Académicos, trabajadores y alumnos han pedido la intervención de la Secretaría de la Función Pública para investigar incongruencias en la nómina donde denuncian, existen “aviadores”, pago irregular de grupos porriles y la contratación de empresas factureras fantasma.
El desvío asciende a los 500 millones de pesos.
La comunidad universitaria de la UABJO exige que se hagan públicas las cuentas de esta universidad, para que se revelen desfalcos, que aseguran, han tenido lugar bajo la administraciones de Eduardo Martínez Helmes, antiguo rector de la UABJO y su sucesor Eduardo Bautista, actual rector de la institución.
Apenas el mes pasado Bautista pidió a instancias federales un incremento para 2021 de 500 millones de pesos, lo cual representaría el 42.7% del presupuesto destinado en 2020 a esta institución. Esto para mantener la matricula de 26 mil 976 en sus dos niveles educativos.
La demanda estudiantil de la UABJO anualmente es de 10 mil estudiantes, menos del 50% obtiene un lugar. Además de las deficiencias de la matrícula, la universidad ha reportado insuficiencia para cubrir los sueldos de trabajadores, administrativos y profesores, así como insumos de infraestructura.
Al respecto Carla Humphery Jordan, Consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), dice que si bien se ha avanzado en materia de fiscalización, “siempre hay nuevas formas de querer violentar la norma”. Por esto, se debería transparentar y vigilar las fuentes de financiamiento federal, pero también los ingresos de personas no identificadas o de origen ilícito.
“El reto no está en lo que reportan, sino en fiscalizar todas las operaciones que no reportan: en el uso de efectivo, en el lavado de dinero, en el dinero del narcotráfico y del crimen organizado”.
Entre un Rector que no se quiere ir y la imposición (otra vez) del PRI
El periodo de Eduardo Bautista Martínez debió haber terminado desde mayo. Sin embargo, debido a la situación de la crisis sanitaria, el Consejo Universitario decidió suspender la elección y ampliar el mandato de Bautista, sin definir cómo se llevara adelante el proceso de selección para quien ocupe este cargo el siguiente periodo.
Hace algunos días circuló una carta de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). En ella nueve instituciones universitarias públicas, de la región sur-sureste de la ANUIES, apelaron al derecho de las universidades públicas autónomas, el cual incluye libertad de diseño y aplicación de planes educativos, programas de estudio, administración de su patrimonio y, por supuesto, elegir libremente a sus autoridades.
Esto luego de que Gilberto Gamboa Medina, actual Subsecretario de Administración del gobierno priista de Alejandro Murat Hinojosa, hiciera pública su intención de ocupar el cargo como Rector de la UABJO, a pesar de no ejercer como docente desde 2003, cuando comenzó una carrera más franca en las filas de PRI.
En días pasados se dio a conocer a través de redes sociales un documento supuestamente firmado por líderes del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO), en donde se proponía que Gamboa Medina fuera designado como el siguiente rector, sin proceso de selección previo. El 9 de octubre, Enrique Martínez Martínez se deslindó del documento y negó que ninguno de los integrantes del STAUO hubiera firmado el documento.
La comunidad universitaria y medios locales han denunciado que con el respaldo de Murat, se intentará posicionar al funcionario en el cargo, pasando por encima de la comunidad, bajo cualquier clase de maniobras al más puro y tradicional estilo priista.
¿Y la comunidad? Los principales afectados sin derecho a voz
La realidad, es que como se demostró en mayo, cuando el Consejo Universitario votó a nombre de toda la universidad prolongar el periodo de Bautista, y como se evidencia en la cínica corrupción en la gestión financiera, queda claro que como suele ocurrir en todas las universidades públicas del país, la manera antidemocrática en las que se toman las decisiones en nuestras universidades es el problema profundo.
En medio de la pandemia es necesario que estudiantes, trabajadores y académicos, discutan en verdaderos espacios de auto organización, como asambleas virtuales, cómo poner la universidad al servicio de la crisis.
Esto es exigir que los recursos no sean gestionados por las autoridades y a puerta cerrada. Tampoco podemos confiar en que continuar apelando a las instituciones del Estado, que muchas veces están coludidas en las redes de corrupción, va a garantizar "transparentar" el uso de recursos, ni mucho menos que estos sean utilizado de manera optima.
Quienes realmente podemos gestionar los recursos de la mejore manera, somos la comunidad universitaria que le da vida a esta institución y conoce realmente sus necesidades. Por ello es necesario un gobierno tripartito con mayoría estudiantil.
Sólo a partir de la autoorganización y de la masificación de estos espacios, podremos imponer nuestras demandas, así como arrebatarle de manera efectiva al gobierno federal un aumento al presupuesto educativo, que nos permita defender el defender y garantizar el derecho a la educación para todas y todos, así como condiciones laborales dignas para todos los trabajadores de la educación. |