En medio de la pandemia mundial por Covid-19, se han implementado diversas medidas como la cancelación de festivales, conciertos y demás eventos artístico-culturales y no han sido acompañadas de políticas que eviten que los afectados sean miles de familias trabajadoras, pues se quedan sin trabajo o algún tipo de ingreso.
De la misma manera, se cancelaron los eventos deportivos presenciales al inicio del confinamiento. Muchos de estos eventos significan un negocio muy grande y, su parálisis, pérdidas muy significativas a los dueños -millonarios- de los clubes y también habría consecuencias para las marcas que pagan publicidad.
Después, comenzó la reanudación de los eventos deportivos con el inconveniente, para el negocio, de que se haría sin espectadores, lo que genera baja de ingresos para el estadio, así como la suspensión de su uso para conciertos y otros eventos.
Es así que Stan Kroenke, el dueño del Arsenal –y de otros en marcas como NBA, MLS, NHL, NLL y la liga de videojuegos Overwatch League-, cuya fortuna está valorada en 8.8 mil millones de dólares, decidió que realizaría despidos en todos los departamentos, como el despido de 55 jugadores, además de un recorte salarial del 7.5 % al recorte de la plantilla principal y la rescisión de contrato de 10 visores.
Aunque Jerry Quy, la persona que le daba vida al dinosaurio pambolero desde 1993, no estaba en la lista de despidos por su trabajo como botarga ya que era un “trabajo parcial”, sí fue calificado como un gasto innecesario y fue despedido el mismo día que el club le pagó al Atlético de Madrid casi 60 millones de dólares por el fichaje del jugador Thomas Partney.
Esto causó revuelo entre jugadores aficionados, mismos que organizaron una colecta para que el dinosaurio pudiera seguir haciendo su trabajo. Tanto así que Mesut Özil, (un medio campista del equipo que no ha pisado el campo desde que se reanudaron los partidos), se ofreció al, pagar el salario completo de Gunnersaurus, mientras sea jugador del Arsenal.
Sin embargo, todo apunta a que Özil no será tomado en cuenta para la presente jornada y no se le hará otra oferta cuando termine su contrato. Cosa que representa malas noticias para “nuestro gran chico verde”. Mientras tanto, el magnate dueño de múltiples clubs deportivos sigue aplicando medidas arbitrarias para que su fortuna no se vea afectada.
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