En Argentina la pregunta por los jóvenes y la política ha estado mediada por el fenómeno kirchnerista y, en las miradas más reduccionistas, ha sido incluso atribuida a éste. Doble miseria de la interpretación. En el paroxismo del pensamiento estatalista, desoye que la partera de la actual juventud no está en las oficinas de la burocracia estatal sino en las calles del 2001. Presa de su extracción social, es incapaz de ver lo que hoy se despliega como el más peligroso de los cruces entre juventud y política: la constitución de una nueva generación obrera. |