedicó a “aceitar” los aprietes y extorsiones para que sus trabajadores acepten el cambio de convenio y la rebaja salarial de cerca del 40%.
Pero ¿Qué hay detrás de la “crisis” en Dánica? ¿Qué es el Grupo Beltrán? ¿Qué negocios posee?
En diciembre de 2018, las plantas de Dánica Llavallol y Villa Mercedes (San Luis), fueron compradas por el Grupo Beltrán al gigante brasilero BRF, por 50 millones de dólares. Las mismas venían produciendo más de 10 mil toneladas mensuales de margarinas, aceites desodorizados, mayonesas, aderezos y productos para panificación, con las marcas Dánica, Manty, Delicia y D’fiesta, entre otras. [1]
En su página web, el Grupo Beltrán se jacta de ser “el grupo frigorífico más grande del país”. Posee 8 plantas de faena bovina, 6 en la provincia de Córdoba (en Guiñazú, Villa Allende, Toledo, Morteros, San Francisco y Villa María), una en Catamarca (en San Fernando del Valle de Catamarca) y otra en Santiago del Estero(Forres-Beltrán).
En el último tiempo el holding alimenticio se diversificó en el negocio frigorífico a través de Refinería del Centro, que produce derivados de grasas bovinas y vegetales, levaduras y harinas de carne y de hueso para alimentación animal. Esta compra refuerza su liderazgo en el negocio de las grasas refinadas y margarinas además de las ya nombrada Dánica.
Además, recientemente el grupo compró la fábrica aceitera de Valentín Alsina COFCO (Ex Nidera), que había cerrado en enero de 2019.
El “pobre” Grupo Beltrán que dice estar en crisis, comenzó el año 2020 liderando el ranking de faena ya que se ubicó por segundo año consecutivo por encima de Swift y Coto. En 2019 la faena total de vacunos en la Argentina alcanzó a 13,8 millones de cabezas, y los líderes fueron Beltrán que procesó 600 mil, Swift 540 mil y Coto 480 mil. [2]
Y como si esto fuera poco, el grupo Beltrán es uno de los mayores exportadores de cortes de carne bovina. En diciembre de 2019 una de sus plantas fue habilitada para exportar carne bovina a EEUU, obviamente, en dólares. Y la rivalidad comercial entre EEUU y China no es un problema para el grupo que también exporta hacia el país oriental como cuenta uno de sus gerentes de Forres Beltrán, Ricardo Schiavoni, que detalla que hasta marzo de este año “enviaba 1.000 toneladas mensuales de carne bovina a Shanghai y Beijing”. [3]
También, en julio de este año el Ministerio de Agricultura dispuso oficialmente distribuir 28.538 toneladas para exportar cortes vacunos de alta calidad a la Unión Europea (UE) -la denominada «Cuota Hilton»- durante lo que resta de 2020 y 2021 entre 33 frigoríficos, asignándole a Forres Beltrán 629,808 toneladas. El valor de la tonelada promedio de los cortes «Hilton» se ubicaba en julio en los 10 mil dólares. [4]
Pero además, en su página web el Grupo Beltrán se jacta de exportar también a otros mercados como Brasil, Canadá y Rusia.
En definitiva, muy lejos de estar en crisis económica estamos hablando de un gigante. Un mega holding frigorífico, alimenticio y aceitero número uno en faena ganadera, que posee más de 2000 empleados y exporta a diversas partes del mundo.
El argumento de que posee un problema económico se desmorona como un castillo de naipes. No está en crisis ni mucho menos. Es una más de las empresas que quieren aprovechar la pandemia de Covid 19, para llevar delante de manera definitiva, sus planes de atacar a sus trabajadores, apretarlos para que se cambien de convenio con la consecuente reducción del salario y desconociendo la deuda que tiene la empresa de la paritaria 2018 y 2019. Y lo está haciendo por la luz verde que le dieron el gobierno de Axel Kicillof y Martín Insaurralde en abril de este año que amagó con multarla y la premió con ATP.
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Dado que la pelea de fondo de Dánica es por quebrar el espinazo de la voluntad de lucha de los trabajadores y desorganizar definitivamente la planta para que todas y cada una de las medidas de flexibilización pasen, se necesita la más amplia difusión del conflicto para lograr el apoyo y la solidaridad. Para ello el gremio aceitero debería tomar medidas nacionales en apoyo. Pero además es imprescindible coordinar con otros trabajadores, comisiones internas y cuerpos de delegados, en especial en la zona sur de GBA, así como también unir la lucha con las familias y lxs niños en Guernica que pelean por tierra y vivienda. Sólo así se podrá pelear a la altura de las circunstancias para derrotar la ofensiva patronal. |