Hoy 18 de octubre, a prácticamente un año del golpe de Estado, se llevan adelante las elecciones presidenciales; posiblemente las más observadas de la historia electoral contemporánea. Con un fuerte despliegue policial y militar que empezó desde la noche de ayer. Así con decenas de miles de uniformados en las calles, se da inicio a los comicios donde el resguardo de las actas de votación estarán en manos de estas fuerzas represivas, que son nadas menos, las que dieron el golpe de noviembre del año pasado.
En medio de un escenario de profunda tensión e incertidumbre y de fuerte polarización política y social, ayer por la noche el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, anunció el retiro del “Direpre”, es decir, del sistema de “Difusión de Resultados Preliminares” que reemplazaba al sistema TREP en las anuladas elecciones del 2019. Romero afirmó que la medida se tomó por “unanimidad” de los miembros en sala plena de este órgano con el argumento de que luego de realizar simulacros dieron cuenta que el Direpre “no nos asegura tener el volumen de información suficiente que nos asegure que sus datos van a estar muy cercanos a los datos oficiales”.
Este domingo más de siete millones de bolivianos podrán depositar su sufragio para elegir al presidente y vicepresidente y se renovará el Legislativo para el próximo quinquenio.
Los 5.134 recintos electorales dispuestos en todo el país empezaron a abrir a las 8:00 de la mañana y funcionarán nueve horas ininterrumpidas hasta las 17:00 horas, cuando se prevé el cierre de los colegios, escuelas, y todos los recintos de votación.
Además, el Tribunal Supremo Electoral habilitó a 301.631 personas residentes en cerca de una treintena de países, la mayoría en Argentina, España y Brasil.
En Chile, donde está la cuarta comunidad boliviana con más habilitados para votar, solamente podrán hacerlo los residentes en Santiago por restricciones contra la pandemia que aún rigen en el norte chileno. Algo similar sucede en Mendoza, provincia argentina, donde el gobierno local restringió la posibilidad de votar. Tampoco podrán los habilitados en Panamá, cuyo Gobierno no autorizó el desarrollo de los comicios bolivianos en su territorio.
La medida de eliminar el Direpre provocó el rechazo de algunos candidatos. Luis Fernando Camacho en un comunicado público desde su alianza “Creemos” señaló que la determinación “vulnera irremediablemente el principio rector transparencia y publicidad y solicita que el TSE reconsidere su decisión “en bien de la democracia y la credibilidad de las elecciones de este 18 de octubre”.
También desde el MAS se emitieron comunicados públicos, por un lado los senadores de este partido denuncian ante los organismos de DD.HH y la comunidad internacional “las irregularidades en las que incurre el TSE que a horas del inicio de las elecciones generales decidió retirar el Direpre” y exige que se transparente las razones de su suspensión. Así también, el vocero del MAS, Sebastián Michel, afirmó que esto genera más susceptibilidad y profundiza la incertidumbre ante la posibilidad de que el TSE junto con el Gobierno de Áñez estén preparando un fraude electoral al servicio de Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana.
En esta línea, en su comunicado, Comunidad Ciudadana señaló que “lamentaban las circunstancias que llevaban al TSE a dejar sin efecto la difusión de resultados preliminares Direpre” pero que sin embargo entienden las razones por las que se tomó esa decisión.
Por su lado, otro de los integrantes del bloque golpista y criminal de noviembre, la Iglesia Católica, a través de la Conferencia Episcopal Boliviana, emitió un comunicado conjunto con la Unión Europea y las Naciones Unidad Bolivia en el que reafirman su respaldo al TSE ante la decisión de eliminar el Direpre y llaman a la ciudadanía a aguardar con “calma y serenidad los resultados del cómputo oficial”.
De esta manera, hoy no existirán resultados oficiales. El presidente del órgano electoral, Romero, dijo que “ciertamente los resultados serán un poco más lentos” afirmando que lo hacen con el objetivo de entregar resultados con la mayor seguridad y confiabilidad para la población en un contexto de mucha polarización que requiere prudencia en el manejo de los datos.
Recordemos que la suspensión por 14 horas en la elección del año pasado provocó el movimiento político que condujo al golpe de Estado. Sorprende hoy que Carlos Mesa y casi todos los golpistas, acepten no solo la suspensión sino directamente la inexistencia de un sistema de difusión rápida de datos.
Desde las páginas de La Izquierda Diario Bolivia llamamos a estar alertas ante lo que puede derivar en un fraude electoral que busque nuevamente desconocer la voluntad de las grandes mayorías trabajadores del campo y la ciudad.
Lamentablemente la política, sistemática, de conciliación del MAS, con el bloque golpista, es la que alienta que el derechista y golpista TSE continué avanzando en medidas que enturbian cada vez más el proceso electoral. Recordemos que hace menos de 3 o 4 días, el vocero del MAS, se adelantó en señalar que sea cual sea el resultado ellos reconocerían el mismo, convocando junto con todas las burocracias sindicales a concurrir al acto electoral sin dejarse llevar por provocaciones. Hoy vemos como después de estas declaraciones el TSE lanza una medida que para la gran mayoría del pueblo es parte de la construcción fradulenta de lo que podría derivar en un resultado electoral antipopular. |